“Tengo dos caminos: ser
hombre de letras o hacer letras para los hombres”.
Homero Manzi
El 1 de noviembre de 1907, hace 109 años, nacía una de las más
brillantes letras del tango. Este artículo lo recuerda y le agradece la belleza
de sus poemas inolvidables.
Homero Manzi
(1907-1951)
Encuentro en una esquina
Cátulo
Castillo vivía en la calle Loria al 1400, era el año 1923 y él, que solo tenía
17 años, ya mostraba su talento como letrista y compositor de la música
ciudadana. En esa época Cátulo practicaba boxeo y ese día iba caminando hacia
el ring del barrio silbando su primer gran éxito “Organito de la tarde”.
Cuando
iba a cruzar la esquina, se le aparece un muchacho de pantalones cortos y le
dice: “Yo sé que vos sos Cátulo, mirá tengo una letrita ¿sabés?, que se llama
“El ciego del violín”. ¿No te gustaría ponerle música? Cátulo
leyó el papel y le gustó. “¿Cómo te llamás?”, le preguntó al otro. “Homero
Manzioni, le respondió y desde ese momento surgió una estrecha amistad de la
que solo los separaría la muerte de Homero en 1951.
Así como Cátulo Castillo
hacía su debut con “Organito de la tarde”, Homero lo hizo con ese tango que
pasó a llamarse “Viejo ciego”. En ese primer encuentro estaba otro muchacho, un
flaco larguirucho de anteojos, que Cátulo lo presentó como Sebastián Piana
quien más tarde sería compositor, pianista y director de orquesta. Piana hizo
la música de varias letras de tango de Homero como “Milonga del 900”, “El
Pescante” y para Cátulo, nada menos que “Tinta Roja”.
Infancia
Homero
Nicolás Manzione nació en 1907 en Añatuya, un pueblito que surgió del empalme
ferroviario de Santiago del Estero, una casi desértica provincia del noroeste
argentino.
Su padre, Luis Manzione, probaba fortuna como discreto hacendado
rural. Como Homero formaba parte de una familia de 9 hermanos, debemos pensar
que a su madre, Ángela Prestera, apenas le alcanzaba el tiempo para todos los
cuidados de la casa. A los 7 años, ella lo llevó a Buenos Aires y lo puso
pupilo en el colegio Luppi, en pleno barrio de Pompeya.
Diría
más tarde Homero: “Yo era un provinciano otario que se quedaba con la boca
abierta mirando un tranvía”. En su camino a la escuela pasaba por el terraplén
del ferrocarril y sus ojos fueron grabando esos escenarios que más tarde volcaría
en letras como Barrio de tango y Sur, dos de sus obras cumbre.
El
golpe del 30
Tras un breve período en el periodismo, Manzi
trabajó como profesor de literatura en los colegios nacionales Mariano
Moreno y Domingo Faustino Sarmiento hasta 1930. Desde muy joven se afilió y militó en la Unión Cívica Radical, siendo uno
de los exponentes más lúcidos de la línea yrigoyenista y un activista de la
Reforma Universitaria cuando transitó por la Facultad de Derecho. En ese
movimiento se metió a fondo repartiendo panfletos y trompadas contra un grupo
de estudiantes de ultraderecha llamado “El Círculo”.
El 6 de septiembre de 1930 fue un día
fatídico no solo para el país, sino también para Homero. El golpe militar de
Félix Uriburu, mal llamado revolución, e inspirado por Estados Unidos tuvo
consecuencias gravísimas para el país. Instaló el precedente de futuros golpes
militares y fue una dictadura, de neto corte fascista, entregada a los
capitales foráneos.
En cuanto a Homero, fue expulsado de sus cátedras de
profesor por el solo hecho de ser yrigoyenista, estuvo varios meses entre rejas
con el traje a rayas en la cárcel de Las Heras y cuando lo soltaron, se
transformó en un desocupado.
Podemos decir que aquí se produjo un
punto de inflexión en su vida ya que decidió dedicarse por entero al arte;
organizó una compañía de danza con la que salió de gira por el interior del
país, por Chile y por Perú. Por esa época ya estaba de novio con Casilda
Iñíquez Vildósola y ambos contrajeron matrimonio el 31 de diciembre de 1931. En
esos días compuso “Milonga sentimental” con letra de Sebastián Piana y cantada
por Carlos Gardel. Homero recortó su apellido y de Manzioni, pasó a llamarse
Manzi, pero para sus amigos seguía siendo “Barbeta” por la personalidad de su barba limitada al mentón.
Cuatro
talentos del tango. De izquierda a derecha: Cátulo Castillo, Homero Manzi,
Sebastián Piana y Pedro Maffia.
El
surgimiento de FORJA
Cuando la dirección de la Unión Cívica
Radical, se alejó de los principios fundacionales del partido, hábito que
parece ser reiterativo en esta fuerza, para adoptar una línea conservadora, se
unió al grupo que conformó FORJA (Fuerza de
Orientación Radical de la Joven Argentina), junto con Arturo Jauretche,
Raúl Scalabrini Ortiz , Luis Dellepiane y otros más). Este movimiento
preconizaba el retorno a los principios federalistas de la Constitución.
Durante esos años redobló su
producción literaria, e incursionó en el cine. Adaptó en colaboración con
Ulyses Petit de Murat la novela La guerra
gaucha, de Leopoldo Lugones. Ese año fundó Artistas Argentinos Asociados, junto con Petrone, Demare, Sebastián
Chiola y el productor García Smith.
Manzi frente al peronismo
El historiador Horacio Salas al
referirse a la evolución política de Manzi señaló: "incluso durante la
campaña presidencial de 1946, Homero Manzi continuaba militando en la UCR y -en
contradicción con sus posturas frente al alvearismo- ni siquiera se alejó
cuando el comando Unionista dispuso la formación de la “Unión Democrática."
Su simpatía por el radicalismo la expresó en Milonga del 900, uno de las pocas letras de tangos que tiene una
clara connotación política:
Soy
del partido de todos y con todos me la entiendo,
Pero
váyanlo sabiendo, soy hombre de Leandro Alem.”
Recién a fines de 1947 Manzi se acercó
al peronismo por lo cual fue expulsado de la Unión Cívica Radical, lo que
motivó que el 16 de diciembre de 1947 pronunciara un discurso en horario
central por Radio Belgrano en el cual entre otros conceptos dijo que
"Perón, es el reconductor de la obra inconclusa de Yrigoyen. Mientras siga
siendo así, nosotros continuaremos creyéndole, seremos solidarios con la causa
de su revolución que es esencialmente nuestra propia causa. Nosotros no somos
ni oficialistas ni opositores: somos revolucionarios".
En 1948 fue electo presidente de SADAIC.
Ese mismo año dirigió Pobre mi madre querida, sobre guion propio. En
1950 repitió con El último payador.
Para ese entonces, sin embargo, se encontraba ya gravemente enfermo de cáncer.
Seguía produciendo poesías, colaborando sobre todo con Aníbal Troilo, para
quien escribiera la letra de “Sur”.
Estando internado en el hospital
decidió hacer un homenaje a Enrique Santos Discépolo con música de Troilo.
Sabiendo que su muerte era cuestión de días, quiso despedirse del narigón.
El 3 de mayo de 1951 Homero Manzi
falleció en Buenos Aires y su amigo Aníbal Troilo le dedicó el tango “Respono”.
Siete meses después, el 23 de diciembre de 1951, Discépolo siguió el camino de
Homero.
El
poeta
Manzi elevó la poesía tanguera a las
más grandes alturas, con letras exquisitas, donde la metáfora fue reina.
Incursionó además en géneros musicales como el vals y la milonga y en todos lo
hizo en forma magistral. Utilizó con frecuencia ese tipo de composición poética
conocido como “elegía”, en que se lamenta la pérdida
de alguien o cualquier otro acontecimiento digno de ser llorado. Es muy
difícil hacer una selección de las letras de Homero, por razones de espacio
elegí Malena, Ninguna y Fuimos.
Malena escrita en 1941, es una joya tanto musical como lírica y parece
que Homero la escribió para Nelly Omar, al menos así lo sostuvo ella toda su
vida. La música es de Lucio Demare, que como suele ocurrir se inspiró en un
café y la escribió de corrido. Debido a que, tanto la letra como la música, se
prestan para que el cantor y la orquesta se luzcan, Malena fue interpretada por numerosos conjuntos y la cantaron
Azucena Maizani, Héctor de Rosas, Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero, Roberto
Rufino y Adriana Varela. Pero una de las versiones más logradas es la de Susana
Rinaldi. Hacer click para escuchar la versión con Leopoldo Federico https://www.youtube.com/watch?v=OgmYbL0TpM4
…Tus ojos son oscuros como el olvido,
…Tus ojos son oscuros como el olvido,
tus labios apretados como el rencor,
tus manos dos palomas que sienten frío,
tus venas tienen sangre de bandoneón.
Tus tangos son criaturas abandonadas
que cruzan sobre el barro del callejón,
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada,
Malena tiene pena de bandoneón.
Otro tango dedicado a la mujer es Ninguna, escrita en 1942 con música de
Raúl Fernández Siro.
…No habrá
ninguna igual, no habrá ninguna,
ninguna con tu piel ni con tu voz.
Tu piel, magnolia que mojó la luna.
Tu voz, murmullo que entibió el amor.
No habrá ninguna igual, todas murieron
en el momento que dijiste adiós….
Fuimos,
escrito en
1945 con música de José Dames, es metáfora pura. Se destaca la versión de Aníbal
Troilo con la voz de Alberto Marino.
Fui como
una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas resignadas de tu vida
Gota de vinagre derramada,
fatalmente derramada, sobre todas tus heridas.
Fuiste por mi culpa golondrina entre la nieve
rosa marchitada por la nube que no llueve.
Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos el viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir….
Rescató la milonga que estaba un poco
olvidada y junto con el pianista Sebastián Piana la jerarquizó en piezas como Milonga sentimental, Milonga del novecientos, Milonga triste y
Betinotti.
Manzi también revindicó la música
negra y lo hizo con tal mimetismo que mereció los elogios del gran poeta
afrocubano Nicolás Guillén. Sus versos acunaron
a la negra María, consolaron a la mulata abandonada, e invocaron al Papá
Baltasar en nombre de los chicos pobres.
Sin embargo, fue en
el tango donde Manzi volcó toda su capacidad creativa. A diferencia de otros
grandes, empleó poco o nada el lunfardo. Horacio Salas en su obra “Tango” afirma al
referirse a Manzi, que tuvo un "un lenguaje depurado, literario, pero al
mismo tiempo popular. Con innegable influencia lorquiana". No cabe duda,
en algunas de sus canciones se nota una relación intertextual con Federico
García Lorca.
Manzi
fue un prolífico escritor tanto en el género de la poesía como en la política,
pero nunca escribió un libro, porque en lugar de ser hombre de letras decidió
escribir letras para los hombres. Cátulo Castillo lo homenajeó con hermosos
versos y Aníbal Troilo que lo consideraba su mejor amigo le puso música y así
salió esta pieza brillante que se llama A
Homero.
Fueron años de cercos y
glicinas,
de la vida en orsay, del
tiempo loco.
Tu frente triste de pensar
la vida
tiraba madrugadas por los
ojos...
Y estaba el terraplén con
todo el cielo,
la esquina del zanjón, la
casa azul.
Todo se fue trepando su
misterio
por los repechos de tu
barrio sur.
Vamos,
vení de nuevo a las doce...
Vamos
que está esperando Barquina.
Vamos...
¿No ves que Pepe esta noche,
no ves que el viejo esta
noche
no va a faltar a la cita?...
Vamos...
Total al fin nada es cierto
y estás, hermano, despierto
juntito a Discepolín...
Ya punteaba la muerte su
milonga,
tu voz calló el adiós que
nos dolía;
de tanto andar sobrándole a
las cosas
prendido en un final, falló
la vida.
Yo sé que no vendrás pero,
aunque cursi,
te esperará lo mismo el
paredón,
y el tres y dos de la parada
inútil
y el resto fraternal de
nuestro amor...
·
Julio Nudler. Semblanza de Homero Manzi. Todo
tango. http://www.todotango.com/creadores/ficha/48/Homero-Manzi
·
Norberto Galasso. Homero Manzi.
http://elpancholacoca.blogspot.com.ar/2011/04/homero-manzi-por-norberto-galasso-ayer.html
·
Osvaldo Vergara Bertiche. Homero Manzi, el
poeta elegíaco. Cultura y Nación.
http://culturaynacion.blogspot.com.ar/2007/07/homero-manzi-el-poeta-elegaco.html
Gracias, Ricardo, por escribir tan magnífica reseña sobre el autor de la letra de "Malena", uno de mis tangos favoritos.
ResponderEliminar"Fuimos", cantado por Susana Rinaldi, siempre fue uno de mis tangos favoritos
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