UN COWBOY EN LA CASA BLANCA

¿Porqué Reagan?

Algunos se preguntarán porqué me pongo a escribir sobre Ronald Reagan, un personaje mediocre que falleció hace casi una década en estado avanzado de demencia senil. La respuesta es: sí, porque este palurdo, fue dos veces consecutivas presidente de la potencia económica y bélica más grande del planeta y porque junto con Margaret Thatcher, fue el promotor de políticas de exclusión social y de economías neoliberales cuyas secuelas las padece hoy día el propio imperio y todo el continente europeo. 

Hay una razón adicional que me impulsó a tocar el tema de Reagan, es el extraordinario parecido, no físico sino de comportamiento que tiene el actual jefe de la ciudad de Buenos Aires con el vaquero del norte.

Ronald Wilson Reagan llegó a la Casa Blanca muy mal pertrechado para un cargo que evidentemente le quedaba inmensamente grande. Sus conocimientos de política y economía eran escasos y en cuanto a geografía, historia y política internacional, prácticamente nulos.

Mal actor con actividades de soplón

                             Ronald Reagan (1911-2004)

Su juventud la pasó en los estudios de Hollywood donde nunca pudo subir de categoría para alcanzar las películas de primera línea. En el ínterin, como era la etapa del macartismo, se enroló en el FBI para cumplir la función de soplón, denunciando a presuntos simpatizantes con el comunismo, que eran sus propios compañeros de trabajo.

Su primera esposa Jane Wyman, lo abandonó por considerarlo tan pobre en la cama como en la pantalla. Nancy Davis fue su segunda mujer, una actriz ignota, de ideas ultraconservadoras que calzó perfecta como pareja. Ambos eran adictos a la astrología, cuyos vaticinios seguían puntualmente.

                                                               Ronald y Nancy

Con este pobre bagaje, Reagan alcanzó a ser gobernador de California que le sirvió como trampolín para la presidencia. Qué fue lo que vio el pueblo norteamericano para votarlo, es una pregunta difícil de contestar. Los argentinos podemos hacernos el mismo interrogante junto con buena dosis de autocrítica cuando le dimos a Menem un cheque en blanco para un segundo mandato, así como los porteños al procesado Macri quién acaba de demostrar una vez más, su indiferencia e inoperancia ante la catástrofe natural que se descargó sobre Buenos Aires. 

 En la Casa Blanca

Una explicación parcial del éxito del cowboy devenido en político fue su capacidad como comunicador. Demostró ser muy eficaz para recitar ante las cámaras lo que le decía la pantalla o telepromter, que contenía un discurso siempre elaborado por sus asesores.

Cuando tenía que enfrentar al público sin la indispensable ayuda de este artilugio, se limitaba a slogans, de esos que les gusta oír a un vasto arco de la población, tales como: “los Estados Unidos lo pueden todo”, “tenemos derecho a soñar en cosas heroicas”, etc. Simultáneamente, explotaba el malestar de sectores de la clase media ante la revolución juvenil y feminista de los años sesenta y logró inculcar de que gran parte de los impuestos que pagaban los ciudadanos “blancos decentes”, sólo servía para costear beneficios sociales a personas ajenas al concepto del self made man. No dudó en explotar el racismo de los estados del sur y su campaña se basó sobre las ideas más duras de la guerra fría, rechazando la distensión y atacando a Carter, quién por su preocupación por los derechos humanos, había contribuido a que se perdiesen Irán y Nicaragua.

Reaganomics

Reagan puso fin a la tradición de una política económica enfocada a mejorar el bienestar de las capas populares sobre la base de impuestos progresivos. Revirtió la política del New Deal de Roosevelt que levantó a Estados Unidos después de la segunda guerra. Política keynesiana que ni siquiera ultraconservadores como Eisenhower o Nixon se atrevieron a tocar.

Estableció un recorte presupuestario que afectó a los programas de educación, vivienda y ayudas sociales, con lo que consiguió aumentar el número de indigentes del 11,7% en 1979 al 15,3% en 1983. En contrapartida, aumentó sustancialmente el dinero al Pentágono y en 5 años duplicó los gastos militares que en 1985 alcanzaron la cifra de 294.700 millones de dólares. La política económica dejó de ser regulada por el estado y pasó al control de capitales privados y grandes empresas, que es exactamente la aplicada actualmente en Europa y la que sufrimos los argentinos durante la década del 90 hasta el estallido del 2001.

Estados Unidos pasó de ser el mayor acreedor del mundo a ser su principal deudor. La política de desregulación se caracterizó además por un ataque a los sindicatos, la liberación de las reglas y derechos laborales y la supresión de las medidas que limitaban la polución y el daño al medio ambiente. Los grandes empresarios no podían estar más felices durante la era Reagan.

Escalada belicista

Excepto la crisis de los misiles durante el gobierno de Kennedy, la inseguridad mundial y la posibilidad de una confrontación nuclear nunca alcanzó grados tan críticos como durante la era Reagan. En 1983 anunció un gigantesco proyecto para construir un sistema de defensa antimisil “que cambiaría la historia de la humanidad”. Se llamó Strategic Defence Initiative, pero prevaleció bajo el apodo de “Guerra de las Galaxias”. Fue costosísimo y prácticamente inútil (una especie de línea Maginot espacial), pero el discurso belicista y de feroz retórica anticomunista que acompañó al proyecto, convenció inicialmente a los rusos de que Estados Unidos buscaba la confrontación. Fue la época en que muchos norteamericanos gastaron fortunas construyendo refugios antiatómicos.

Reagan le dio carta blanca a Israel para que invadiera el Líbano cuyas poblaciones civiles fueron despiadadamente bombardeadas por la aviación israelí, sin respetar sinagogas ni hospitales.

                          Marines durante el desembarco en Grenada

 

En América Central, entre Reagan y el Pentágono se pusieron en ejecución más de 25 operaciones encubiertas, para destronar regímenes no exactamente alineados con Estados Unidos y para mantener en su puesto a dictadores totalmente corruptos. Fue la época de la invasión a Grenada con la excusa falsa de que se estaban emplazando misiles soviéticos y en la que Reagan montó una gigantesca campaña triunfalista para neutralizar la alicaída aceptación que tenía por entonces en la población.

Por esa época ayudó con material bélico a Saddam Hussein, previo sacarlo de la lista de países terroristas. La lucha entre Irak e Irán duró 8 años quedando ambas naciones diezmadas. El Pentágono, además le proporcionó a Irak armas prohibidas por las convenciones internacionales, tales como materiales químicos y bacteriológicos.

 Donald Rumsfeld, ejecutivo de la industria farmacéutica fue quién proveyó a Saddam Hussein de armas químicas y bacteriológicas en su lucha contra Irán. Negocios son negocios y Saddam era un buen tipo.

El líder de Libia, Gaddafi no gozaba de la simpatía de Reagan, a quién junto con Brezhnev y Fidel Castro los consideraba la trinidad diabólica. En 1986 un atentado en una discoteca de Berlín donde murieron dos soldados norteamericanos, sirvió como excusa, totalmente descabellada de que fue perpetrado por el régimen libio. La respuesta fue una serie de ataques aéreos sobre Trípoli que produjeron varias decenas de muertos incluyendo una hija adoptiva de Gaddafi.

No se sabe cómo habría terminado la política belicista de Reagan si no hubiera sido por la asunción de Gorbachov al poder que organizó varias conferencias de paz y desarme que aplacaron el odio antisoviético de la Casa Blanca y del Pentágono. En 1989 cayó el Muro de Berlín y también terminó el segundo gobierno de Reagan, en la cumbre de Malta se dio por finalizada la guerra fría y dos años después, la Unión Soviética colapsó por sus propios errores. 

Reagan colapsaría unos años más tarde, víctima de la enfermedad de Alzheimer.

Fuentes:

Fontana J. Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945. Ediciones de Pasado y Presente, Barcelona 2011.

Rosenberg J. Ronald Reagan. About.Com XX Century. http://history1900s.about.com/od/ronaldreagan/p/reagan.htm

Ronald Reagan Biography. Bio true story. http://www.biography.com/people/ronald-reagan-9453198