Después del intento fracasado de tomar el cuartel Moncada en
1953, Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, pero gracias a una
amnistía fue liberado a los 22 meses. Lejos de abandonar el proyecto
revolucionario, se dirigió a México para reorganizar el movimiento que pasó a
llamarse 26 de julio, la fecha del intento de asalto contra el Moncada.
Fidel
Castro detenido después del asalto al Moncada
En México, estaba esperándolo su hermano Raúl quien le
presentó a Ernesto Guevara, que junto con otros cubanos había escapado de
Guatemala como consecuencia del derrocamiento de Jacobo Arbenz. Hacer click para ver Ernesto en Guatemala
En sus primeras
conversaciones intercambiaron impresiones sobre Latinoamérica, discutieron
planes, estrategias y expresaron sus anhelos. Fidel le solicitó unirse al
Movimiento 26 de Julio y Guevara aceptó de inmediato. A partir de ese momento
se transformó en el Ché.
Los preparativos para la invasión, incluyeron adiestramiento
físico, manejo de armas, práctica de tiro, escalamiento de montaña, lucha libre
y técnicas de supervivencia. Una clandestinidad más rigurosa y el rumor de un
infiltrado en sus filas, llevó a los cubanos y al argentino a apresurar los
preparativos para la invasión del país. La cita sería la noche del 24 de
noviembre en Tuxpan, Veracruz a bordo del Granma
(abreviatura de grandmother).
El Granma
La nave adquirida era un yate sin mástiles que
escasamente superaba los 13 metros de eslora por 4,76 metros de manga. Estaba
condicionado para albergar una tripulación máxima de 10 a 12 personas, pero se
embarcaron 82, y desde el momento en que zarpó, Fidel ya había establecido las
categorías de mando y los pelotones con sus respectivos jefes.
El
25 de noviembre de 1956 en medio de una fría lluvia y un cielo encapotado,
zarpó la embarcación deslizándose por el río Tuxpan hasta alcanzar el mar
abierto. La aventura era totalmente descabellada y las posibilidades de éxito
inciertas por no decir nulas, pero Fidel era un imprescindible y los personajes
de esta categoría no miden desigualdades sino que las enfrentan.
Aquella
nave, lenta y pesada debía atravesar la distancia que los separaba hasta llegar
a Cuba. Sobrecargada en exceso, cualquier tormenta fuerte podía hacerla
zozobrar. Debían amarrar en el sitio establecido de la costa cubana donde los
esperaban algunos miembros para asistirlos con apoyo logístico. Si todo esto se
cumplía tenían que sumergirse en la selva montañosa y aplicar la táctica de
guerra de guerrillas hasta alcanzar la estrategia establecida. Esta consistía
en derrotar al ejército de Fulgencio Batista constituido por miles de hombres
con armamento moderno provisto por Estados Unidos y con apoyo aéreo.
Nadie
hubiera apostado un centavo por el éxito de aquellos hombres que además estaban
pobremente armados. Ni siquiera contaban con el factor sorpresa, la
noticia de la partida de la embarcación se había filtrado y llegado a los
servicios de inteligencia del dictador Batista. Solo los impulsaba una fuerza
de voluntad increíble y una confianza absoluta en la victoria. Al salir Fidel
había sentenciado: “si parto llego, si llego lucho y si combato gano”.
Durante
la travesía se demostró la cohesión y solidaridad que había en el grupo emanada
de la voluntad férrea del comandante. Habían logrado el primero de los
objetivos que tenían por delante: eludir la vigilancia de los guardacostas
mexicanos.
Ya en pleno océano, pero próximos a llegar al punto de desembarco,
una gigantesca ola sacudió la embarcación que escoró peligrosamente y cuando se
enderezó vieron que uno de los vigías había caído al mar. La noche era cerrada
y con un fuerte oleaje, pero Fidel ordenó detener la marcha para rescatarlo.
Estuvieron más de una hora buscándolo con las linternas y a medida que el
tiempo pasaba la tripulación iba perdiendo las esperanzas de salvarlo. Fidel no
se rindió y ordenó continuar la búsqueda haciendo que la nave realizara un giro
más abierto hasta que escucharon la voz apagada del náufrago y lograron subirlo
a bordo.
Poco más tarde divisaron las luces del faro de Cabo
Cruz, pero los datos de la zona no coincidían con los de la carta náutica y
decidieron seguir un trecho paralelo a la costa hasta que de pronto el Granma
encalló a dos kilómetros del lugar donde debieron haber amarrado. Fidel ordenó
el desembarco inmediato y alejarse lo más rápido posible del barco antes de que
lo detecten. Eran las 7 de la mañana del 2 de diciembre y habían navegado
durante 7 días. Dos días más de lo previsto y con el ejército de Batista alertado
y esperándolos.
No podían haber elegido un lugar peor, la zona
estaba llena de pantanos donde se hundían hasta la cintura. Horas después
cayeron en la emboscada que les preparó el gobierno. Solo 12 sobrevivieron, entre ellos Fidel y su hermano Raúl, el Ché y Camilo Cienfuegos.
El
pequeño grupo subiendo la Sierra Maestra
Esa noche Fulgencio Batista pudo dormir tranquilo,
los partes del frente le informaron que los revolucionarios habían sido
diezmados, solo unos pocos habían logrado escapar para refugiarse en Sierra
Maestra. Mañana, pensó Batista, anunciaré a la población que Fidel Castro ha
muerto.
Dos años después de táctica de guerrillas, el
minúsculo grupo había sumado ochocientos combatientes, entre campesinos y
soldados desertores, todos imbuidos de idealismo, convicción y coraje. Del lado
opuesto había un ejército de 70.000 hombres, más el apoyo aéreo, pero desmoralizado
que no sabía para que luchaba ni contra quién lo hacía.
El 1 de enero de 1959, los “barbudos”, entraron
triunfantes a La Habana y cambiaron la historia.
Fidel, su
hermano Raúl y el Ché, entrando en La Habana.
Fidel Castro. Encyclopaedia Britannica, tomo 2, pag
940-941. Chicago 1995.
Muy bueno el relato del heroísmo revolucionario, Ricardo. Inicialmente fue Fidel muy admirado en EEUU. Desafortunadamente después cambio la orientación política de Cuba a una dictadura comunista que esperamos cese pronto.
ResponderEliminarYo visité Cuba poco tiempo después que cayó el sistema soviético y los cubanos la estaban pasando muy mal por el bloqueo de Estados Unidos y errores propios de régimen. Me llamó la atención que todos tenían educación terciaria y perfecto estado de salud, algo que Estados Unidos no ha logrado.
EliminarCastro optó por un régimen dictatorial porque no se pueden hacer cambios drásticos para mejorar el estado socioeconómico de la población por la vía democrática, dentro del dominio geopolítico de Estados Unidos. Así lo demostraron las experiencias de Arbenz en Guatemala y de Allende en Chile.
Abrazo
tu cronica, Ricardo, tan imprescindible como este puñado de luchadores! muchas gracias!!
EliminarGran Leccion de historia y por sobre todo PATRIOTISMO
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