Daniel Enzetti, periodista de Tiempo Argentino le hizo un extenso reportaje a José Pablo Feinmann. La presente es una selección de los temas más interesantes descritos con claridad meridiana por el filósofo.
Muerte de Kirchner. La pérdida para el país fue terrible. La gran sorpresa que ya estaba un poco preanunciada por los festejos del Bicentenario, fue lo espontáneo del apoyo de la gente cuando se supo la noticia, algo que no pudo tapar la prensa opositora.
Para mi, esta movilización que hubo fue el golpe político más espectacular de la pareja Kirchner, a tal punto que habría que darle un nombre para que deje de llamarse K. “Neokeynesianismo nacional y popular”, sería un título fantástico.
La izquierda argentina. La izquierda nunca entendió que la realidad ofrece resistencias y que se pueden hacer ciertas cosas y otras no. De Pino preferiría no hablar, tengo mucha bronca con él, no para de subirse a estatuas e ignora que se puede hacer una política independiente apoyando a un gobierno que es sin duda lo mejor que podemos tener. En el conflicto con el campo, Pino se puso del lado de la Sociedad Rural Argentina. No se puede ser de izquierda y apoyar a esa sociedad.
La oposición. Ricardito Alfonsín es un personaje patético. Para mi ser hijo de alguien no es ningún rédito y es lo único que tiene Ricardito.
Respecto de la señora de sobrepeso que habla con Dios, no tiene idea de lo que es la política, ni de lo que significan las declaraciones públicas, ni de lo que es manejarse dentro de la sociedad civil.
La derecha en la Argentina. La derecha existe, pero le falta el hombre adecuado y por el momento está en los medios de comunicación que atrapan tu subjetividad. Por eso la lucha contra Clarín tiene un sentido ontológico para que no exista un medio tan enorme que pueda hacer que toda la población piense lo que ese medio quiere que piense. Es una lucha por la verdad.
El populismo. Para la derecha el populismo es sinónimo de manipulación de masas de agresión a las instituciones, de desprecio al parlamentarismo, de masas vacías. Los que critican al populismo son gorilas y como dice en forma brillante Horacio González, ser gorila es pensar a partir de un prejuicio. El prejuicio visceral es ser antiperonista y en ese caso no se puede pensar la historia argentina, se la pierden.
El peronismo. El peronismo es tan basto que yo no tomé ninguna postura. Por ejemplo, el primer gobierno de Perón estuvo bien, pero de 1953 a 1955 fue una cagada detrás de la otra. Se fue sin pelear, no como Salvador Allende que murió en su puesto. Perón quedó ilegalizado desde Ezeiza, fue un Perón siniestro que vino a hacer la tarea sucia de los militares. En lugar de integrar como había hecho siempre, le da el avance a López Rega y admite la Triple A. Yo esto lo digo con mucha pena, con mucho dolor ojalá se hubiera muerto en Madrid.
Resurgimiento del gorilismo. El gorilismo resurgió a partir de los Kirchner cuando Néstor dijo: “pertenezco a una generación diezmada” y el gobierno se llenó de setentistas, lo cual es formidable. Por eso le va tan bien, es un gobierno muy inteligente.
Los tacheros. En este país los tacheros son un instrumento ideológico, yo creo que hay una central que los adoctrina (se ríe), una especie de Escuela de las Américas de Tacheros que es Radio 10. Pero no sólo los taxistas son el problema, no olvidemos que durante la dictadura los autos tenían pegada la calcomanía que éramos derechos y humanos. Hay que preguntarse un poco por las convicciones de nuestro pueblo.
¿Qué es la buena gente? La buena gente es la que respeta los Derechos Humanos, la que quiere reducir la pobreza, los que escriben buenos libros, los profesores, los buenos periodistas, los que no se dejan comprar.
Cachetazo de Graciela Camaño. Fue un acto de impotencia, cuando no se tolera lo que dice el otro y no se lo puede refutar en vez de cerrarle la boca con argumentos lo agredís físicamente. Si todos actuaran así, el Congreso se convertiría en el basural del barrio.
El 2011. Veo y deseo la reelección de Cristina y la formación de un gabinete donde no falte Juan Manuel Abal Medina hijo y Martín Sabbatella. Quiero que siga este proyecto nacional, popular, autónomo, de soberanía, de intervención del Estado para que no haya injusticia social. Un proyecto donde el Estado no sea devorado por los poderosos, donde se implemente la Ley de Medios, donde sigan desarrollándose los derechos humanos y los juicios a los responsables de la dictadura. Te digo algo, la gente está enamorada de Cristina, por su entereza y por la manera en que siguió adelante.
Que genio es "el Feinmann bueno"!!!
ResponderEliminarApoyo el “Neokeynesianismo nacional y popular”