La Real Academia Española
define a la dictadura como:
“Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un
grupo u organización y reprime los derechos humanos y
las libertades individuales.”
De acuerdo a este concepto,
quienes sostienen que el gobierno de Cambiemos aún sigue siendo una democracia,
se basan en que alcanzó el poder mediante el voto. Entonces surgen las
clasificaciones de “democracia blanda, con flecos, o restringida”, para no adjudicarle
al gobierno actual la pesada y abominable carga de ser una dictadura.
Empecemos diciendo que Macri llegó el poder por una mínima ventaja, por los enormes errores de la
oposición (léase Cristina) y porque mintió descaradamente en todas sus propuestas,
que no solo no las cumplió sino que hizo exactamente lo contrario. Me limito a
pocos ejemplos como la quita del impuesto a las ganancias, el fútbol para
todos, el aumento del presupuesto al CONICET, el beneficio a los jubilados y
así podríamos seguir porque la lista es muy larga.
Por lo tanto, lo que Macri
hizo fue una estafa electoral y esa actitud le quita enorme valor al hecho de
gobernar por medio del voto que le otorgó un importante sector de la sociedad a
la cual engañó.
Con todo lo dicho, podemos agregar
además que es un gobierno mentiroso, que vino para que Macri y su gabinete se
enriquezcan, que invirtió la distribución de la riqueza a favor de los que más
tienen y que está cumpliendo a rajatabla las indicaciones, o digamos mejor los
mandatos, del Fondo Monetario Internacional.
Podemos cerrar su gestión con un
aspecto gravísimo: la adquisición de préstamos, no para inversión genuina, sino
para pago de gastos y para la bicicleta financiera, que ha generado una deuda
formidable cuyo saldo resultará agobiante para las generaciones venideras.
Con todo lo dicho hasta
ahora, se puede decir sobradamente que es un pésimo gobierno, aunque aún
carecemos de argumentos para calificar a Cambiemos como una dictadura. Pero hay
otros aspectos, sin duda sombríos, que aproximan el bochín peligrosamente hacia
el estado totalitario.
Desde el punto de vista ideológico y sentimental, es
indudable que Macri y su gabinete fueron y son totalmente afines a la dictadura
de Videla y sus seguidores, las razones son muchas y procedo a enumerarlas:
·
Papá Franco y sus hijos
amasaron fortunas durante los años de plomo.
·
Es notorio el desprecio que
sienten por todas las organizaciones de derechos humanos, hijos, madres y
abuelas de desaparecidos y otras instituciones.
·
Jamás hubo una crítica hacia
la dictadura del 73.
·
Macri impulsó el 2 x 1 para
reducirle a los genocidas el tiempo de prisión, presionó sobre la Suprema Corte
que dictaminó la ley y cuando vio la enorme reacción que generó y le golpeó el
rostro como una bofetada, se escapó por la tangente y dejó que los supremos
cargasen con toda la culpa.
·
En diversos cargos de
Cambiemos se enquistaron personajes como Pablo Noceti, jefe del gabinete del
Ministerio de Seguridad y principal responsable de la desaparición forzada de
Santiago Maldonado.
Pablo Noceti junto con los gendarmes que después secuestraron
a Santiago Maldonado
Me seguirán diciendo muchos,
que pese a todos estos razonamientos, Cambiemos no es una dictadura, pero ahora
vienen argumentos de mayor voltaje que hacen inclinar, a esta mafia
inescrupulosa que nos gobierna, hacia el borde del abismo que termina en
dictadura.
Me dirán que sigue habiendo
libertad de prensa, sin embargo no es así. El 90% de los medios de
comunicación, gracias a que Macri derogó la ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual, forma un blindaje monolítico que protege al gobierno, ocultando o
minimizando sus errores y denostando despiadadamente a la oposición,
principalmente a la ex presidenta y sus miembros.
El 10% de los medios que no
están consubstanciados con Cambiemos, es decir los medios independientes, están
constantemente presionados y reciben escasa o nula asignación para publicidad
oficial. Sus periodistas, designados como ultrakirchneristas por los
editoriales de Clarín y La Nación, han recibido numerosas amenazas y los que
trabajaban en la radio y el canal nacional fueron todos despedidos.
Por lo tanto, Macri no
necesita clausurar ningún diario, es más le conviene que siga existiendo ese
10% para justificar que hay libertad de prensa.
Santiago
Madonado, víctima de desaparición forzada
Las otras dos instituciones
que deben funcionar para que haya democracia son el Parlamento y la justicia.
Con respecto al primero,
cuando hay una ley que al gobierno no le gusta la veta, o la modifica como hizo
con el blanqueo de capitales en que incluyó a sus familiares cuando el Congreso
había establecido que no debían participar.
Los senadores están
presionados porque los gobernadores de las provincias que representan fueron
amenazados por Macri con reducirles el presupuesto o exhibirles ante la opinión
pública algún antecedente de dudoso comportamiento. Por lo tanto, tenemos un
Parlamento con una libertad de acción restringida.
Sin duda lo más grave es la
situación del Poder Judicial, el macrismo se ha rodeado de jueces totalmente
politizados e impresentables, que sancionan leyes contra la oposición y al
mismo tiempo cajonean todas las denuncias de corrupción que perjudican al
gobierno. Juez que no les gusta es sometido a un desgaste mediante falsas
acusaciones que aparecen en tapas de los diarios y en el ejército de trolls a
través de las redes creado por Cambiemos. Alejandra Gil Carbó, la Procuradora
general de la Nación, es una de las víctimas que Macri quiere eliminar, hasta
ahora sin poder logarlo, y tener vía libre para sus atropellos. Se puede
afirmar que los Tribunales de Comodoro Py se transformaron en un comité
político de Cambiemos.
El
impresentable juez Claudio Bonadio
La protección mediática, un
Congreso de poder limitado y un Poder Judicial dúctil, permitieron que en los 18
meses de gobierno de Macri se hayan producido:
·
Represiones violentas a despedidos de
fábricas y empresas.
·
Detención por portación de cara sin motivo
que lo justifique.
·
Existencia de presos políticos.
·
Desaparición forzada de personas.
·
Allanamientos sin orden judicial de gremios,
personas, talleres, clubes y otras instituciones.
·
Fue muy grave el último
episodio de represión que ocurrió el viernes pasado al término de la masiva
manifestación en Plaza de Mayo para que se esclarezca la desaparición forzada
de Santiago Maldonado, producida por la Gendarmería y que el gobierno, como principal
responsable, se niega a investigar. La marcha fue totalmente pacífica y se
desconcentró en forma ordenada. Quienes estuvimos allí hasta último momento
damos fe de que así fue. Cuando ya no quedaba casi nadie en la plaza
aparecieron los robocops o cascarudos avanzando en formación cerrada. Detrás de
ellos escondidos y agachados se encontraban unos cuantos individuos con los
rostros semitapados y ante una orden se desprendieron de los robocops y
empezaron a causar desmanes.
Entonces comenzó el teatro,
vinieron bomberos que no apagaron los incendios producidos por estos
infiltrados, porque al día siguiente la prensa servil debía mostrar los
desmanes y ocultar el éxito de la manifestación. Robocops y policías de civil
comenzaron a reprimir violentamente a personas, periodistas y transeúntes que
se encontraban en la zona. Ingresaron en bares y se llevaron a gente que estaba
sentada comiendo o tomando alguna bebida. Fueron en total 30 que los diarios
catalogaron como agitadores y los tuvieron incomunicados 48 horas. Como todo el
mundo tiene celulares, esta siniestra payasada quedó totalmente al descubierto
y a las 48 horas “los peligrosos anarquistas” detenidos tuvieron que ser liberados
sin que se les pudiera imputar cargo alguno.
Escenas
de la violencia policial
Nada de lo que acabo de
describir se produjo en gobiernos democráticos y sí en las dictaduras
militares.
Con todo lo dicho, dejo a
criterio del lector si considera que este gobierno es, al menos, una dictadura
encubierta.
Y esto es solo el comienzo.
Por ahora, la única defensa es la reacción ciudadana a través de marchas y
encuentros, una derrota importante de Cambiemos en las elecciones de octubre,
paros masivos y las denuncias de los atropellos del gobierno por parte de los
pocos medios y periodistas independientes.
Mientras tanto, los Benetton y los latifundistas de la Patagonia, descorchan champan y brindan en honor a Patricia Bullrich
Mientras tanto, los Benetton y los latifundistas de la Patagonia, descorchan champan y brindan en honor a Patricia Bullrich
Es la descripción correcta.Nos pasa con asombro, parecia que se habian consolidado derechos y garantias. Mucho resiste, veremos si la elección y el voto modifican la situación.
ResponderEliminarHola RF. Está bueno tu texto.
ResponderEliminarCorregí donde dice "dictadura del 73".
Estos tipos son herederos ideológicos y políticos de todas las dictaduras que hubo en el siglo 20.
ATTE.
Abrazos
HRC
Esto de entrada es un golpe de estado cívico votos, sin necesidad de los servicios de lis serviles lacayos militares pretorianos, además, hubo fraude en diciembre del 2015
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