La ejecución
Son
las 5 de la mañana del 1ro de febrero de 1931 y en el patio de la
Penitenciaría de Las Heras va a tener lugar una ceremonia lúgubre: se va a
proceder al fusilamiento de un condenado a muerte. Roberto Arlt presencia la
escena con un nudo en la garganta, ve como el reo avanza con marcha de pato
debido a que tiene los tobillos engrillados. Se dirige hacia una silla junto al
muro cubierto de orificios producidos por las descargas de los pelotones de
fusilamiento. Algunos espectadores ríen, ¿será de nervios?
Roberto Arlt (1900-1942)
El
reo se sienta en el banquillo y rechaza categóricamente que le venden los ojos.
Él quiere mirar fijamente a sus verdugos, varios de los cuales, esa noche no
dormirán en su afán por convencerse de que cumplen órdenes.
Segundos antes de la orden de fuego, el
prisionero grita ¡Viva la anarquía! Y su cuerpo se desploma muerto y se desliza
de la silla al suelo. Lo que sigue es la descripción de Arlt: “Las balas
han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno.
Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero quita los remaches de los grilletes.
Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha
venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla.
Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra."
”Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y
desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón,
Álvarez, de Última Hora, Enrique González Tuñón, de Crítica y
Gómez de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían.
Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que
rezara:
-
Está prohibido reírse.
-
Está prohibido concurrir con
zapatos de baile.”
Severino Di Giovanni
(1901-1931)
Severino
Di Giovanni arribó a la Argentina con la última oleada de inmigrantes huyendo
del fascismo y de la miseria que reinaba en Italia. El último recuerdo que
traía de su país era la Marcha sobre Roma de los Camisas Negras. Tenía 23 años
y llegaba a Buenos Aires con su esposa Teresa Masciulli y tres hijos que
debería mantener. Fue autodidacta, maestro sin título y tipógrafo, también era
un convencido anarquista.
Severino
formaba parte de la línea dura del anarquismo, lo cual significaba que no se
quedó en la teoría y en los panfletos. No se destacó por sus escritos sino por
sus acciones violentas que generaron muchas controversias y tuvieron en
jaque a la policía durante varios años. En su nota escrita en la celda antes de
morir señaló: “No busqué afirmación social, ni una vida acomodada,
ni tampoco una vida tranquila. Para mí elegí la lucha. Vivir en monotonía las
horas mohosas de los resignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es
vivir, es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masa de carne
y de huesos. A la vida es necesario brindarle la elevación exquisita del brazo
y de la mente. Enfrenté a la sociedad con sus mismas armas, sin inclinar la
cabeza, por eso me consideran, y soy, un hombre peligroso”.
Su
primera actuación pública resonante fue en junio de 1925 en el Teatro Colón, en circunstancias en que se
realizaba una función celebrando el ascenso de Vittorio Emanuele III al trono
Italia. Ante la presencia del presidente Alvear y el embajador fascista,
irrumpió en la sala con un grupo de compañeros gritando "¡Asesinos,
ladrones!" El incidente terminó con el encarcelamiento de Severino y sus
compañeros.
El grado de violencia de sus acciones fue en aumento.
Cuando la justicia de Estados unidos envió a la silla eléctrica a Sacco y
Vanzetti, colocó una bomba en la embajada de ese país, haciendo volar parte de
sus instalaciones. A este atentado le siguió una bomba en el City Bank en el
centro porteño, una en el consulado italiano de Buenos Aires donde murieron 7
fascistas y generó el rechazo de la línea menos combativa de sus compañeros
anarquistas. También participó en robos y en uno de ellos hirió gravemente a un
policía desfigurándole la cara de un tiro. El mayor asalto fue a un camión
pagador donde se alzó con 286.000 pesos, que le permitieron realizar el sueño
de abrir su propia imprenta libertaria.
Severino se
había convertido en el enemigo público número uno y la policía estuvo detrás de
él durante meses hasta que logró atraparlo junto con su amante América Scarfó y
el hermano de ésta, Paulino Scarfó en una quinta de Burzaco donde vivía y tenía
la imprenta.
Su huida por las calles de Buenos Aires quedó como
algo legendario. En el tiroteo cayó una niña, y por supuesto le adjudicaron a
él esa muerte cuando fue notorio que recibió balas policiales. Los tres fueron encarcelados,
pero América fue inmediatamente liberada por ser menor de edad. Paulino Scarfó
fue brutalmente torturado y fusilado un día después de Severino.
América
América Scarfó (1913-2006)
América
Josefina Scarfó, tenía 14 años cuando conoció al amor de su vida. Alumna
sobresaliente del segundo año del Liceo de Señoritas "Estanislao
Zeballos", de familia católica y siciliana, vivía con sus padres y 7
hermanos en una casa de Floresta.
Los Scarfó tenían un vecino misterioso, del
cual solo sabían que vendía flores al por mayor en el Mercado de Abasto, pero
por sus idas y venidas y su aire enigmático llegaron a la conclusión de que
podría estar en las filas anarquistas. En eso no se equivocaron, aunque les
faltó saber que Severino era el más peligroso de todos ellos.
Sin embargo, ese
personaje vengador e implacable poseía un alma poética y romántica y América
apenas una adolescente se enamoró sin concesiones de Severino. En el medio de
ellos flotaban los sueños de un mundo libertario y detrás de ellos una cacería
que haría todo lo posible para separarlos hasta lograrlo.
América y
Severino tuvieron un amor pasional, pero también breve lo que no impidió que
hubiera un frondoso intercambio epistolar. Cuando se produjo el allanamiento de
la quinta de Burzaco, la policía confiscó las cartas que para América
constituían el tesoro más preciado.
El resto de
su vida América lo dedicó a formar una librería con material y publicaciones
anarquistas. De ella no se habló más hasta que durante el gobierno de Menen se
puso en contacto con Osvaldo Bayer. Cuando este la fue a visitar, aquella
anciana de pelo blanco como la nieve, le manifestó que estaba cerca de la
muerte y quería recuperar las cartas que Severino le escribiera. El siguiente
es un relato de Osvaldo Bayer:
“Lo fui a ver a Unamuno, el director del Archivo
General de la Nación. Siempre dispuesto a la ayuda me preguntó dónde había
visto esas cartas la última vez. Le dije: "en el Museo Policial, en un
archivo aislado". Me respondió: "Bueno, quien quizás pueda ayudarte es
el ministro del Interior, Corach."
Pedí la entrevista junto con América. Nos
recibió a los dos días. Le expresé el deseo de América y me dijo que haría las
averiguaciones pertinentes. A los dos días nos llama el jefe de la Policía
Federal que me esperaba en su despacho. Fui con América. Nos recibieron el jefe
y el subjefe. El jefe me escuchó con forzada benevolencia y me contestó: "usted
me pide algo que pertenece a la Policía Federal." Entonces tomó la palabra
América que con voz suave pero firme le expresó: "señor, son cartas de
amor que me escribieron a mí, me pertenecen a mí. No es un documento policial o
que sirva como prueba de algún delito. Las cartas me pertenecen sólo a
mí". El oficial se sintió molesto y dictaminó: "pongan un abogado, se
resolverá".
La gestión
del abogado fue exitosa y días más tarde fueron citados a la Casa de Gobierno y
América pudo recuperar las cartas de su amado Severino. Poco tiempo después
falleció a la edad de 93 años habiéndose cumplido su último deseo.
Felipe Pigna. Los
Mitos de la Historia Argentina 3, Buenos Aires, Planeta, 2006.
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Roberto
Arlt. El fusilamiento de Severino Di Giovanni. Aguafuertes de Buenos Aires http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/decada_infame/fusilamiento_severino_di_giovanni_por_roberto_arlt.php
Felipe
Pigna. Anarquistas y socialistas. http://www.elortiba.org/severino.html
He
visto morir: la ejecución de Severino Di Giovanni. http://www.taringa.net/posts/offtopic/7293469/He-visto-morir-La-ejecucion-de-Severino-di-Giovanni.html
Osvaldo
Bayer. América. Página 12 27/08/2006
excelente nota, grande Severino!
ResponderEliminarInteresante y excelente como siempre, don Mordaz.
ResponderEliminarHay una novela de María Luisa Magagnoli, "Un café muy dulce, muy dulce, que describe todo esto desde el punto de vista de América Scarfó.
Muchas gracias Carissimo AMIGAZO, realmente preciosa la nota, con el Grupo
ResponderEliminarde Teatro Latino dirigì " La Isla desierta " maravillosa pieza teatral de Robero Arlt.
Hasta pronto!!!!!!!
ABBRACCIONE!!!!!
TAN BUENO E INTERESANTE COMO SIEMPRE .-¡QUE MAL ACOSTUMBRADOS NOS TENES A TUS SEGUIDORES !!MIS BENEPLACITOS Y ABRAZO ,QUERIDO RICARDO !!!
ResponderEliminarMERCEDES
Te cuento. yo soy de Burzaco y la casa donde pusieron preso a Severino esta a metros de mi casa. tambien te cuento que hace muy poco le hicieronun homenaje a Severino el único homenaje que se conoce un grupo de chicos anarquistas y vino a leer los poemas de Severino el propio Osvaldo Bayer muy emocionado entre otras razones por ser parte de ese sencillo homenaje por un lado porque a él le costo la prisióny luego el exilio por hber escrito dos libros emblematicos el fusilamiento de los obreros de la patagonia y el libro sobre severino..
ResponderEliminarcariños y gracias por tus trabajos