Por
razones poco esclarecidas, la Europa cristiana, le dio la espalda a la
civilización grecorromana durante todo el Medioevo. A lo largo de la Edad Media –siglos V al XV–, época que suele ser
considerada de decadencia científica, el acceso a los distintos saberes estaba
reservado para unos pocos, específicamente para los más poderosos y también
para los monjes. En las grandes bibliotecas de los monasterios quedaban
guardados valiosos conocimientos que permanecieron alejados del saber popular.
Por
el contrario, el mundo árabe absorbió la enorme riqueza de información
aportada por griegos y romanos en todos los terrenos de la ciencia. Es por ello
que en el Islam la medicina, por dar un solo ejemplo, estaba mucho más avanzada
en los aspectos anatómicos y funcionales del organismo y en el tratamiento de
diversas enfermedades que los médicos europeos. Mientras en la mayoría de los
países de Europa, las personas con trastornos mentales eran encerradas en
verdaderos calabozos y tratadas como bestias, en Irán estaban alojados en instituciones
semejantes a palacios, rodeados de fuentes y parques. Entre los tratamientos
que recibían estaba la musicoterapia, disciplina que el mundo occidental recién
empezó a practicar bien avanzado el siglo XX.
Rafael Sanzio (1483-1520). Autorretrato
Rafael
Sanzio, uno de los pintores más sobresalientes del Renacimiento italiano, tuvo
la genialidad de reivindicar la civilización grecorromana, llevándola al lienzo
en su obra La escuela de Atenas, una
de las pinturas más brillantes en la historia de este arte. Rafael se había
formado en el atelier del Perugino y al poco tiempo superó a su maestro, de tal
manera, que a la edad de 25 años su fama había llegado al Vaticano donde reinaba
con mano de hierro el papa Julio II.
Los retratos
de la época lo pintan como un anciano bondadoso, pero la realidad era otra. Se
supone que un Papa debe estar imbuido de la práctica del amor, la paz y la
humildad, pero la historia de quienes se sentaron en la silla de San Pedro
demostró que casi todos fallaron en uno o en los tres atributos señalados. Julio
II entraba en la última categoría, era violento, impulsivo, ambicioso, disoluto,
impetuoso en su cólera y terrible con quién no cumpliera sus órdenes. Porque no
sugería ni pedía, simplemente ordenaba. Había pasado más tiempo de su vida
portando el yelmo en lugar de la tiara. Era un condottiero de legiones
más que un pastor de rebaño de fieles. Ver Encuentrode titanes
Julio II
(1443-1513)
Por lo tanto, cuando Rafael se presentó ante el Papa, éste le
ordenó que pintara la sala que por entonces se conocía como de la Segnatura, pero que después de las
maravillas que dejó el joven pintor en sus paredes, pasó a la historia como la Sala de Rafael.
Cuando Julio II vio la Escuela
de Atenas terminada, se sintió tan maravillado que ordenó de
inmediato que fueran retirados todos los trabajos ya ejecutados en otras salas
por diversos pintores. Y sin embargo, esos artistas eran los más famosos de la
época, ya que entre otros se encontraban Piero de la Francesca y el Perugino,
el maestro de Rafael.
En
su tamaño la obra es gigantesca ya que mide 500 x 770 centímetros y al artista
le llevó cuatro años de labor entre bocetos y la pintura definitiva. Los dos
personajes centrales del cuadro, Platón y Aristóteles, avanzan dialogando hacia
unas escalinatas a través de una larga y amplia galería cuyas paredes están
adornadas con estatuas y bajo techos en cúpula exquisitamente trabajados. Los
contrastes de luces y sombras de la galería le dan a la escena una sensación
tridimensional.
A los costados hay alrededor de 60 figuras constituidas por
hombres de las distintas ciencias y Rafael trató de incluir a todos ellos. El
joven de la extrema derecha es el propio pintor, quién en gesto de humildad
solo pintó su cabeza cubierta con el gorro que siempre lo acompañaba. Mira
entre asombrado y respetuoso aquel conjunto de sabios y pensadores.
La Escuela de Atenas
Los
académicos dialogan entre ellos, discutiendo teorías, problemas matemáticos o
físicos. El cuadro simboliza el pensamiento filosófico y la búsqueda de la
verdad. Es por lo tanto, la antítesis del dogma y si el Papa no puso objeción
sobre el significado de la obra, es porque Rafael no se la explicitó o porque
la belleza sobrecogedora de la misma anuló toda objeción. Es una composición
ordenada en forma brillante, que en todos sus aspectos revela la maestría del
artista. Cada figura y cada grupo se combinan para producir una armonía
perfecta en cuanto a orden y equilibrio y a pesar del gran número de
personajes, no hay sensación de aglomeración.
Aristóteles y Platón
Rafael
incluyó pensadores que no eran necesariamente contemporáneos de Aristóteles y
de Platón, algunos los precedieron en muchas décadas y otros surgieron hasta varios
siglos después y pertenecían a otras escuelas, como el caso de Hypatia de
Alejandría, quién ingresó a la historia como la
mujer científica más destacada del mundo antiguo.
Este hecho y por ser
el único personaje femenino en la obra de Rafael, amerita un comentario
adicional.
Cuando el emperador romano Constantino en un viraje de 180
grados estableció que el cristianismo sería la religión oficial, la nueva
iglesia se aferró al poder político para no abandonarlo nunca más. Dejó de ser
una institución perseguida para transformarse en perseguidora y en este aspecto,
Hypatia fue una víctima particularmente odiada ya que como enciclopedista,
simbolizaba la ciencia y el conocimiento, conceptos que el cristianismo de
entonces identificaba con el paganismo. El hecho de ser mujer en un mundo misógeno
empeoraba las cosas, más aún después que ella fue una precursora de la teoría
heliocéntrica del sistema solar, concepto que siglos después casi le cuesta la
vida a Galileo. Ver Agora
Detalle de
Hypatia en La Escuela de Atenas
El papa había designado a un obispo encargado
de supervisar la evolución de la obra. En una de sus visitas el obispo reparó
en una figura femenina de tez oscura ubicada centralmente a la izquierda de
Diógenes. “¿Quién es ella?”, preguntó. “Se trata de Hypatia, la estudiante más
famosa de la escuela de Atenas, profesora de filosofía, matemáticas y
astronomía en el Museo de Alejandría y sin duda alguna, la más grande de las
enciclopedistas”, respondió Rafael.
“¡Bórrela!, sus enseñanzas fueron
contrarias a la creencia de la fe… por lo demás, la obra es aceptable”, fue la
respuesta cortante del obispo.
Rafael se encontró ante la alternativa de
imponer su orgullo de pintor y el deseo de rendirle homenaje a una grande entre
los grandes o ceder ante la orden terminante del obispo. Optó por una solución
salomónica, quitó a Hypatia de su ubicación central y la trasladó al costado
izquierdo del fresco, ubicándola entre Pitágoras, Averroes y Parmenides. Le
agregó además, cabellera rubia y tez blanca con cierta semejanza al sobrino de
Julio II: Francesco Maria della Rovere, futuro duque de Urbino. Todos quedaron
satisfechos, quizás no tanto Rafael, quién de alguna manera se las arregló para
que la posteridad supiera que no se había olvidado de aquella gran mujer.
La escuela de Atenas fue como una ventana hacia la luz y el
conocimiento, una expresión de la avidez de la Italia renacentista por
recuperar valores perdidos y surgir de la nebulosa medieval.
Alejandro
Dumas. Pintores del Renacimiento. Editorial Claridad, 2008, Buenos Aires.
Rosa
Domínguez Quintero. Hypatia de Alejandría, la primera mujer astrónoma. El País,
2904/2014.
ArteHistoria.
La Escuela de Atenas. http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/6924.htm
Joseph Phelan. The Philosopher as
Hero: Raphael's The School of Athens. ArtCyclopedia. http://www.artcyclopedia.com/feature-2002-09.html
Tuve oportunidad de ver esa pintura en el Museo Vaticano. Estuve como una hora absorto contemplando esa maravilla
ResponderEliminarYo también vi la obra, Ricardo, pero no en el Vaticano sino
ResponderEliminara través tuyo!
muy bueno!
ResponderEliminarNo logro identificar a Rafael en el cuadro ¿Dónde está?
ResponderEliminarSe encuentra en el extremo derecho muy poco visible debido al tamaño reducido de la figura en relación con el original. Tiene una capa roja y está al lado de un anciano con bastón y capa gris
EliminarEn el artículo comentás: "Cuando Julio II vio la Escuela de Atenas terminada, se sintió tan maravillado que ordenó de inmediato que fueran retirados todos los trabajos ya ejecutados en otras salas por diversos pintores. Y sin embargo, esos artistas eran los más famosos de la época,..."
ResponderEliminarLa actitud demuestra la soberbia de Julio II. Supongo que no los habrán tirado.
Hipatia murió a una edad avanzada, 45 o 60 años, linchada por una turba de cristianos.
ResponderEliminarLos movimientos feministas la han reivindicado como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente, aunque estuvo casada con otro filósofo —llamado Isidoro— y se mantuvo virgen. Todo raro.
ResponderEliminarDesde el aspecto científico, Hipatia realizó varios descubrimientos y se adelantó siglos a Copérnico y Galileo al manifestar la teoría heliocéntrica y no como sostenían la iglesia y los astrónomos del Medioevo de que la tierra era el centro del sistema solar
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