martes, 1 de febrero de 2011

DuPont y el trabajo esclavo


Pequeños compartimientos donde dormían los trabajadores de DuPont

Por  Leandro Renou y Nicolás Furfaro (extracto de Tiempo Argentino)
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detectó ayer un nuevo caso de trabajo esclavo en un establecimiento rural de Córdoba, donde 140 personas realizaban tareas de desflore de maíz en condiciones infrahumanas.
Los empleados rurales fueron contratados por la empresa de servicios eventuales Adecco Specialities SA, para Pioneer Argentina SRL, propiedad de la multinacional de origen estadounidense DuPont. A partir del descubrimiento de esta situación, la AFIP presentará hoy una denuncia por trata de personas y reducción a la servidumbre en el Ministerio de Trabajo de Córdoba y en sede judicial. (Ver nota completa haciendo click aquí) 
Funcionarios de la AFIP, acompañados por Gendarmería Nacional, ratificaron esta situación ayer al mediodía en el establecimiento agropecuario El Espinillo, ubicado en el Paraje Monte del Rosario de la provincia de Córdoba, cuando cumplían con la orden de allanamiento dispuesta por el Juzgado Federal Nº 3.
“Si el trabajo es prestado en condiciones infrahumanas, como las que detectamos en este campo, estamos hablando de esclavitud, y en el siglo XXI no podemos permitir que ocurra”, definió el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para referirse a la situación con la que se encontraron los funcionarios al arribar al complejo.


Uno de los ejemplos de la precariedad de la situación es la alimentación que recibían quienes trabajan en el lugar. El contratista les proveía una sola vez al día la mercadería con la que preparaban su comida y en las cenas sólo contaban con sobras del almuerzo, que en muchos casos eran simplemente huesos de la carne consumida.


Además, los empleados no tenían luz eléctrica y habitaban cabañas de aproximadamente 2,20 metros de altura por 1,50 metros de ancho, construidas sobre la tierra con chapas y sin ningún tipo de aislante térmico, ni protección contra alimañas e insectos.
En el interior, a cada lado de la puerta de acceso, disponían de tres cuchetas. La primera de ellas a 30 centímetros del piso de tierra y separadas por unos 40 centímetros de altura de la que le sigue hacia arriba, por lo que la última quedaba a 40 centímetros del techo. En algunos casos se observó que los trabajadores colocaban pasto sobre las chapas para disminuir el efecto de los rayos solares.
El agua que se les proveía para consumo se extraía de los mismos pozos usados para el riesgo de los campos y se disponía en tanques de PVC que estaban sobre la tierra y expuestos al sol durante todo el día.
La precariedad se profundiza con el estado de los baños. Las construcciones encontradas tienen tres lados, carecen de puertas y presentan un pozo adonde van a parar las evacuaciones. En el campamento existe un espacio de duchas cerrado en los cuatros lados, pero los trabajadores aseguraron que nunca tiene agua.
Las personas en condición de esclavitud no tenían permitido abandonar el establecimiento  agropecuario hasta que terminaran la totalidad de su trabajo. De todas formas, no contaban con los recursos monetarios para hacerlo, sobre todo si se tiene en cuenta que el campo está aproximadamente a 40 kilómetros de la ruta.


El gremio que conduce el duhaldista Gerónimo “Momo” Venegas, sin embargo, no parece haberse enterado de la actual situación de esclavitud de los 140 trabajadores de la planta de Córdoba.
El año pasado, Venegas ya había sido acusado de complicidad con los altos niveles de empleo informal en el sector agropecuario.
Nota de Ricardo: DuPont fue premiada como empresa ejemplar por la revista Apertura perteneciente a de De Narvaez y por la revista Fortuna del grupo Perfil cuyo dueño es Fontevecchia

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