La
capacidad de recuperación del cerebro
El arte es uno de los pocos aspectos complejos de
las funciones cognitivas que no necesariamente empeora cuando se daña el
cerebro.
Anjan Chatterjee. Neurólogo de la Universidad de
Pennsylvania.
La
enfermedad de Alzheimer (EA) y los accidentes cerebrovasculares (ACV), suelen
producir efectos devastadores en las personas que los sufren. En el mundo del arte
puede ocurrir que el pintor afectado por estas enfermedades, si continúa
pintando, su técnica y talento se deterioren progresivamente y termine produciendo figuras grotescas. Tal es el caso del reconocido artista William Utermohlen, cuyos autorretratos son la expresión cabal del progreso de
su EA y constituyen materia de estudio y de docencia en el campo de la
neurología y la psiquiatría. Ver El Mordaz: Entre el arte y la demencia
Sin
embargo, estas afecciones pueden producir efectos opuestos y sorprendentes, como los dos casos de pintores que se describen en este artículo.
KATHERINE SHERWOOD
Katherine
Sherwood estudió arte en la Universidad de California y se dedicó a la pintura.
Sus obras pasaron casi desapercibidas, incluso en la zona de San Francisco
donde vivía. En 1997, cuando tenía 44 años, sufrió un ACV que le dañó el
hemisferio izquierdo del cerebro y le dejó como secuela una hemiplejía derecha.
A partir de entonces, Katherine ingresó en ese círculo de personas, que por
causa de una enfermedad grave, sufren un vuelco que les cambia la vida en forma
altamente favorable. Después del ACV no pudo utilizar el atril y debió colocar
los lienzos en posición horizontal, moviéndose alrededor de ellos en silla de
ruedas. Después de un tiempo en que tomó conciencia de que la mitad de su
cuerpo nunca más se recuperaría, comenzó con la difícil tarea de lograr emplear
con habilidad su mano izquierda. Al fin y al cabo, tenía la suerte de no ser
escultora, música, dentista o cirujana.
Katherine Sherwood con dos de sus obras.
Comenzó a
utilizar pinturas con menos ingredientes tóxicos, como el plomo, y esto
hizo que lograra nuevos tipos de efectos visuales. Fue entonces que su arte
adquirió una mayor dimensión en creatividad y estilo y empezó a interesar a los
críticos que juzgaron su obra como intuitiva, vibrante, abstracta y expresiva.
El
resultado fue que la llamaron para exponer sus obras en galerías de arte y
museos, recibió premios y sus exposiciones son comentadas en los periódicos.
También es curadora en las exhibiciones de pintura y da clases de arte en la
Universidad de Berkeley.
LESTER POTTS
Lester Potts
nació en 1928 en una granja de Mississippi y nunca había tenido entre sus manos
un pincel que no fuera de brocha gorda para paredes. A la edad de 72 años le
diagnosticaron EA, perdió la capacidad de valerse por sí mismo y entró en un
cuadro depresivo.
Su hijo,
Daniel C. Potts, quien se desempeñaba como neurólogo en la Universidad de
Alabama, decidió estimular al padre para que pintara con el objeto de introducirlo en una terapia recreativa. Para ello contrató a un artista
voluntario que le enseñó a Lester la técnica del uso del pincel con acuarelas.
Pronto Daniel descubrió que su padre tenía un talento que no había sido
desarrollado.
Lester Potts con su hijo y una de sus obras.
Al principio, el maestro le
mostró figuras para estimularlo. Poco tiempo después Lester hizo caso omiso de
las indicaciones de aquél y comenzó a llenar los lienzos con sus propias
creaciones que le surgían de la mente. Según el hijo: “La mayoría de las obras
que pintó mi padre durante los estados avanzados de su enfermedad eran creaciones
que provenían de su imaginación o basadas en experiencias y hechos pasados”.
Fue sorprendente que, si bien la EA progresaba al punto de perder el habla y no
poder escribir, conservó la habilidad para pintar hasta poco antes de su
muerte, después de siete años de enfermedad.
A medida
que avanzaba el cuadro de EA, el arte de Lester viró desde escenas de la vida
campestre y salvaje, las tierras aradas y los momentos de la cosecha, hacia
versiones más abstractas sobre hechos y cosas que siempre le importaron.
Mediante el
estudio de obras como las de Lester, que emergen de diferentes tipos de
demencia, los investigadores en neurociencias comenzaron a trazar mapas de las
regiones del cerebro que interactúan entre sí inspirando o inhibiendo la
creatividad.
En los casos de EA, los pacientes siguen patrones artísticos
diferentes. En esta enfermedad, la degeneración de las células nerviosas se
focaliza en la parte posterior del cerebro y esto conduce a una progresión
paulatina del arte desde una temática realista hacia una abstracta. Los rostros
se vuelven distorsionados y se enfatizan más los colores que las formas.
Los
pacientes que sufren la degeneración o demencia del tipo frontotemporal están
más tocados por la innovación. En estos casos, el daño de las zonas frontal y
laterales del cerebro tiende a interferir con aspectos de la personalidad, el
comportamiento y el lenguaje. Como resultado, los cambios de la personalidad
pueden ser drásticos, con tendencia hacia lo obsesivo y lo meticuloso. El arte
que desarrollan involucra temas realistas y concretos y pueden repetir la misma
imagen múltiples veces con pequeñas variaciones.
Los
comportamientos de estos dos casos presentados conducen a la misma fuente de
investigación que tiene fascinados a los investigadores en neurociencias: el
fenómeno de la plasticidad, es decir, la capacidad que tiene el cerebro de
remodelarse y realizar nuevas conexiones neuronales para recuperar funciones o
crear otras nuevas y sorprendentes.
Es muy alentador y positivo
que personas con demencia, incluida la EA, puedan acceder y tengan la capacidad
de desarrollar nuevas habilidades que eran inexistentes o ignoradas antes del
inicio de la enfermedad. Los casos de Katherine y Lester demuestran que
existen aspectos en las mentes de nuestros seres queridos que no han sido descubiertos, pero
que son accesibles y esperan la oportunidad para ser revelados.
En el caso de
Katherine, la discapacidad que le produjo el ACV, en lugar de sumirla en la
depresión y llevar una vida de inválida, le generó fuerzas interiores que le
permitió acceder a un porvenir plagado de expectativas que no existían antes
del ACV.
En el caso de Lester, la
estimulación externa aportada por un artista voluntario que lo introdujo en el
mundo de la pintura, que hasta entonces le era totalmente desconocido, le
despertó habilidades ignoradas. El cambio fue tan impactante, que su hijo, que
es neurólogo, creó la fundación Cognitive
Dynamics cuya misión es mejorar la calidad de vida de las personas con
trastornos cognitivos como la EA para que accedan a una dignidad humana
merecida.
Bibliografía
An
Unexpected Legacy: Art Therapy Breakthroughs in Engaging Persons Living with
Dementia. Posted by Mara
Botonis on September 28, 2015. http://www.caregivers.com/blog/2015/09/an-unexpected-legacy-art-therapy-breakthroughs-in-engaging-persons-living-with-dementia/
Sohn E. After brain damage, the
creative juices flow for some. Los Ángeles Time. May 20, 2011.
Sherwood K. How a cerebral
hemorrhage altered my art. Front Human Neurosciences 2012.
Hola Ricardo. Estoy disfrutando tu libro. Tengo un montón de comentarios y algunas preguntas.
ResponderEliminarLos comentarios los dejo para la próxima caipiroshka y las preguntas van ahora.
Le mandaste un ejemplar a la esposa de Judkovski?
Y a Otilia?
Podrías hacer que Gador mandé un libro al Dr. Silvio Finkelstein, en Montreal, quien es miembro de la Academias del Lunfardo y representante de la Academia del Tango?
Qué días se hacen las sesiones de Gador en el Tortoni?
Es todo por ahora.
Hola Julio:
EliminarLas sesiones de Gador se hacen el primer viernes de cada mes, de marzo a noviembre. Para agosto ya están completadas las reservas, pero podemos ir el primer viernes de septiembre y aprovechar para invitarla a la esposa de Judkovski y de paso entregarle el libro. ¿Vos te podés encargar de hacer el contacto?
Otilia recibió dos ejemplares, uno para ella y otro para la biblioteca de la Academia Porteña del Lunfardo.
Cuando me entreviste con Gador le trasmitiré tu inquietud. El libro es pesado y mandarlo por encomienda debe superar los mil pesos, pero para Gador no sería inconveniente.
Abrazo
Ricardo
Muy bueno tu artículo sobre el arte y las lesiones cerebrales, Ricardo. Como siempre, te agradezco por mandar.
ResponderEliminarAbrazos,
Muy interesante!
ResponderEliminarGracias,como siempre aprendo mucho con tus artículos! !!!
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