domingo, 7 de abril de 2019

EL POLIFACÉTICO FÉLIX WEIL



El astuto y visionario Herman Weil
Herman Weil, el padre de Félix, era un judío alemán de humilde origen que hizo una buena carrera en una empresa agrícola de Mannheim, el centro del comercio cerealero de Alemania. En 1888, cuando Herman tenía 20 años, la empresa lo envió a la Argentina para evaluar un beneficio con la especulación financiera, pero la empresa se fundió, Herman logró comprar sus restos y en 1889, el año en que Félix nació, fundó Weil Hermanos & Cía. Fue un momento crucial, porque con la crisis quedó interrumpido el flujo de capitales desde Inglaterra hacia la Argentina. Si bien la situación era muy difícil, también era una gran oportunidad. 
        Hasta ese momento el país tenía un comercio deficitario y entonces se dejó de importar productos agrícolas, en particular trigo, y Argentina se fue transformando en un gran agro exportador. El comercio de granos quedó acaparado por Weil Hermanos & Cía junto con Bunge & Born, constituyéndose en las corporaciones más importantes del país. La especulación, el ingenio y la explotación a los arrendatarios permitieron que pudieran competir muy favorablemente en el mercado internacional.

Félix Weil y la escuela de Frankfurt
             En los comienzos de la década de 1920, Herman envió a su hijo Félix a Alemania para que terminara sus estudios secundarios y universitarios en escuelas alemanas y para que hiciera contacto con importadores locales de granos con el objeto de expandir el emporio de la familia.

                               Félix Weil (1898-1975)

              Lo que menos se imaginaron tanto su padre como el propio Félix fue que aquel joven de 22 años, que hasta entonces se codeaba con la oligarquía porteña, abrazaría la ideología comunista alejándose totalmente de la clase a la cual pertenecía en Argentina.
            Terminada la Primera Guerra Mundial y con el Kaiser fuera del poder, Alemania había ingresado con fuerza en la democracia y los distintos partidos estaban en plena efervescencia. Félix pronto simpatizó con las ideas de Marx y Lenin, hizo contactos con filósofos y pensadores especializados en marxismo como Friedrich Pollock, Max Horkheimer y poco después con el destacado filósofo y sociólogo Herbert Marcuse. 
                             Herbert Marcuse (1898-1979)

            Gracias a la iniciativa y el aporte económico que realizó Félix, el grupo fundó en 1923 la Escuela de Frankfurt, la principal institución de pensamiento e investigación social, económico y filosófico de carácter marxista internacional. Esta estructura ejerció enorme influencia en los movimiento estudiantiles de 1968 y constituyó objeto de numerosos estudios. Fue la escuela de Frankfurt la que en 1972, hizo todas las gestiones posible para que la emblemática activista Angela Davis, profesora de filosofía de la UCLA, no fuera condenada a la silla eléctrica durante la administración de Nixon. Hacer clik aquí para ver ANGELA LA INDOMABLE

                              Angela Davis (1944-)

           Se da aquí la singularidad que el gran impulso del comunismo a nivel global, lo dio un mecenas argentino cuyo padre integraba la elite agroganadera de los grandes terratenientes de la pampa húmeda, motivo por el cual recibió el mote de “bolchevique de salón”.
            En Alemania Félix no solo logró que su padre lo ayudara a financiar la Escuela de Frankfurt y su causa revolucionaria, también realizó otros emprendimientos, como participar económicamente en la difusión y distribución de El Acorazado Potemkin, la obra maestra de Eisenstein. Fue mecenas del pintor George Grosz, del cual se hizo amigo y de la escuela del teatro, llamado político, de Erwin Piscator, que junto con Bertold Brecht revolucionarían la dramaturgia alemana.
              En el aspecto literario, solventó el funcionamiento de una de las editoriales más notables del ambiente alemán: la Editorial Malik, pero nunca olvidó a la Argentina sobre la cual, años más tarde y viviendo en Estados Unidos, escribió un libro que puso al descubierto la explotación de los terratenientes y determinó que, a partir de entonces, la oligarquía vernácula se esforzara para mantenerlo en el anonimato.
             Junto con estos aspectos académicos, filosóficos y literarios, Félix era consciente de que era joven y adinerado y no perdía ocasión de organizar y participar en fiestas, donde abundaba el champan, mujeres jovencitas y placeres voluptuosos, a tono con los años locos de la entreguerra.
Todo marchaba sobre ruedas hasta que en 1931 la nube oscura del nazismo comenzó a cernirse amenazante sobre Alemania. Félix olfateó el peligro, portaba dos estigmas inaceptables para los nazis: era judío y comunista. Ese mismo año volvió a la Argentina.

Los años en Argentina
          De regreso en el país no percibió que estaba gobernado por un sistema corrupto que la historia bautizó como la década infame. Entabló relación con Federico Pinedo, el ministro de Hacienda del gobierno de Justo y pensando que lo máximo que se podía hacer en la Argentina para el desarrollo del socialismo, era difundir el impuesto a los réditos y las formas de intervención del Estado en la economía.
            Participó de muchas polémicas, incluyendo un fuerte entredicho con Lisandro de la Torre, quien decía que la Unión Soviética y la Alemania nazi eran lo mismo. Por entonces en Alemania el nazismo cerró la Escuela de Frankfurt y los integrantes que lograron escapar se dirigieron a Estados Unidos. Félix se reunió con ellos en 1935 y se radicó definitivamente en el país del norte.

El engima argentino
             Sin embargo, nunca se olvidó de su país de origen y fue entonces que escribió El enigma argentino. El libro fue reeditado en 2010 durante la gestión de Horacio González, ex Director de la Biblioteca Nacional y repasa gran parte de nuestra historia hasta 1940.


                 Portada de la edición El enigma argentino de Félix Weil

            Lo más destacado de esta obra es la descripción de la descarnada e infame desigualdad establecida por los patrones de estancia con sus obreros o arrendatarios. Describe las distintas maniobras especulativas que permiten explicar la renta agraria argentina en su relación con la europea. Las grandes corporaciones de granos unificaban criterios para explotar al máximo a los agricultores que se encontraban indefensos ya que aquellas poseían los elevadores de granos y la cadena de exportación. 
          Félix los señala como estafadores que fijan los precios de las cosechas entre ellos y juegan a la suba o a la baja para pagar menos o para vender la producción a mayor precio. También describe la oposición persistente que realizó este grupo de poder para impedir la industrialización del país y encasillarlo en la producción de materias primas.
          El libro menciona los levantamientos de los campesinos como el del Grito de Alcorta que ocurrió durante la abundante cosecha de 1912, al comprobar los chacareros que luego de pagar las deudas, nada quedaba para ellos.              Los agricultores que eran arrendatarios, no tenían acceso a los créditos, a diferencia de los agricultores canadienses que sí eran propietarios y se manejaban en cooperativas.
            Este libro desmitifica el halo de progreso y abundancia con que la historia clásica se ha referido a la generación del ochenta y las primeras décadas del siglo XX.
Realiza una fuerte crítica de la Sociedad Rural Argentina, cuyos objetivos precisos son: desarrollo y crecimiento de la ganadería y de la agricultura en manos de un reducido grupo de terratenientes, fomento de una economía basada esencialmente en la producción de materias primas y oposición a todo régimen de gobierno que afecte sus intereses.
            No debe sorprender que tanto su autor como la obra fueran prácticamente desconocidos. Ha sido un acierto que la Biblioteca Nacional lo haya reeditado y que Mario Rapaport, investigador del CONICET repase en su libro Bolchevique de salón, la vida y la obra de Félix Weil.
           En el momento actual en que Argentina se desintegra bajo el régimen ultraneoliberal de Mauricio Macri, el libro de Félix Weil tiene más vigencia que nunca. 

Félix Weil. El enigma argentino. Biblioteca Nacional. Colección Los Raros.
Bolchevique de salón. Vida de Félix J. Weil, el fundador argentino de la Escuela de Frankfurt, de Mario Rapaport.
El granero del mundo. RADAR Libros, 04/01/2015.

Javier Lewkowicz. La historia del bolchevique de salón. Página 12, 28/10/2014.

Mario Rapaport. De la Feria de Frankfurt al regreso de un olvidado: Félix Weil. Página 12, 21/12/2010.

8 comentarios:

  1. genial, gracias por tu aporte Ricardo!

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  2. me encantó, genial como siempre Ricardo, un fuerte abrazo!

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  3. Buenisinmo!!!!! Muchas gracias Ricardo!!!.Un abrazo.Difundo

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  4. Buenísimo!!!!!. Muchas gracias Ricardo. Un abrazo. Edith. Difundo

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  5. Muchas gracias AMIGAZO, siempre Excelente Material!!!!!
    ABBRACCIONES"!!!!

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  6. Excelente reseña de un personaje desconocido (al menos para mí) que merece conocerse.

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  7. GRACIAS POR TU APORTE RICARSO , MUY VALIOSO PARA COMPRENDER LOS INTERESES ELITISTAS DE ESTOS SECTORES,QUE TANTO HAN DIFICULTADO EL PROGRESO DE NUESTRA ARGENTINA .

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  8. Excelente nota y de fundamental lectura para comprender porqué " la Argentina nunca arranca"

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