Se la conoce por la “Virgen Roja” debido a su
pelirroja belleza y a su parecido con la heroína de la Comuna de París. En
realidad de virgen no tiene nada ya que es madre soltera de su hijo Carlos al
cual llama Pitón. Hija de "Brasitas de Fuego", una ecuyere que bailaba sobre un tambor en
un circo, Salvadora tiene 25 años y es una luchadora activa en defensa de los
derechos obreros. Está alineada con el sector más duro de la izquierda
política, o sea con el anarquismo, movimiento que abrazó a la edad de 15 años impactada,
como puede acontecer a esa edad, por el impresionante ejemplo de otro joven, el
inmigrante ucraniano Simón Radowitzky, quien con una bomba casera en 1909, mandó
al otro mundo al coronel Ramón Falcón.
Salvadora
Medina Onrubia (1894-1972)
Es el mes de
enero de 1919 y Salvadora, junto con Pitón, al cual lleva a todos los actos
para que se vaya enterando de lo que es la lucha social, inicia un discurso
ante la multitud cuando aparece la carga de los cosacos. La gente se dispersa y
ella es arrastrada por un compañero a una fosa donde se refugian mientras sobre
sus cabezas ven pasar los cascos de los caballos.
Así era la
vida de Salvadora Medina Onrubia, redactora del diario anarquista La Protesta, de PBT y de Caras y
Caretas, escritora, poeta, dramaturga y sobre todo activa militante política. Con
este bagaje de lucha y de idealismo ingresó un día a las oficinas del director
del diario Crítica, para que el periódico sacara un comentario favorable de su
obra de teatro Almafuerte.
Quien estaba del otro lado del
escritorio era Natalio Botana, hombre joven y emprendedor, decidido a
transformar su diario en el más importante de Argentina y que con el tiempo se
convertiría en el Randolph Hearst de América Latina.
Natalio
Botana (1888-1941)
Cuando Salvadora se entrevistó con
Botana era una pelirroja de belleza deslumbrante. Ambos quedaron inmediatamente
enamorados y a Botana no le importó su condición de madre soltera ni sus
antecedentes políticos, estigmas inaceptables para la sociedad pacata de la época.
Vivieron como amantes durante un año hasta que nació Georgina y Salvadora
consideró que como hija natural sufriría más que Pitón y convenció a Botana de
casarse y regularizar la relación antes de que se convierta en escandalosa.
Botana revolucionó el periodismo con
su estilo y pronto se convirtió en un empresario millonario y entre los más
ricos de la Argentina, pero con una ventaja adicional, el manejo del periódico
le confería un poder mediático incalculable a través de las setecientas mil
tiradas, que le permitió influir en el devenir político de la sociedad. En más
de una ocasión recurrió al chantaje y los políticos de entonces buscaban
congraciarse con Botana para atraerse el favor del diario.
Leopoldo Marechal, en su novela Adán Buenos Ayres, lo condenó al séptimo
círculo del infierno y lo mostró como el jefe absoluto de una rotativa gigante
cuyos rodillos devoraban y aplastaban hombres hasta convertirlos en papel.
Se podría decir que fue un
antepasado de Magnetto, aunque sin llegar al grado de impunidad y de extorsión
que posee el CEO de Clarín.
En beneficio de Crítica es importante señalar que por su redacción pasaron las
mejores plumas de Buenos Aires como Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Raúl Gonzalez Tuñón, Carlos de la Púa, Ricardo Setaro, Alfonsina Storni y Ulyses Petit de Murat, entre otros.
Salvadora y Natalio tuvieron una
relación poblada de altibajos, tensiones y acercamientos, amor y odio porque
ambos poseían fuertes caracteres. En el medio de esos avatares nacieron dos
hijos más: Jaime (Tito) y Helvio (Poroto). También hubo resentimiento y celos
porque Natalio, según la propia Salvadora, le robaba el cariño de los hijos,
los seducía ''con dinero permitiéndoles todo lo que se les antojaba'', y porque
nunca le perdonaría el haberle regalado un revólver a Pitón. Aquella arma que
le quitó la vida en un confuso episodio, cuando solo tenía 17 años.
Algunos,
los que detestaban a Salvadora, la culparían de la muerte del hijo porque
dicen, que en medio de una pelea le confesó que Botana no era su verdadero
padre, y después de eso Pitón se pegó un tiro. Otras versiones de la historia,
como la biografía de Josefina Delgado, narran un episodio más confuso donde no
queda claro si se trató de un suicidio o de un accidente. Salvadora no se
recuperó nunca de esa pérdida y recurrió al alcohol para mitigarla.
Mientras tanto, transcurría el
gobierno de Hipólito Yrigoyen y el diario Crítica, que respaldó su primera gestión,
durante el segundo mandato le soltó la mano e inició un feroz ataque contra el
anciano presidente. El diario se había propuesto no detenerse hasta verlo
caído. Cuando el general Uriburu, un fascista al servicio de la Standar Oil,
tomó el poder, Crítica se atribuyó para sí la dirección civil del golpe de
estado. No pasaron más que unos pocos meses para que Botana y su plantel de
periodistas tomaran conciencia del gravísimo error cometido al respaldar a una
dictadura al servicio de intereses foráneos, mesiánica y asesina.
Uriburu entra triunfante a Buenos Aires
Crítica
comenzó a machacar contra la Ley Marcial, el estado de sitio y la falta de
libertades públicas. El diario fue clausurado y Botana y Salvadora fueron a
recalar a la cárcel, él en los subsuelos de la Jefatura de Policía donde se
salvó por un pelo de ser torturado por el hijo psicópata de Leopoldo Lugones, aquél
que introdujo la picana eléctrica en el país. Salvadora por su parte fue a una
cárcel de prostitutas y desde allí le envió una carta a Uriburu que forma parte
de la antología de la historia epistolar argentina.
Quizás el párrafo más
destacado sea éste:
“En este
innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más
grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres
gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino en asolar
hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos
… y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y
debió también tener una madre”.
“Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y
ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto
de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que por enceguecido que esté,
debe saber eso tan bien como yo”. Fue la primera mujer argentina encarcelada
por motivos políticos, con el prontuario 21.849 de la policía federal. La
historia se repite, hoy tenemos encarcelada a Milagro Sala ¡y por un gobierno
civil!
En el ínterin, el diario La Nación, que siguió
apoyando a Uriburu y al resto de los protagonistas de la Década Infame, rápido
de reflejos aprovechó la clausura de Crítica y editó el vespertino Noticias Gráficas, para el que contrató
a treinta periodistas del diario de Botana. Tres meses después, no tanto por
falta de cargos sino por las relaciones nacionales e internacionales que
tenían, Salvadora y Botana fueron puestos en libertad.
Cuando se
produjo la Guerra Civil Española, Crítica se posicionó abiertamente del lado de
la república e incluso llegó a ayudar financieramente al gobierno de Manuel
Azaña. No había pasado un año de terminada aquella devastadora contienda cuando el
5 de agosto de 1941, el Rolls Royce en que viajaba Botana se desbarrancó en una
zona montañosa de la provincia de Jujuy poniendo fin a la vida del magnate del
periodismo y Salvadora tomó el mando de la empresa.
Años después, a
igual que con el gobierno de Yrigoyen, el diario también fue muy crítico con el
presidente Juan Domingo Perón, convirtiéndose en uno de sus
principales opositores. El régimen le encareció el precio del papel y le puso
diversas trabas hasta que en 1951, la familia Botana vendió el diario a la editorial Haynes.
Salvadora
llamaba la atención porque manejaba su Rolls-Royce, gesto que practicaban otras
mujeres de la clase alta. Lo que la hacía única, y que no se le perdonó, como
luego sucedería con Evita, porque no provenía de la oligarquía sino de la
emergente clase media. Borrada de la historia por la cultura oficial, muchas
décadas después es redescubierta y sus textos resultan vigentes y luminosos
para la crítica femenina actual.
En su obra de
teatro Almafuerte, el planteo es durísimo
porque el personaje femenino se prostituye para alimentar a su familia, cuestionando
así el amor burgués sancionado por el contrato matrimonial. Las soluciones
propuestas son rupturistas y de lealtad con el ser humano.
Almafuerte (1914) es la primera obra teatral netamente
anarquista que se puso en escena en nuestro país. Las descentradas (1928), estrenada en el teatro Odeón, es una obra
clave del anarco-feminismo y un verdadero éxito para la crítica. Ambas se
siguen representando.
Podemos
cerrar la imagen de Salvadora citando a su nuera Alicia Villoldo Botana esposa
de Jaime (Tito): “Solo ahora, después de un larguísimo autoexilio en España y
de haber investigado la personalidad de Salvadora a través de sus obras
teatrales, cuentos y discursos, me atrevo a afirmar que he descubierto, no a mi
suegra, sino a una mujer formidable del panorama político y literario del siglo
XX.”
Moira
Soto. Pasión por los bordes. Suplemento Las 12 de Página 12, 18/05/2008.
Josefina
Delgado. Salvadora, la dueña del diario Crítica. Editorial Sudamericana 2005.
Agustina Bullrich. Salvadora Medina: mujer de ideas boxeadoras. Artemisa
Noticias 12/08/2008.
Alicia
Villoldo-Botana. Los Botana: política y alcoba. Clarín 15/07/2001.
Marcelo
Larraqy. Marcados a Fuego. La violencia en la historia argentina. De Yrigoyen a
Perón (1890-1945). Aguilar, Buenos Aires 2009.
En el Centro
La descentrada. Suplemento Las 12 de
Página 12, 20,01,2012.