La
antigua fortaleza de San Pedro y San Pablo ha sido convertida en cárcel, en
ella están alojados numerosos prisioneros políticos que pretenden que Rusia se
transforme en un país más civilizado. La dictadura es durísima y no tolera disidencias,
ni críticas y menos, movimientos que pretendan frenar el régimen despótico del
zar Nicolás.
Una
mañana varios sentenciados son sacados de sus celdas y llevados a la plaza de
la fortaleza. Caminan lentamente porque tienen los tobillos encadenados, además
saben que van a morir, porque la plaza es el lugar de los fusilamientos. Les
vendan los ojos y los ponen contra el paredón, pero justo antes de que el
oficial grite ¡fuego!, ingresa corriendo un mensajero con una orden de indulto.
De
haberse cumplido la sentencia, Rusia y el universo literario habrían perdido a
uno de los más grandes escritores, porque entre los prisioneros se encuentra
Fiódor Dostoievski quien suspira aliviado después de haber pasado el momento
más dramático de su vida. Esto ocurrió el 22 de diciembre de 1849 a tan solo un
mes de haber cumplido 28 años.
Fiódor Dostoievski (1821-1881)
Sin
embargo, su futuro inmediato no iba a ser mucho mejor, le esperaban 4 años de
trabajos forzados en Siberia, pero durante ese período infernal entre el
hambre, el frío, la suciedad y los piojos, Dostoievski conoció nuevos
personajes. Ya no se trataba de los intelectuales socialistas que lo
acompañaron en la fortaleza. En Siberia compartió la celda con ladrones y
criminales de toda índole y conoció a fondo los sentimientos y lo más profundo
de la psicología de aquellos seres. Su interés por indagar en sus conflictos,
sus odios sus culpas y sus desprecios por las vidas de los otros y de las
propias, conformaron una experiencia riquísima que volcó años más tarde en su
obra cumbre: Crimen y castigo.
Dostoievski
tenía una contextura física y un organismo más bien endeble, ocasionalmente
sufría ataques de epilepsia cuya duración era lo suficientemente prolongada
como para quedar un par de días confuso y debilitado. Sorprende que no haya
adquirido tuberculosis o fiebre tifoidea que lo llevaran a la tumba en aquellos
parajes. Cuando regresó a San Petersburgo, el mundo había cambiado, sus amigos
ya no estaban y nadie lo recordaba como escritor. Hasta entonces había escrito
una sola obra importante: Pobres gentes.
Esta
obra, como la mayoría de las que escribió Dostoievski, estaba inspirada en
hechos reales. Su padre era un terrateniente de mediana envergadura que tenía
varios siervos. En la Rusia de entonces, existía una condición social que era
una especie de semiesclavitud con sus reglas propias, denominada servidumbre.
La suerte de los siervos dependía de la voluntad y del carácter de sus amos. En
el caso del terrateniente Mijail, el padre de Dostoievksi, sus campesinos no
cayeron en el mejor lugar. El hombre era autoritario, injusto y los castigaba
con frecuencia, hasta que un día se hartaron, lo agarraron entre varios y le
hicieron tomar vodka hasta matarlo.
Dostoievski
detestaba a su padre, pero se sintió culpable de ese sentimiento cuando se
enteró de su muerte. Se introdujo en el submundo de los siervos, se interiorizó
de la vida miserable que llevaban y el resultado fue Pobres gentes. La obra no fue exitosa, pero un día cayó en manos de
Belinski, el principal crítico de la literatura rusa, quien se pasó toda la
noche leyendo el libro y después le dijo a Dostoievski: “has escrito la primera
novela social rusa”.
Fue
una frase certera, porque Dostoievski con sus obras rompió el molde de la
novela convencional. Consideraba que los escritores de su época reflejaban
personajes con ideales abstractos, mientras que él describió la vida de la
gente pobre de San Petersburgo, que en el fondo era su propia vida. Ya que la
misma transcurrió en la pobreza, escapando de los acreedores y con periódicos ataques
de epilepsia, cuyas características volcó en varios de sus personajes.
Cuando
se publicó Crimen y castigo, el
público quedó profundamente impresionado. En sus páginas estaba volcado todo el dolor humano que palpita desde
los estremecedores cuadros de miseria, de vejación personal, de soledad y de
asfixia moral propios de una gran ciudad. A través de personajes cuidadosamente compuestos, Dostoievski
relata la historia de un crimen desde un punto de vista ajeno al de una novela
policial o de terror. El aspecto central es el sentimiento de culpa, la
justificación o no de actos criminales por la propia consciencia, y el desvelo
de saberse autor de un crimen terrible.
En la vida personal de Dostoievski, la
epilepsia, pese a sus connotaciones negativas de todo tipo no era su principal
estigma, lo más grave es que sufría de ludopatía, el trastorno que
impulsa al juego y las apuestas en forma descontrolada. Una de sus obras se
llama El jugador y su prolegómeno
merece ser relatado.
Dostoievski había dilapidado su fortuna en la
ruleta y había contraído una deuda importante con su editor. Vencido el plazo
estipulado, éste podía enviarlo a la cárcel, experiencia que Dostoievski no
quería repetir.
Sus amigos lo veían tan angustiado
que se ofrecieron para escribir la novela en conjunto, pero Dostoievski se negó
rotundamente. Entonces, uno de ellos sugirió que contratara a una amanuense y así
surgió en la vida del escritor Anna Grigoryevna, quien más tarde se convertiría
en su segunda esposa y una ayuda inseparable e inestimable. Anna trabajó hasta
altas horas de la noche, escribiendo, tachando y enmendando hasta que
finalmente la novela fue terminada en el pazo establecido.
Anna Grigoryevna
El jugador, además de ser una de las obras literarias escritas en menos tiempo, es
la expresión más acabada de un personaje trastornado por la compulsión al
juego. Es notable que, habiendo sido elaborada con tanta premura, no se trate
de una novela ligera ni de gestación forzada. Es tan meditada y profunda que,
como las demás producciones de Dostoievski, se introduce de lleno en los
caracteres de los personajes.
Portada de una de las ediciones de El Jugador. La cubierta es una pintura de Cézanne
Sin duda la obra está alimentada con
experiencias vividas por el autor, ya que sólo aquel que ha padecido la pasión
por el juego puede describir con tanta objetividad la excitación y el deseo
incontrolable que surge ante una mesa de cartas o el característico tintinear
de la bola saltando en la ruleta. En la novela hay muchos párrafos relatados en
primera persona –probablemente el mismo Dostoievski– que son verdaderamente
elocuentes: "Aposté a los pares veinte federicos de oro y gané, volví a
poner y de nuevo gané. Y así dos o tres veces. En unos cinco minutos había
reunido casi cuatrocientos federicos de oro. Era el momento de irme, pero una
extraña sensación se apoderó de mí, algo así como un desafío al destino, un
deseo de burlarme de él, de sacarle la lengua. Hice la máxima apuesta
permitida, cuatro mil florines y los perdí. En un arrebato saqué el resto,
repetí la jugada y de nuevo perdí".
Al final de la novela hay otra escena que
describe claramente al jugador compulsivo: "Salí del casino, hurgué el
bolsillo del chaleco y encontré un florín. Tendré con qué comer, pensé, mas
apenas hube dado cien pasos, cambié de idea y regresé a la sala de juego. Puse
aquel florín a pleno y puedo jurar que se experimenta una sensación particular
cuando uno que está solo, en un país extraño, lejos de la patria, de los amigos,
no sabiendo si va a comer aquel día, arriesga su último florín".
A esta obra le
siguieron El idiota y Los hermanos Karamazov y por ese entonces
Dostoievski gozaba de enorme fama y finalmente conoció la vida holgada.
El 9 de febrero de
1881 tuvo el último ataque de epilepsia que asociado con una hemorragia
cerebral, lo llevó a la tumba. Su funeral fue una apoteosis, agrupaciones y
personas de distintas ideas políticas y filosóficas, se unieron por primera vez
para acompañar el féretro del creador del antihéroe, de la gente que vive al
límite como había sido la mayor parte de su propia vida.
Fiódor
Dostoievski. Biografías y vidas. La Enciclopedia Biográfica en Línea. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dostoievski.htm
Fiódor
Dostoyevski. El jugador. Alianza Editorial.
Los hermanos
Karamazov.
Fedo Dostoievski.
Biblioteca Básica Universal. Centro Editor de América Latina. 1979, Buenos
Aires.
Dostoyevsky.
Encyclopaedia Britannica, tomo 17, pag 451-454. Chicago 1995.
Gracias Ricardo!!!. Como siempre. Hermosa,agil, acabada reseña en 4 pinceladas de la vida de Dostoievski.
ResponderEliminarCariños. Edith.
Excelente e interesante tu blog de Dostoyevsky, Ricardo
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias " AMIGAZO", Excelente!!!!!
ResponderEliminarABRAZO ENORME PARA LOS DOS!!!!!
Leí algunos de su libros pero no sabía nada de su biografía. Excelente.
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