La soprano Ana Netrebko
La ópera
Una versión relativamente
reciente de la ópera Manon del francés Jules Massenet incluye en el elenco a la
genial soprano rusa Ana Netrebko que, además de tener una voz excepcional, es
hermosa, seductora y de gran capacidad escénica. Reúne todas las condiciones
para el personaje pasional de Manon Lescaut. A esto hay que agregar la voz
maravillosa de Rolando Villazon en el papel del caballero Des Grieux, su
incondicional amante. Finalmente, el broche de oro lo pone Daniel Barenboim
como director de la sinfónica de Berlín.
La novela que revolucionó a Francia
A lo largo de los siglos
se sucedieron diversos cuentos y novelas que osaron abordar temas truculentos.
Podemos citar el sadismo cruel del famoso Marqués, los cuentos de Canterbury de
Chaucer, el Satiricón de Petronius, el Decameron de Boccaccio, los cuentos
eróticos de Nicolás Restif de la Bretonne y la lista sigue porque es extensa.
Sin embargo, en la Francia del siglo 18, más precisamente el año 1731, surgió
una novela con la carga de pasión, erotismo y entrega total de dos seres que
hizo empalidecer a las obras ya publicadas del género erótico-pasional. La obra
provino de la pluma del abate Francois Prévost, verdadero culebrón que hubiera
hecho empalidecer a nuestras versione locales de Migré.
París enloqueció con Les Aventures du chevalier des Grieux et de
Manon Lescaut, prohibida por el gobierno francés lo cual aumentó aún más la
popularidad de la novela. La pasión de los lectores que corrían en busca de las
nuevas ediciones sólo se puede comparar al éxito de Rowling con su Harry
Potter, pero para eso hubo que esperar doscientos años.
Voy a ser muy sintético
con el argumento de la obra sabiendo que con ello se pierde gran parte de la
frescura del relato y como se verá después, la novela se asemeja bastante a la
agitada vida de su autor.
Anna Netrebko al comienzo del primer acto
La historia de Manon gira
alrededor de un enredo pasional que ignora el sentido común, la reflexión, la
duda y los límites. El caballero Des Grieux, hombre de buena cuna, vida
organizada y destacado enciclopedista está por ingresar a la sagrada orden de
los caballeros de Malta, cuando en su vida se le cruza como una tromba Manon,
deslumbrante joven de 15 años que le pide ayuda porque la llevan por la fuerza
a un convento.
El caballero la salva y ambos huyen a París donde viven una vida
ajena a las convenciones de la época y los preceptos de la iglesia. Después de
diversas peripecias nos encontramos que Manon se transforma en la amante de un
banquero.
Despechado y desesperado,
Des Grieux ingresa en el seminario de St. Sulpice y toma los hábitos. “Me
consideraba totalmente depurado de la perversidad del amor” confiesa el
caballero devenido en abate. Su erudición le permite tener acceso a la Sorbona
donde da conferencias. Su vida se había vuelto organizada y piadosa hasta que
nuevamente surge la avasallante Manon. En una de sus disertaciones, entre el
público asistente se encuentra ella, quién le pide perdón y le dice que su
relación con el banquero fue con el propósito de juntar dinero para ambos. Es
ocioso decir que el caballero cuelga inmediatamente los hábitos y se fuga con
Manon a un suburbio donde viven holgadamente con el dinero que ella le sacó al
banquero, pero el despilfarro y el juego de cartas los llevan a la miseria.
Una escena de la ópera en que Manon es arrestada
Manon se va con un
acaudalado viejo libertino dejándole una carta que dice “Estoy trabajando para
que podamos ser ricos y felices nuevamente”. Los dos se combinan para sacarle
dinero al viejo, pero son arrestados y él es enviado a un convento y ella a un
hospital de prostitutas. El otrora juicioso y formal caballero, ahora devenido
en tahúr y experto en saltar tapias y muros, se escapa matando de un tiro al
portero del convento, logra hacer fugar a Manon y ambos huyen hacia América.
Suceden nuevas peripecias, enredos amorosos y problemas con la ley que hace que
se fuguen a pie al desierto. Allí Manon muere. “Durante dos días y dos noches
me mantuve con mis labios pegados a mi querida Manon”, relata Des Grieux.
El abate Prévost
Veamos ahora la vida del
autor, el abate Prévost. El hecho de que fuera monje benedictino, orden a la
que ingresó en 1721 a la edad de 24 años, no constituyó garantía para que
llevara una existencia convencional y menos aún de retiro espiritual. Fue
prolífico tanto en producción de obras como de aventuras especialmente con faldas.
En el primer aspecto tradujo al francés tratados y ensayos de los clásicos y
los contemporáneos ingleses y sus novelas inspiraron a escritores de la talla
de Diderot y Rousseau.
Abate Prévost (1697-1763)
En cuanto a sus
aventuras, Prévost no se quedó muy atrás de su famosa novela. Toleró el régimen
del monasterio de los benedictinos durante siete años, pero como no le
concedían el tiempo que necesitaba para escribir, escapó de allí y se alojó transitoriamente
en una pensión modesta, hasta que recibió una orden de arresto (lettre de cachette), emitida por el
director de los benedictinos y huyó a Londres.
En esa ciudad tuvo relaciones
con una mujer casada cuyo marido juró matarlo. Escapó a Holanda donde se
enamoró de una cortesana, eufemismo de prostituta muy refinada. Su período en
Amsterdam fue prolífico tanto en aventuras como en la producción de nuevas
novelas y es allí donde nació su obra más famosa, La historia del caballero des Grieux y de Manon Lescaut, que el
Parlamento de París condenó a la
hoguera.
Pese a que sus novelas tenían
buena acogida por los editores holandeses, Prévost agobiado por las deudas
retornó a Londres donde se ganó la vida como pudo hasta que fue detenido por
falsificar un pagaré de 50 libras. Las durísimas leyes inglesas penaban este
delito con la muerte, pero Prévost se las ingenió para quedar en libertad por
razones que se desconocen, aunque obviamente no se descarta el soborno. Regresó
a Francia y consiguió ser recibido nuevamente por la orden de los benedictinos.
A partir de entonces su vida adquirió la rutina del convento, pero su espíritu
inquieto volcó su imaginación en nuevas novelas.
No es de extrañar que la
obra de Prévost despertara el interés de taumaturgos cineastas y compositores.
Se conocen ocho películas, las primeras cuatro dentro de la estética del cine
mudo entre 1912 que culminó en 1926 donde una joven Marlene Dietrich hizo el
papel de Manon que le calzó como un guante. A estas le siguieron cuatro
películas más filmadas en estudios italianos y franceses. La última en 1968 con
una radiante Catherine Deneuve de 25 años. Hubo numerosas series de televisión,
un ballet, una frondosa bibliografía y dos óperas, la Manon de Giacomo Puccini
y el broche de oro que es sin duda la ópera de Jules Massenet.
Catherine Deneuve y Jean-Claude Brialy, en una versión
moderna llevada a la pantalla en 1968, con el nombre Manon 70
Sos un genio, Mordaz! Cualquier tema que tomes, lo llevás de manera magistral... Una ópera fan
ResponderEliminarMagnífico, Ricardo. Gracias por mandar.
ResponderEliminarNo conocía esos detalles de Manon ni los de su autor. Es un abate lo mismo que un abad o un sacerdote? Si lo es así, es interesante notar las obras artísticas de otros clérigos como Vivaldi, a quién apodaban "il prete rosso" ya que era ese el color de su pelo. También notable es el libretista de Mozart, Lorenzo da Ponte. Inicialmente judío, se convirtió y se hizo sacerdote dizque para obtener una buena educación gratis. Su vida era probablemente disipada como la de Mozart. Fué autor del libretto de las óperas "Cosi fan Tutte", "Don Giovanni", "Le Nozze di Figaro", etc. Salió de Europa por muchas deudas no pagadas y terminó sus dias en Nueva York, en done fundó la facultad de lenguage italiano en la Universidad de Columbia. Disculpa si esa historia ya te la había contado.
Abrazo
Gracias Oswaldo por tu interés en El Mordaz, sobre el término “abate”, Wikipedia dice lo siguiente: “Se daba el nombre de abate en España, Francia, Italia y aún en otros países a una persona que no teniendo por lo común más que órdenes menores católicas, vestía de clérigo a la romana. Antes de la revolución Francesa era infinito el número de abates y se hallaban en toda buena sociedad tomando parte en sus placeres y entrometiéndose en todo y por todo y de aquí nació el modismo: entrometido como un abate.”
EliminarAparentemente, eran un componente de la iglesia católica sin la obligación de los votos de los sacerdotes, pero no me queda claro para que servían. Seguramente eran bastante ilustrados, creativos y muy kilomberos. Seguiré buscando.
De Lorenzo Daponte no habíamos hablado, pero conocía algunos aspectos de su vida, fue muy longevo, era amigo de Casanova y los dos escaparon de Venecia por sus comportamientos disipados. En la última visita a NY pasamos por la Universidad de Columbia y no se me ocurrió entrar para ver la placa en homenaje al libretista de Mozart.
Abrazo
Vi tu articulo sobre Ana Netrebko me encanto hace mucho que la sigo y la comparo, esta casada con el barítono uruguayo Schott lindo muchacho, en su repertorio en Europa no falta nunca Piazzolla. Para mi Ana tiene una asignatura pendiente cantar el area una voce poco fa. Tambien la Garranca es una mezzo muy ductil y canta mucho junto a Ana. Escuha la version de una voce por la Callas no hay con que darle..... saludos Juan Manuel. Muy bueno el blog lo mando a todos lados. Hay que tratar que este gobierno quede y no debilitado. Como pudo haber quedado el procesado intendente si la "izquierda extraviada" no hubiera votado en blanco en la capital.
ResponderEliminarLa izquierda siempre se caracterió por mear fuera del tarro.
EliminarCreo que en octubre van a reflexionar y un porcentaje importante va a votar al FPV. No les queda otra, el resto es basura
Yo estaba seguro que la opo inventaría a un muerto. El joven radical había tenido una discusión con gente de la Tupac y el cretino de Pagni en La Nación, sin prueba alguna sentenció que lo mató la Tupac. Esta gente nunca está armada. En cambio unos cuantos punteros sí lo están.
ResponderEliminarEs la deseperación porque van a perder y es probable que aparezca otro muerto
¡Un verdadero folletín erótico! El abate Prevost debe haber volcado al papel episodos de su propia y agitada vida.
ResponderEliminarLo que no me gusta tanto es la puesta moderna, cuando parte del atractivo de la ópera es la escenografía y el vestuario de época.