Endilgarle
a la Suprema Corte de Justicia toda la responsabilidad de la lamentable y
repugnante decisión del 2 x 1, es un pensamiento erróneo, o más bien
incompleto. Esta Corte no se hubiera atrevido ni por asomo a ejecutar dicha
sentencia en los años anteriores. Ahora, la época y el clima que estamos
viviendo les son propicios para ser tan permisivos.
Empecemos
por Macri quien previo a las elecciones no ocultó su simpatía por la dictadura
de 1976 y en esto es consecuente porque cuando empezó el proceso, la dinastía de él y su papi tenía 7 empresas y en 1983, superaba las 40. Quienes no son consecuentes son
los que lo votaron y no hablo del gorilaje, consubstanciado con la dictadura.
Hablo de los indecisos, los que detestaban a Cristina o simplemente querían un
cambio. Sin razonamiento y como autómatas fueron a las urnas y tuvieron el
cambio, pero no el que esperaban, muchos perdieron su trabajo, sus empresas se
cerraron o los sueldos no les alcanzaron. Con su voto volvimos a la década del
90, porque este plan económico que solo beneficia a los terratenientes, la
minería y los que se dedican a la bicicleta financiera, está calcado hasta en
las comas del de Martínez de Hoz.
Los
que votaron a Macri olvidaron que llegó a decir que “había que terminar con el
curro de los derechos humanos”.
Ya
en el gobierno, lo primero que hizo Pinocho fue enviar a la Suprema Corte la propuesta de dos
jueces adictos salteando al Senado: Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
El
escándalo fue tan grande, como bien lo relata Nora Veira en un artículo de Página 12, que tuvo que dar marcha atrás con el decreto, obligado a
seguir el camino reglamentario. Y aquí vienen los segundos responsables:
senadores radicales, peronistas y parte del Frente para la Victoria, quienes por
carpetazos, por amenazas y presiones, o simplemente por la falta de principios
y una ética gelatinosa, dieron la aprobación para el nombramiento de estos dos
jueces que contribuyeron con su voto al 2 x 1.
En
la lista de responsables no debemos omitir a los medios. Mediante diversos
editoriales y a través de sus comentaristas, el diario La Nación fue prolífico en notas plañideras sobre los pobres viejitos que están presos y
algunos con problemas de salud. Los “pobres viejitos” son los que ayer
torturaron, robaron bebés y mataron a 30.000. La Nación también actúa en
consecuencia, consiguió Papel Prensa durante la dictadura mediante extorsión y
tortura de sus dueños, pero además, ideológicamente, “la tribuna de doctrina”,
como se autocalifica el diario de los Mitre, estaba de acuerdo con el
desastroso programa económico de la dictadura.
Tenemos
que agregar los periodistas mercenarios de los medios del grupo Clarín, que
fueron tanteando el terreno y defendieron a ultranza a jueces corruptos como
Bonadio.
Ah! me olvidaba: la jerarquía eclesiástica, siempre mirando para otro lado cuando los uniformados mataban y protegiendo a sus mesiánicos capellanes, salidos de una historia de Torquemada.
Ah! me olvidaba: la jerarquía eclesiástica, siempre mirando para otro lado cuando los uniformados mataban y protegiendo a sus mesiánicos capellanes, salidos de una historia de Torquemada.
Con
este ambiente propicio, de mano dura, bastón fácil y próximamente gatillo fácil,
más el abrazo protector de los medios, se creó este terreno donde todo vale,
los poderes no son independientes y la mentira es soberana.
Con
un cinismo e hipocresía asombrosos, ante la decisión de la Suprema Corte, el
gobierno balbuceó que no estaba de acuerdo con el 2 x 1, pero que respeta a la
justicia que es sabia en sus decisiones. Claro que cuando algún juez se atreve
a investigar el dinero mal habido de las empresas de la familia Macri, sufre
todo tipo de agravios, calumnias y amenazas y se presiona al Consejo de la Magistratura para
que sea expulsado.
Si
usted no quiere atragantarse con la comida, cuando en el bar o el restaurante donde
se encuentra gozando de un momento de relax, aparece Astiz, el Tigre Acosta,
Cavallo y otros, lo invito a concurrir el próximo miércoles a Plaza de Mayo a las
18 horas para manifestar contra esta distorsión de la justicia, porque además del retroceso en
salud, ciencia, educación, cultura, desarrollo económico y bienestar de la
población, hemos vuelto 30 años atrás en derechos humanos.
Me gusta tu análisis. Todavía resuena en mis oídos el NUNCA MAS. Espero que la mayoría de la ciudadanía recuerde este compromiso histórico con no permitir que violadores, asesinos, secuestradores y torturadores de personas, robos de bebé etc. vuelvan a convivir con nosotros libres de culpas y cargos- Como si la gente que sufrió sus maldades se hubiera merecido semejantes atrocidades. Mi nombre es Amalia pero como no figuro en las opciones puse anónimo
ResponderEliminarGracias por compartir. Emocionante y muy triste después de haber gritado con todo el corazón NUNCA MAS
ResponderEliminarGracias. Merece la pena ser reproducido
ResponderEliminarExcelente análisis Ricardo! gracias!
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