Helena
Amalia Bertha, más conocida como Leni Riefensthal, fue una de las mujeres más
controvertidas del siglo XX. Denostada por muchos y admirada por otros tantos,
coqueteó con el nazismo abiertamente, se codeó con Hitler, Goebbels y la plana
mayor del Führer
y colaboró a través de su producción cinematográfica al
engrandecimiento del Tercer Reich.
Sin embargo, las crónicas la tratan con
cierta benevolencia, incluso la Enciclopedia Britannica, en una edición en que
ella aún vivía, hace una cronología casi aséptica de su existencia. Esta
tolerancia que le otorgaron los medios obedece a que Leni tenía una belleza y
personalidad atrapante, era temeraria hasta el extremo, era seductora y por
sobre todas las cosas poseía un talento notable que lo volcó en la fotografía y
en el arte cinematográfico.
Leni Riefensthal (1902-2003)
De
joven se dedicó a la danza, pero una lesión de la rodilla le hizo cambiar el
rumbo y si podemos mencionar un punto de inflexión en su vida, este fue cuando
quedó fascinada al ver el Acorazado
Potemkin, la genial película de Serguéi Eisenstein.
En
1932, realizó su primera producción: La
Luz Azul, filmada en los Alpes, donde la temeraria Leni, para quién la
palabra miedo, no existía en su vocabulario, actuando también como actriz,
bordeó precipicios y trepó peñascos escarpados para cumplir con el guion. El
film se basaba en una leyenda de los Dolomitas italianos. En las noches de luna
llena, el pico del monte Cristallo irradiaba una maravillosa luz azul que atraía
a todos los jóvenes de la villa, quienes eran arrastrados como sonámbulos y se
despeñaban matándose entre las rocas. Solamente Junta (Leni Riefenstahl), una
especie de gitanilla, alcanzó la luz sin que le ocurriera nada y, por lo tanto,
fue considerada una hechicera.
Junta (Leni Riefensthal) en
una escena de La Luz Azul
La
película, por la calidad fotográfica, las escenas de peligro y el propio
argumento de acción y suspenso, ganó premios y la catapultó a la fama. La Luz Azul encandiló a Hitler quién percibió que Leni calzaba perfecta
para su máquina de propaganda. Gracias a Goebbels, quién secretamente la amaba,
Leni se convirtió en la cineasta número uno del nuevo régimen.
Los
nazis eran afectos a grandes escenografías que infundían miedo y admiración. Construyeron
gigantescos edificios, estatuas abrumadoras de los mitos germánicos y diseñaron una
nueva Berlin con amplias avenidas coronadas por esvásticas e imágenes de
soldados destinados a conquistar, no sólo Europa, sino el Este frío del gran
enemigo comunista, ya vencido y esclavizado. A esto se sumaba una
cinematografía documental que atemorizaba al espectador ante la grandeza de lo
que estaba viendo: la expresión ceremonial del nacionalsocialismo, tarea que
correspondió al enorme talento de Leni Riefensthal.
Una de las imponentes
escenas de El triunfo de la voluntad
El triunfo de la voluntad es
un film propagandístico desarrollado en ámbitos enormes, con miles de soldados
rigurosamente alineados, estandartes similares a los de las legiones romanas,
antorchas gigantescas y la cruz esvástica en tamaños descomunales. La estética
resultaba agobiante y fascinante a la vez. Las escenas ejercían una seducción
perturbadora, donde se hallaba un público totalmente hipnotizado ante la arenga
grandilocuente y gestual de Hitler, expresándose a los gritos sobre el
grandioso porvenir de la raza superior alemana. En el film se destaca la coreografía de las masas, los movimientos disciplinados de miles de
cuerpos y los desfiles. Porque la sociedad tenía que estar
militarizada y responder incondicionalmente al partido nazi. Todos debían
entregar su cuerpo al líder que era dueño de la vida y de la muerte. Todos,
inclusive Leni Riefensthal y su estética. Repudiable por el significado de su contenido,
puede afirmarse sin embargo, que fue el mejor documental de propaganda jamás
rodado. Mussolini, Franco y Stalin incursionaron en este tipo de mensajes, pero
nunca lograron los niveles de perfección que logró Hitler, les faltó el talento
de Leni.
Otra de sus producciones brillantes fue Olympia,
a pedido del régimen para destacar los juegos olímpicos que se realizaron
en Berlín en 1936. Si no se profundiza, la película constituye un documental
deportivo excelente, pero está llena de mensajes subliminales. El documental
pretendía mostrar la superioridad de la raza, al comparar las fuertes extremidades de jóvenes atletas arios con los semidioses
de los antiguos juegos olímpicos.
Utilizó
técnicas fílmicas muy avanzadas para la época, que más tarde, se convertirían
en estándar de la industria cinematográfica, tales como ángulos de cámara
inusuales, cortes abruptos, primeros planos extremos y fijación de cámaras en el estadio para filmar al público. En 1960, Olympia fue votada por cineastas como
una de las diez mejores películas de todos los tiempos.
Dos escenas de Olympia
Al término de la guerra, fue
detenida e interrogada por el ejército norteamericano. Le confiscaron todas sus
posesiones, ente ellas las copias de sus películas. Leni se defendió siempre de
sus acusaciones de nazismo diciendo que había pecado de ingenua pero no de mala
voluntad. Como tantos miles de alemanes de aquella época, negó conocer el
exterminio que estaba sucediendo en su país. No obstante, nunca pareció
lamentarlo. Tratando de ser piadosos, podemos decir que al menos fue muy
oportunista.
Leni con Hitler
Tras ser liberada por los
norteamericanos, una guarnición francesa en El Tirol, la volvió a detener.
Vivió varios meses en la miseria y su matrimonio fracasó. Estuvo internada temporariamente
en un manicomio donde le aplicaron sesiones de electroshock para
«desnazificarla»
En varios juicios sucesivos,
a instancias norteamericanas y francesas, salió con veredicto favorable, que
reconocía su no-implicación ni en el partido ni en ninguna otra de sus
ramificaciones y que su relación con Hitler y el nazismo era estrictamente
profesional. Tras una última apelación la calificaron solamente como
simpatizante (no perteneciente) del partido nazi.
A partir de la década de 1950, Leni inició
una nueva y estimulante etapa profesional, esta vez como fotógrafa. Viajó
por África, donde quedó prendada de los atléticos cuerpos de «Los Nuba». Se
obsesionó con la idea de filmarlos, y a pesar de los peligros y los consejos en
contra (tenía ya 60 años), partió para el sur de Sudán en las más adversas circunstancias.
En años posteriores realizó varias
producciones sobre la vida submarina. Su estilo fue imitado por varios
fotógrafos de revistas de gran tirada. Aun en su senectud, Leni desarrolló una
gran actividad en pro de su arte, llegando a sufrir un grave accidente de
aviación que la dejó con varias secuelas. Falleció a los 101 años en su casa de
Poecking, a orillas del Danubio.
Siempre se defendió diciendo que ella
solo era una artista y que filmaba lo que le pedían y que toda su vida estuvo
volcada a la perfección de su arte. No es más ni menos culpable que los
científicos, físicos e ingenieros que actualmente fabrican armas letales y se
consideran inocentes porque no son ellos quienes las lanzan.
Leni en el juicio de Nuremberg (1948)
Suplemento cultura. Muere a los 101 años Leni
Riefenstahl, cineasta oficial del régimen nazi. Diario El País, España,
09/09/2003.
Leni Riefensthal. Encyclopaedia Britannica. Chicago 1995
José
Pablo Feinmann. La música bajo el Tercer Reich. Página 12, 08/01/2012.
Pablo
Kurt. El triunfo de la voluntad. Filmaffinity.
http://www.filmaffinity.com/es/film241205.html
Robert C Schneider. Leni Riefenstahl's "Olympia": Brilliant
Cinematography or Nazi Propaganda? The Sport Journal. http://thesportjournal.org/article/leni-riefenstahls-olympia-brilliant-cinematography-or-nazi-propaganda.
Slajov
Zizek. Aprendiendo a amar a Leni Riefenstahl. Zizek en Español. http://zizekspanish.wordpress.com/2010/06/26/aprendiendo-a-amar-a-leni-riefenstahl/
Enrique
Martínez Salanova Sánchez. Leni Riefenstahl. http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/figurasriefensthalt.htm
Muy buena nota Ricardo, como siempre de excelencia su armado y articulación. Te lo agradezco, como otras notas. Es que esa película que adjuntaste ( ver otras que están en el márgen) dá una dimensión del nazismo pocas veces vista por mí. Parecía realmente indestructible en su magnificencia e hipergrandiosidad y en la convicción de Hitler. Pero a pesar de su caída está en esa condición humana que Hannah Arendt dio en llamar " la banalidad del mal". Edith.
ResponderEliminarSiempre me impresionó el talento diabólico de Leni, apareció en el momento justo para el dictador indicado. Ya corregí lo de panamericanos
EliminarLo de panamericanos te lo señaló JC.
EliminarTengo en mi computadora unos tramos bastante extensos de El triunfo de la voluntad, que me mandó Gerardo. Un dato notable es el del entusiasmo del pueblo alemán por esa bestia, entusiasmo que no le impedía, ni le impide autoconsiderarse el pueblo más culto del mundo. Eso sí, culto, no modesto.
ResponderEliminarDebo decirte que los Juegos que filmó la Leni eran olímpicos, no panamericanos.
Finalmente, vale la pena preguntarse si fue la belleza, el genio, la maldad oculta o la ingenuidad manifiesta lo que permitió que esta mujer, que poseía todas esas cualidades, viviera, además, 101 años.
JC
Olympia y El triunfo de la voluntad son lo más parecido a 1984 de Orwell, con esas imágenes que lo hacen a uno empequeñecer al tamaño de una hormiga y a Hitler al tamaño del gigante que la puede pisar si desobedece.
EliminarJC, muy bueno, pero... ingenuidad Leni? Abrazo.
EliminarLeni R. la sacó muy barata en el juicio de Nuremberg. Su filmografía ensalzando al nazismo arrastró multitudes y en ese aspecto fue muy perjudicial
ResponderEliminarLo que llama la atención al ver esas películas es el fervor y admiración del pueblo alemán por Hitler. Hay fallas intrínsecas en esa raza para dejarse arrastrar por el peor dictador de la historia.
EliminarNK, la especie humana está compuesta por una única raza y que ésta se divide en diferentes etnias, que a su vez se dividen en poblaciones.
EliminarNo hay una raza alemana.
Cualquiera diría que hay una raza argentina si ve las filmaciones del Mundial 78.
Han designado un nuevo funcionario para “coordinar nuestro pensamiento”. ¿En qué nos diferenciamos del diabólico Reich de Hitler?
EliminarGarcía pelotudo importante
Eliminar¿importante ese delincuente ? El estuvo preso, Boudou ni siquiera ha sido indagado
EliminarMe recuerda a algunas/os que en 1982 "¡¡¡ no se habían dado cuenta, ni sospechaban !!! lo ocurrido durante la dictadura cívico- eclesiástico-militar.
ResponderEliminarMientras tanto no se privaban de llevar en sus autos la leyenda "los argentinos somos derechos y humanos", criticar a distancia la horrible dictadura de Fidel o festejar en el obelisco el fraudulento mundial futbolero del 78 al grito de "el que no salta es un holandés", que aún se aplica, cuando los holandeses habían sido los únicos que habían tenido la dignidad de no saludar a videla y sí visitar a las Madres.
Esto aplica a muchos supuestos progres. Lamentables, porque no poseen al menos el genio artístico de la incalificable Leni.
TAL-CUAL !!!
EliminarEs cierto lo que decís, pero creo que la mayoría de los salames que se entusiasmaron con la propaganda de la dictadura, no fueron artífices de la misma (de la propaganda). En cambio Leni sí trabajó activamente para el régimen nazi. Es de dudosa credibilidad su postura de "yo no sabía".
ResponderEliminarSí, sin duda no es lo mismo, pero actualmente defienden o minimizan su postura, hasta defienden su "pasión futbolera" y ni al menos se reconocen como salames.
Eliminar"Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales, que lavándose las manos se desentienden y evaden.
ResponderEliminarMaldigo la poesía de quien no toma partido, partido hasta mancharse"
Estos versos de Gabriel Celaya se me vinieron a la mente al leer sobre las declaraciones de Leni: "Siempre se defendió diciendo que ella solo era una artista y que filmaba lo que le pedían y que toda su vida estuvo volcada a la perfección de su arte"
Desconocía a ese poeta que mencionás, muy bueno.
ResponderEliminarLa defensa de Leni me recuerda a Micky Vainilla. No discrimina, sólo hace pop, pop para divertirse...
Localmente tenemos los equivalentes goebbelianos de la cineasta, pero en papel impreso. Son La Nación y Clarín
ResponderEliminarSerá posible que de todo tengan la culpa Magnetto, La Nación y Clarín. ¡Qué poca creatividad!
EliminarTotalmente de acuerdo, muy poca creatividad
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