Recrudecimiento de la
violencia
En
las últimas semanas volvió a recrudecer el enfrentamiento entre palestinos e
israelíes. En una especie de “intifada” de los cuchillos, habitantes de la
Franja de Gaza agredieron a cuanto israelí se les puso en el camino. Otros se limitaron
a lanzar piedras con la mano o con el uso de hondas. Contra estos ataques
utilizando armas primitivas, el ejército israelí respondió con fusiles y
ametralladoras de última generación provistos por Estados Unidos. La relación
siempre es la de un muerto israelí contra cinco palestinos, porque el ejército
no toma prisioneros, ni les sacude bastonazos, ni les dispara a las piernas.
Ante la menor sospecha de amenaza o provocación tira siempre a matar.
Piedras contra
ametralladoras y tanques
La región vive una oleada de tensión desde principios de septiembre en
torno a la disputada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, que los
musulmanes conocen como Noble Santuario y los judíos como Monte del Templo. En
los últimos diez días, la escalada se recrudeció de forma dramática con
manifestaciones y enfrentamientos en decenas de focos en Jerusalén este,
Cisjordania y Gaza, en los que murieron decenas de palestinos (seis de ellos en
ataques a israelíes) y cientos sufrieron heridas de munición real y balas de goma
recubiertas de metal disparadas por soldados israelíes. En ese mismo período
murieron cuatro israelíes y más de 20 resultaron heridos en ataques palestinos.
También hay una docena de heridos entre los miembros de la minoría árabe de
Israel, bien por ataques de nacionalistas judíos o en enfrentamientos con las
fuerzas del orden en las más de una decena de manifestaciones de los últimos
días.
Para
comprender este comportamiento desesperado de los palestinos que inducido por
una fuerte carga de odio, arriesgan su vida ante una relación de fuerzas
totalmente dispares, hay que conocer
cuál es la situación de los habitantes de la Franja de Gaza.
Buscando donde vivir
Un territorio muy pequeño
La
zona que comprende a la llamada Franja de Gaza tiene una superficie de 360 km2
y es todo lo que resta de lo que fue Palestina bajo el mandato británico. Se
extiende a lo largo de 50 kilómetros de la costa del Mar Mediterráneo y el
ancho varía entre 6 y 12 kilómetros. Hacia el este linda con el estado de
Israel que construyó un gigantesco muro de separación.
El
plan de partición de 1947 incorporó la ciudad y una franja costera (superior en
tamaño a la actual), al Estado Árabe que debía nacer, pero nunca nació. Con la
creación del Estado de Israel en 1948, llegaron cerca de 200.000 palestinos que
se refugiaron en la Franja. Es así que de una población original de 80.000
personas, ese territorio alberga cerca de dos millones de habitantes y se
transformó en una de las zonas más densamente pobladas del planeta, con altos índices
de pobreza y desocupación. Pese a que la mayoría de sus habitantes recibe ayuda
de Naciones Unidas en su condición de refugiados, la población se esfuerza por
sobrevivir más que de vivir.
La Franja
Se
encuentran aislados del mundo, encerrados en lo que muchos definen como una
cárcel a cielo abierto cuando desde 1991 quedó virtualmente clausurada al
exterior. Un porcentaje importante de la población tiene autorización del
Estado de Israel para trabajar como mano de obra barata en su territorio, el
resto no sale porque el ejército israelí lo impide y no son pocos los casos de enfermos
que murieron en los puestos fronterizos a la espera de la autorización que les
permita ingresar. Tampoco se puede entrar a la Franja y en varias oportunidades,
barcos con ayuda humanitaria fueron atacados por naves de guerra israelíes.
La
economía de la Franja es precaria ya que Israel permanentemente pone trabas al
flujo de materias primas y bienes de capital. Ni siquiera los medicamentos y el
material para el mantenimiento hospitalario se libran de rigurosos controles e
impedimentos.
La
electricidad, el agua, el gas y los combustibles siguen llegando de Israel,
siempre a cuentagotas. El bloqueo se asocia con bombardeos que destruyeron gran
parte de la infraestructura urbana, como las plantas de energía, industrias,
hospitales, mezquitas, incluyendo el aeropuerto internacional que quedó
inoperante desde 2001.
El muro
Se
empezó a construir en 2002 con el argumento de que había que frenar los ataques
suicidas palestinos realizados principalmente por HAMAS. A lo largo de cientos
de kilómetros, el muro está compuesto por segmentos de hormigón y otros de
alambrados. Las partes de cemento tienen ocho metros de altura, lo que equivale
al doble del muro de Berlín. Las de alambre se asemejan a una frontera entre
dos países con un cerco en el medio de unos tres metros que en varios sectores
está electrificado. A ambos lados hay caminos para el desplazamiento de
vehículos militares y toda esta estructura abarca un ancho de aproximadamente
50 metros con variaciones, según la presencia de torres de vigilancia y otras
estructuras.
El
muro no se edificó sobre la línea de frontera internacional que reconoce
Naciones Unidas para delimitar al Estado de Israel. En su mayor parte se encuentra
en territorio palestino y con tantos recovecos que una vez finalizado su
extensión superará los 600 kilómetros. Esto significó la expropiación de miles
de hectáreas sembradas durante décadas por campesinos árabes y se demolieron
todas las casas que estaban en su trayecto.
El
muro no es lineal, entra en las ciudades y las atraviesa, rodea barrios enteros
y traspone campos cultivados. Por lo tanto, no solo separa a palestinos de
israelíes sino que también entre los propios palestinos. En 2004, la Corte
Internacional de Justicia de la Haya dictaminó que el muro es ilegal y contrario
al derecho internacional, pero Israel jamás acató dictámenes de esta
institución o de la ONU.
La odisea de salir
Esta nueva intifada refleja la situación de una
juventud palestina que escapa a cualquier control político, y expresa su cólera
contra la ocupación y la colonización israelíes. Entretanto, la comunidad
internacional sufre enormes dificultades para hacer oír sus llamados de paz en
este conflicto. El secretario estadounidense, John Kerry, mantuvo una
conversación telefónica por separado con el primer ministro israelí, Benjamin
Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas,
para pedirles que hagan lo posible para restaurar la calma. Por su parte, el
presidente estadounidense, Barack Obama, “se declaró preocupado” por la
situación en la región. “A largo plazo, el único medio por el cual Israel puede
verdaderamente garantizar su seguridad, y el único medio por el que los
palestinos pueden realizar las aspiraciones de su pueblo, son dos Estados
conviviendo juntos en paz y seguridad”.
Estas palabras bonitas expresadas por el "Premio
Nobel de la Paz", no sirven absolutamente para nada y están cargadas de
hipocresía porque, ni el Primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ni el
presidente de Estados Unidos harían el menor movimiento para frenar la
violencia. Ninguno de los dos está dispuesto a considerar a la Franja de Gaza
un país libre e independiente, derribar el muro y establecer un libre comercio
con Israel y el resto del mundo.
Que el estado de Israel está absolutamente
empeñado a boicotear todo tipo de arreglo con la Franja, lo acaba de demostrar
la disparatada declaración mesiánica de Netanyahu al decir en un foro sionista
que los árabes indujeron a Hitler para que llevara a cabo el genocidio.
Benjamín Netanyahu
El
informe sobre la situación socioeconómica de la Franja de Gaza y del muro se
obtuvo del libro de Pedro Brieger: “El conflicto palestino- Israelí. Capital
Intelectual 2015, Buenos Aires. Brieger es un periodista y sociólogo argentino,
titular de la Cátedra de Sociología de Medio Orientede la UBA, colaborador de
diarios y revistas y conductor del programa Visión 7 Internacional. De origen
judío vivió 11 años en Israel, hizo experiencias en un Kibutz y quedó
profundamente desilusionado de la política de Israel con los palestinos.
Otras
fuentes:
Otra
muerte en la Franja. Página 12, 16/10/2015.
Diez
días de odio y violencia. Página 12, 11/10/2015.
Crece
la violencia en Palestina ocupada. Página 12, 18/10/2015.
Beatriz
Lecumberri. El miedo y la tensión habitan en cada calle de Jerusalén. La
Nación, 18/10/2015.
Polémica
de Netanyahu por el Holocausto. La Nación 22/10/2015.