Desde el inicio de la era K, los diarios La Nación y Clarín junto con su constelación de más de 200 medios de información, se colocaron sistemáticamente en la vereda de enfrente. Con persistencia se dedicaron a resaltar la parte del vaso que está media vacía, mientras desestimaban o ignoraban la mitad media llena. El diario Clarín incurrió incluso en información falseada en numerosas oportunidades.
La causa de este comportamiento es esencialmente ideológica por seguir el gobierno K políticas sociales, con mayor participación del Estado en la salud, la educación y la mejora de la situación socioeconómica de vastos sectores de la población relegados tras décadas de gobiernos neoliberales.
O sea que hasta ayer, la diferencia que ubicaba en veredas enfrentadas a estos medios de la era K, se remitía al terreno de la ideología. Con el tema de Papel Prensa, la situación se volvió intolerable para estos medios, porque ahora les van a tocar el bolsillo, tema altamente sensible e irritante para cualquier empresario.
Por eso es que en este momento, toda sus energías están orientada a defender sus intereses económicos y de poder. Las plumas y corifeos del periodismo adictos a La Nación y Clarín, trabajan a destajo produciendo cotidianamente editoriales que claman contra el avasallamiento de la libertad de prensa, sofisma que no resiste ningún argumento.
Frases como “pretensión de controlar la palabra”, “mordaza a los medios”, etc, están a la orden del día.
Pronostican que el gobierno tendrá el control total de los medios al apoderarse de Papel Prensa, cuando ellos mismos dijeron tiempo atrás que quién controla Papel Prensa controla los medios. Es decir que durante más de 30 años hicieron eso: controlaron los medios.
Después de apoderarse de la empresa, con el aval de Videla y mediante apremios ilegales (eufemismo de tortura), aplicados a Lidia Papaleo de Graiver, la dueña del paquete accionario, los señores Magneto y Bartolomé Mitre lograron el monopolio del papel en la Argentina.
La vidua de Noble brinda con Videla la adquisición de Papel Prensa
No existe en el mundo ningún diario que sea dueño del 99% del papel que se produce en un país. A partir de entonces, el directorio de papel prensa se dedicó a extorsionar a los demás diarios vendiéndoles el papel a un costo superior y con esa maniobra lograron cerrar o apoderarse de 46 diarios de las provincias. Ni la SIP ni ADEPA hicieron el menor reclamo contra este avasallamiento mafioso, tampoco importaron los asesinatos de 14 periodistas en Honduras y de otros más en varios países de América latina.
Ahora claman a tambor batiente, acusando al gobierno de atentar contra la libertad de prensa. Tanto la SIP como ADEPA son instituciones que por sus trayectorias abocadas a defender sólo a las corporaciones mediáticas, están profundamente desprestigiadas. La SIP huele a CIA y es más una institución al servicio del gobierno de los Estados Unidos que a la protección de la libertad de prensa en América.
Considerando que tanto en ADEPA como en la SIP sus directorios están conformados por los dueños de las cadenas informativas, su función totalmente distorsionada, consiste exclusivamente en defender a estos monopolios mediáticos.
EL hecho real es que desde que Clarín y La Nación rapiñaron Papel Prensa, causaron un enorme daño a la información en Argentina. Influenciaron sobre el cándido e incompetente De la Rúa para que pusiera a Cavallo como ministro de Economía y presionaron sin éxito al gobierno de Kirchner para colocar sus alfiles en lugares estratégicos del gobierno.
El directorio de Papel Prensa cuyos miembros ejecutivos tienen sueldos de más de cien mil pesos mensuales y ocultaron sistematicamente los balances de la empresa, jamás pusieron un peso en inversión de nuevos equipos o de ampliación de la fábrica.
Que quede claro: estos señores no están defendiendo la libertad de prensa, están defendiendo el control absoluto del papel y sus abultadas ganancias.
Bartolomé Mitre y Magneto
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