sábado, 25 de octubre de 2014

APUNTES SOBRE UN VIAJE AL NORTE



De Buenos Aires a Catamarca
De movida empezamos mal porque en la autopista 9 se nos pinchó una cubierta, lo que nos obligó a entrar a Rosario en busca de una gomería. Es una pena que una ciudad tan pujante y con una costanera bellísima, que logró recuperarse de la catástrofe neoliberal de las décadas anteriores, exhiba a la entrada una villa miseria indigna de albergar seres humanos, a cuyo lado la 31 de Retiro es un country. En todo nuestro periplo, fue la única expresión de pobreza extrema que encontramos.

Por la moderna autopista que llega hasta Córdoba, recalamos la primera noche en Colonia Caroya, un pueblo cortado en dos por la Avenida San Martín de 9 kilómetros y cubierta por gigantescos y centenarios plátanos (la más larga del país con esta característica). En 1877, Nicolás Avellaneda estableció un convenio con el gobierno de Italia que permitió la llegada de un contingente de friulanos que se instalaron en la Estancia de Caroya, fundada por los jesuitas en 1616. Así se inició este pueblo que hoy cuenta con cerca de veinte mil habitantes. Después de hacer un acopio de los famosos salames, orgullo de los caroyenses, reanudamos viaje.


               Avenida San Martín en Colonia Caroya

En Catamarca hicimos posta para pasar la noche y las pocas horas que permanecimos nos alcanzaron para comprobar dos aspectos que serían una constante en el viaje: la gran actividad diurna y nocturna de las ciudades de provincia y la amplia cordialidad de su gente.

En los Valles calchaquíes
Pasamos por la pintoresca Tafí del Valle donde nos detuvimos para hacer una escala técnica porque la dirección del auto hacía un ruido preocupante. Nos recomendaron un mecánico, que según los lugareños “sabe sacar del paso”. En un taller con piso de tierra me atendió Rogelio con remera y pantalones agujereados y sucios de grasa. “¿Usted es el señor Rogelio” “Por ahora”, me contestó”. “Dicen las malas lenguas que usted es un buen mecánico”. “Le mintieron feo”, me dijo. Revisó la dirección, comprobó que era una cruceta y me pidió que lo pasara a buscar en 2 horas, tiempo que aprovechamos para visitar unas instalaciones de los jesuitas, actualmente transformadas en museo. A los miembros de esta orden se los expulsó de todos los dominios españoles y encerrados en las bodegas de los barcos fueron arrojados sin contemplaciones en las costas de Italia. La decisión la tomó el rey borbón Carlos III con el beneplácito del Papa Clemente XIV. Los indios no estaban para ser educados sino para trabajar como esclavos para los encomenderos.

Cumplidas las dos horas regresamos al taller, le pagamos a Rogelio la tercera parte de lo que nos hubiera costado en mi barrio y no tuvimos más problemas con la dirección que fue puesta a dura prueba en caminos de cornisa con curvas permanentes.

En Cafayate, el pueblo se encontraba en pleno festejo de la Virgen del Rosario a la que llaman “La Sentadita”, porque fue modelada de forma sentada y colocada en una silla rústica para que pudiera ser trasladada con facilidad a todos los ranchitos del Valle Calchaquí. Siempre me pregunté cómo puede haber un solo Jesucristo con tantas Vírgenes Marías.

La plaza estaba colmada y el 95% de la población era indígena, morochos, de baja estatura y con ojos rasgados. Cafayate tiene una importante escuela agroindustrial y fue muy lindo ver desfilar maquinarias agrícolas conducidas por estudiantes secundarios.

Allí se encuentran las famosas bodegas Etchart, aunque nosotros visitamos una más pequeña en el pueblo vecino de Animaná. “Dicen que yo de sólo estar fui apagándome, como la luz lenta y azul de un atardecer”, así comienza la canción “Fuego en Animaná” de Cesar Isella y Armando Tejada Gómez y cantada magistralmente por Mercedes Sosa.



                 Iglesia de Animaná

La canción es un homenaje a un levantamiento obrero protagonizado en 1972 por trabajadores de las Bodegas Animaná y que constituyó una de las movilizaciones más espectaculares como consecuencia de la falta de pago de sus salarios. El movimiento trascendió a los obreros y se transformó en una verdadera pueblada. Cuando los gobiernos buscaron culpables, todo el pueblo y las zonas aledañas se autoculparon diciendo que tendrían que juzgarlos a todos, porque todos participaron. Una nueva versión de Fuenteovejuna, del gran Lope de Vega. Se puede escuchar la canción “Fuego en Animaná” por Mercedes Sosa, haciendo click aquí.


Quien quiera llegar a Cachi tiene que hacer primero la Cuesta del Obispo, un camino de cornisa y de ripio en ascenso permanente que nosotros lo transitamos con nubes bajas y una visibilidad de 20 metros. Cachi es sumamente pintoresco y comienza a verse el flujo abundante de turistas europeos, para quienes los precios de hoteles y restaurantes son regalados. Incluso para nosotros eran sensiblemente más bajos que en Buenos Aires. En la provincia de Salta y también de Jujuy, hasta el rancho más humilde perdido en las quebradas cuenta con energía solar que le provee electricidad a un costo razonable donde antes tenía que arreglarse con lámparas de gas. A lo largo de la ruta se ven también las balizas recién instaladas para captar las señales del ARSAT-1.

                                 Calle e iglesia de Cachi

La quebrada de Humahuaca
Pasando a Jujuy se encuentra Tilcara, nos alejamos en La Calabaza que cuenta con confortables bungalows, dueños simpáticos y una cariñosa versión de pastor inglés llamado Oso. En la ciudad que es muy pintoresca, se encuentra su famoso Pucará, constituido por los restos de una ciudad fortaleza en el medio de la quebrada y que por estar a 2500 metros de altura ofrece un panorama de todo el valle. Con 900 años de antigüedad está constituida por barrios, corrales, una necrópolis y una plaza de ceremonias. Sobre la misma se alza una pirámide que rompe totalmente el esquema arqueológico y me hizo recordar al palacio que Carlos V hizo construir en un patio de la Alhambra. Una estructura maciza y lóbrega que desluce ante la luminosa belleza arquitectónica de la civilización árabe en su momento de mayor esplendor.

La pirámide a la que me refiero se erigió en homenaje a Juan Bautista Ambrosetti y Salvador Debenedetti, los arqueólogos que a principios del siglo XX trabajaron incansablemente en las ruinas del Pucará, reconstruyendo en forma un tanto caprichosa parte del poblado.
Muy cerca de Tilcara está Purmamarca, muy pintoresca, pero totalmente invadida por el turismo local y europeo.

Milagro Sala
Una vez me metieron en la cárcel injustamente ocho meses, por ser pobre, porque no tenía quién me defienda. Allí me puse a pensar que así como el poder era injusto conmigo, con cuántos chicos humildes también era injusto. La Justicia es justa con los que tienen plata, entonces me juré ahí en la cárcel que el día que saliera iba a luchar para que no hubiera más injusticia.
Milagro Sala

                            Milagro Sala

En Tilcara estuvimos indagando sobre la organización barrial Tupac Amaru creada por Milagro Sala. Esta mujer de 50 años de edad es amada por el pueblo y detestada por un amplio arco de la clase media. Porque ¿cómo puede una india, una coya, manejar poder y dinero? Ha roto los códigos tradicionales de la sociedad jujeña, debería trabajar de sirvienta o volver a su labor de lustrabotas con la que sobrevivió duramente en su adolescencia, llegando incluso a robar para poder comer. Para colmo es diputada por la provincia de Jujuy ¡Qué escándalo, que subversión de valores! Un crecimiento meteórico para una mujer que cuando nació, su desconocida madre biológica la metió en una caja de cartón y la dejó abandonada frente a un hospital.

Tupac Amaru construyó dos escuelas donde enseñan 150 profesores, cuyos sueldos paga la organización. Los fines de semana los profesores realizan trabajo voluntario en los barrios más humildes de Jujuy. A las escuelas asisten jóvenes y adultos de 17 años en adelante. En el 2009 se matricularon 2500 alumnos. En dos centros de salud atienden 42 médicos y hay farmacéuticos, bioquímicos y enfermeros. Funcionan una farmacia y un laboratorio. Adquirieron un tomógrafo y un mamógrafo.

En el barrio Túpac Amaru está el CEMIR (Centro Integral de Rehabilitación para personas discapacitadas). El edificio es gratuito y abierto a la comunidad. A él son derivados pacientes de los hospitales provinciales. Hay salas preparadas para diferentes discapacidades, un gimnasio acondicionado y pileta climatizada. La atención y los remedios son gratuitos. Se establecieron seis fábricas con fondos del ministerio de Desarrollo Social que emplean a 600 ex desocupados. En el barrio hay una fábrica textil y otra de bloques de construcción.


                                              Barrio Tupac Amaru

La Tupac Amaru trabajando como cooperativa de vivienda, construyó -con dinero del Gobierno Nacional- un barrio de 1800 casas con pileta de natación, cibercafé, telecabinas, minimercado y polideportivo con canchas de fútbol, básquet, hockey y rugby.

Nada de esto registró, cuando estuvo allí, el diputado radical Gerardo Morales, quien después desfiló por todos los medios de Magnetto denostando a Milagro Sala y su obra.

En Humahuaca, lo que más nos gustó fue un grupo de indiecitos entre 7 y 10 años que con grandes sonrisas nos ofrecieron una canción. Era un coro desafinado y discordante, pero tenían un entusiasmo conmovedor que nos encantó. Mi primo José Luis que pasó por Humahuaca tiempo atrás, me contó que un grupo de changuitos se le acercaron con quenas y charangos. Él pensó que tocarían algún aire local, pero le obsequiaron con la sinfonía 40 de Mozart que lo emocionó hasta las lágrimas.

Llegamos a Salta justo después que finalizó el Encuentro Nacional de Mujeres número 28. Cuando este movimiento se inició por primera vez habían logrado reunir a 500 personas, esta vez fueron cuarenta mil y colapsaron hoteles y alojamientos. En esta ocasión los temas más convocantes fueron el femicidio y la violencia familiar, porque días atrás había sido asesinada una maestra rural. El encuentro culminó con una marcha pacífica que ocupó cuadras enteras. Fue un sacudón para la pacata sociedad salteña que aún conserva costumbres medievales como la enseñanza religiosa obligatoria.

No voy a extenderme con la ciudad de Salta porque todos la conocen, pero siempre nos impactó la variedad de estilos arquitectónicos, neocolonial, francés, veneciano, etc., que hacen de Salta una de las ciudades más atractivas del país.

                                         Arquitectura salteña

Visitamos el Museo Arqueológico de Alta Montaña, único en el mundo por su patrimonio, su diseño de alta tecnología y su información. Las momias encontradas en la cima del volcán Lullaillaco a casi 7000 metros de altura se mantienen intactas y vimos tras los cristales los cuerpos de los niños de 500 años de antigüedad, conservados en cápsulas con una atmósfera pobre en oxígeno, a veinte grados centígrados bajo cero y una iluminación filtrada en radiación ultravioleta e infrarroja que garantizan su correcta preservación. Los incas desarrollaban una parte importante de sus rituales religiosos en las montañas más altas de su imperio, donde construyeron los “santuarios de altura” y estos niños fueron sacrificados a los dioses. Confieso que me embargó la sensación de estar profanando sus costumbres.

Tanto a la ida como en el viaje de regreso, fue un placer contemplar los campos con distintos cultivos que semejan pinturas de Van Gogh. Ya sea por especulación o por necesidad, abundan las silobolsas, que dicho sea de paso son un invento argentino que se exporta a Australia, Canadá y Estados Unidos.

En el regreso paramos en Deán Funes y en un simpático hotel de La Granja en el centro de la provincia de Córdoba. Por televisión vimos el despegue del Arsat-1 que nos emocionó. ¡Qué lejos de aquellos años de “vayan a lavar los platos”, la tristemente célebre frase del Mingo a los científicos! Es que hay gente que no la tiene clara, como el procesado jefe de la ciudad quien condecoró con un premio a la ciencia a Marcelo Tinelli. Hubiera sido lo mismo si se lo daba al orangután del zoo.

Mientras el ARSAT-1 se elevaba airoso buscando su lugar en el espacio, nosotros entrábamos en la órbita cotidiana de Buenos Aires.


                               De regreso en la autopista Córdoba-Rosario.

12 comentarios:

  1. Gracias por tu relato, Ricardo, en particular, la parte de Milagro Sala.
    En ese lugar, esa mujer es un MILAGRO. Magdaluz

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    1. Cuando los mediocres y los insignifcantes critican es porque se está en el buen camino como Milagro Sala o Cristina
      Saludos

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  2. Aguante la Tupac Amaru, aguante Milagro Sala. Cuando fui al norte escuché criticas absurdas a su obra, como que era un lujo innecesario que esos negros tuvieran pileta de natación. El odio de clase es ciego y necio.

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  3. Me emocioné al escuchar Fuego de Animaná por la negra. ¡Qué voz, cómo levanta multitudes!
    Muy lindo el viaje

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  4. Julito de Laferrere27 de octubre de 2014, 8:23

    El diario La Nación es la mejor demostración del odio de clases que tanto mal le hace a nuestra sociedad. En la tirada del 27/10 considera la la Tupac Amaru como una violenta expresión kirchenrista y pone en duda la idoneidad de Milagro Sala en el manejo de los fondos sugiriendo un enriquecimiento ilícito sobre el cual carece de prueba alguna.

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  5. Gracias, viajé un poco con ustedes
    Besos

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  6. ELECCIONES EN BRASIL
    Que Maravilla. Ahora a brindar por Brasil y America Latina.
    Una victoria Historica .....
    Abrazo grande

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  7. Quién es el galán maduro que posa junto al mojón km 678?

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  8. ¡Qué bueno el proyecto de ley de telecomunicaciones que abre el espectro de la TV a las telefónicas! La Nación está que trina e insinúa un ataque a la libertad de expresión. Se olvida que Clarín es un monopolio absoluto que debe ser desmantelado.

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  9. Julito de Laferrere30 de octubre de 2014, 8:23

    Ya va a salir la SIP indignada. Entidad que no defiende al periodismo sino a los dueños de las grandes corporaciones mediáticas

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    1. Los medios hegemónicos dicen, distorsionan, exageran, e incluso mienten con toda libertad. Avalados por la Suprema Corte no pagan impuestos y encima habla de restricción a la libertad de expresión.

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  10. Sí, pero estoy en desacuerdo en que Capitanich critique a la Corte Suprema por mantener la cautelar para que el diario La Nación no pague los impuestos. Lo digo por razones tácticas para no crear fricción con ese poder.

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