El período de los reyes
católicos
De
todas las monarquías españolas, se puede afirmar con certeza que Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón constituyeron la asociación más sobresaliente que
sentó las bases de la grandeza de España. Fuera del grave error de haber
perseguido, montados en su fanatismo religioso, a las comunidades árabe y
judía, que por entonces eran las más avanzadas en arte y cultura de toda
Europa, el resto de sus emprendimientos fueron certeras estrategias para llevar
a España al pináculo de su apogeo.
El
2 de enero de 1492, acabaron con 700 años de dominio árabe sobre la península
ibérica al conquistar Granada y tan sólo 9 meses después, Cristóbal Colón, con
la ayuda de Isabel y Fernando, descubrió América. España pasó a ser dueña del
más vasto territorio que imperio alguno habría soñado en toda la historia de la
humanidad.
La
Rendición de Granada de Francisco Pradilla. Palacio del Senado. El sultán
Boabdil, se rinde ante los reyes católicos y entrega las llaves de la ciudad. En
el fondo se observa la fortaleza de la Alhambra.
Sin
embargo, la política proteccionista que Isabel y Fernando ejercieron en materia
económica fue tan importante como el descubrimiento del Nuevo Mundo. La industria
manufacturera se desarrolló, especialmente en Cataluña, en una magnitud que no
volvería a repetirse en los siglos venideros. Barcelona, Ampurdán y Lérida eran
emporios industriales que producían tonelería, vidrios, alfarería, cordelería,
curtiembre y fundamentalmente una pujante industria textil. Sólo en Zaragoza
llegaron a existir dieciséis mil telares y todo esto fue el resultado de una eficaz
política proteccionista para preservar la industria local de la fuerte y
agresiva competencia extranjera.
No
está claro si los sucesivos monarcas y la burguesía española se obnubilaron con
el oro y piedras preciosas que venían del Nuevo Mundo, o simplemente fueron
totalmente mediocres, escasos de sabiduría y de visión de futuro. La decadencia
que pronto sufriría España fue la mejor demostración de los resultados nefastos
que implica el libre comercio y la ausencia del Estado en el manejo de la economía y la protección de las
pequeñas y medianas empresas.
Carlos I de España
La
reina Isabel murió en 1504 y Fernando intentó seguir con la transformación de
una España feudal hacia un estado moderno, pero la muerte lo sorprendió a la
edad de 64 años quedando su obra inconclusa. El cetro pasó a manos de su nieto
Carlos, hijo de la reina Juana que habiendo sido rotulada como loca la
encerraron hasta el fin de sus días, impidiéndole gobernar. El nuevo rey asumió
el poder en 1518 con sólo 18 años de edad, no sabía hablar castellano, tenía
muchas ínfulas, muy poco conocimiento del país al que iba a gobernar, amén de
una total ignorancia de cómo se debía manejar la economía de sus vastas
posesiones.
El
emperador Carlos I de España. Tiziano, Pinacoteca de Munich.
Una
de las primeras medidas adoptadas por Carlos, apoyado y mal asesorado por
consejeros de la decadente nobleza castellana, fue bajar las tasas de
importación de las manufacturas provenientes de los demás países de Europa.
Como si esto no fuera suficiente, gravó con impuestos agobiantes a la
producción local, e incluso prohibió la fabricación de paños finos, para que
estos productos vinieran de Flandes.
Esta
política suicida y necia, hundió al país en la pobreza y la desocupación. El oro
y la plata proveniente de América en los galeones que lograban sortear las
correrías de los corsarios ingleses, no quedaba en España sino que iba a las
demás naciones europeas en pago de sus mercaderías. El resto iba destinado a
mantener el enorme ejército que tenía Carlos I para poder controlar cualquier
levantamiento contra su imperio.
Mientras
en toda Europa, pero sobre todo Francia y el Reino Unido, se imponía el
proteccionismo sobre sus industrias, la España de Carlos I fue pionera en
aplicar la política económica del libre comercio, antes de que fuese teorizada
por Adam Smith y hábilmente inculcada 400 años más tarde por Inglaterra a los
países del tercer mundo.
Adam Smith (1723-1790)
A
partir de 1580, las pocas fábricas de paño que existían en el país,
desaparecieron y los españoles se convirtieron en un pueblo rentista. En el
hidalgo español se incorporó la idea de que el trabajo no era propio de gente
de cierta alcurnia y esa fue otra de las grandes tragedias de España. Una
nación de caballeros, que dependía del oro que venía de América.
El reinado de Felipe II
Carlos
I le cedió el trono a su hijo quién se convirtió en Felipe II y fortaleció aún
más el ejército que fue de los mejores de su época y en materia de innovaciones
militares también estuvo a la vanguardia. Contó además con la mejor red de
espionaje de aquél tiempo. Pero Felipe profundizó aún más los errores
económicos de su padre, con el agravante que de él heredó una enorme deuda que
la multiplicó por cinco veces al término de su reinado. Para resolver su crisis
financiera el nuevo monarca aumentó aún más los impuestos.
La religión puso su
cuota de atraso en esta debacle económica, porque Felipe II quién se
consideraba el paladín de la defensa del catolicismo en Europa, persiguió a los
hilanderos de Flandes por ser protestantes. Estos fueron recibidos con los
brazos abiertos por la reina Isabel de Inglaterra y se transformaron en un
factor clave para el desarrollo industrial de ese país, en detrimento de las
empresas textiles españolas.
Felipe
II por Sofonisba Anguissola. Museo del Prado.
La
ruina de la agricultura, el cierre de las industrias, la espiral inflacionaria
y la desocupación masiva, impulsaron a los españoles a emigrar hacia América o
hacia el resto de Europa. La población que era de 11 millones al inicio del
reinado de Carlos, se redujo a la mitad cuando en 1700 terminó la desastrosa
dinastía de los Austria.
De
haber utilizado coherentemente el oro y la plata, producto del saqueo a las civilizaciones de América, para fomentar la
industria, como hicieron Isabel y Fernando, España se habría podido convertir
en el país líder de Europa. Conviene destacar que fue mediante el oro que los
corsarios ingleses robaron a los galeones españoles, lo que permitió a la
Inglaterra de Isabel I, financiar, al menos en parte, su industria y convertirse
en la primera potencia mundial. La monarquía española y su burguesía carecieron
de grandeza y de visión de futuro y España no pudo subirse al tren de la
Revolución Industrial quedando rezagada durante siglos en relación con el resto
del continente.
Argentina
sufrió esta política entre 1930 y 1943 y luego entre 1955 hasta 2002 con
escasas variaciones. Nuestras clases dominantes y las de otros países de
América, fueron seducidas por esos cantos de sirena para transformarnos en
exportadores de commodities durante
casi un siglo, bajo la hegemonía inglesa. Actualmente la misma política es ahora
ejercida por Estados Unidos a través de convenios comerciales como el ALCA y el
NAFTA, que impusieron una subordinación económica a Chile, Colombia y México,
bloqueando su desarrollo como potencias.
Fuentes
- Marcelo Gullo. Insubordinación y desarrollo. Editorial Biblos Politeia. Buenos Aires 2012.
- Rodolfo Puigrós. La España que conquistó el Nuevo mundo. Altamira, Buenos Aires 2005.
- Paul Kennedy. Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona 2009.
No es cierto lo que sostiene. El Doctor tiene sobradas capacidades para volcar sus acertadas opiniones en éste blog y así habrá de hacerlo en alguna próxima publicación, no le quepa a Usted la menor duda.
ResponderEliminarEstimado Alber: no gaste pólvora en chimangos, borré el comentario anterior porque proviene de una persona que no está totalmente en sus cabales. Le gusta difamar, calumniar, mentir e insultar en forma descontrolada que no condice con alguien que se encuentra en su sano juicio
Eliminar??????? No se entiende nada !
EliminarHabla usted de Cristobal Colon, debió haberlo mencionado como “el genocida”, tal como hemos aprendido recientemente.
ResponderEliminarHa de saber que, pese a ser derrotados por Fernando e Isabel, los moros no se fueron totalmente de España. A poco de asumir el reinado, Carlos I echó mano a un moro que aún permanecía en la península, Don Carlos Saúl, para que lo asesorara en temas económicos y en poco tiempo privatizó La Alhambra, el puerto de Palos y hasta los molinos de viento del Quijote.
Además al prohibir la fabricación de paños finos, para que estos productos vinieran de Flandes, se dio inicio a lo que luego se conocería como “poner la pica en Flandes”. Vean la importancia histórica de Don Carlos Saúl ! Este moro estaba ayudado por un conocido napolitano de la época, Don Lunedi Cavallo, creador de la economía Neoliberal ya en ese entonces y precursor de la camorra que habría de instalarle en sus lares años después. Estas teorías habrían de ser plagiadas, años después por Mister Adam Smith. Pero lo hizo con el turbio objetivo de ganar el premio Nobel de economía, por nada más.
También las ideas de Don Lunedi sirvieron de antecedentes para los inmigrantes holandeses en América del Norte, quienes a poco de desembarcar fundaron el Fondo Monetario Internacional y empezaron a oprimir a los querandíes, charrúas y guaraníes en el extemo sur del continente, así de perversos eran. Don Juan de Garay estaba hecho una furia y Don Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, ni les cuento. Cabeza de Vaca fundó luego la Sociedad Rural Argentina y se quedó con el predio de Palermo. Sohhh crápula !
A diferencia de los terratenientes de este lado del mundo, que son dueños de sus hectáreas pero no del territorio del país, la monarquía era dueña de los territorios que dominaba, lo que significa que la monarquía hispana era propietaria absoluta del territorio metropolitano y del continente que acababa de encontrar y asumir como propio.
ResponderEliminarEs posible que, en un principio, la política liberal de Carlos I haya obedecido a la necesidad, o deseo, de favorecer a la economía germana, pero, es difícil explicarse la insistencia en esa política, aún luego del cambio de dinastía y cuando ya la teoría había visto la luz del sol y en el país de origen de la nueva dinastía. Pero, cabe preguntarse, si la teoría monetarista de aquellos tiempos llevó al fracaso más rotundo a quienes la aplicaron, ¿cómo explicarnos el Premio Nobel, en el siglo XX, a quien la reeditó y sembró con intenciones de pensamiento único, de nueva "revelación"? ¿De qué índole es la ceguera que conduce a la perdición en reincidencia? ¿De qué magnitud y entramado son los intereses que juegan a la ruina de muchos para el beneficio de unos pocos? Y, ¿hasta cuándo seguirá siendo posible?
JC
JC, la verdad, no se te entiende un pomo. Vos debés ser Licenciado en Propedéutica, por lo complicado... Saludos.
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