Sabemos
que el camino hacia la libertad siempre ha sido acechado por la muerte.
Angela
Davis
Angela Davis (1944-)
Una sumatoria de estigmas
Si
usted nació en Estados Unidos alrededor de 1940 y es negro, usted tiene un
problema, cuya magnitud depende del lugar en que vive, de su inteligencia, su
perseverancia, su carisma y su formación académica. Si no ha sido dotado con
estas cualidades, lo más probable es que termine trabajando de mucamo, ayudante
de enfermero, o algo por el estilo. Si por el contrario reúne todos estos
requisitos puede llegar a ser un profesional destacado, un ejecutivo de empresa
y hasta presidente de la república como es el caso de Barak Obama, aunque esto
último es una posibilidad remotísima. Pero hay algo que debe tener siempre en
cuenta, haga lo que haga le costará el doble de trabajo que si fuera blanco.
Ahora
bien, si además de ser negro usted milita en alguna organización que lucha
activamente por los derechos de los afroamericanos, como los Black Panthers,
considerado por Nixon como un movimiento terrorista, ya la cosa se pone seria.
Las chances de que conozca la cárcel son altas, así como el riesgo de que la
policía lo muela a palos o se le escape un tiro que lo mande al otro mundo.
Supongamos
que además de ser negro y militante, usted encima está afiliado al partido
comunista. La conjunción de estos tres elementos ya se torna una condición
letal y las posibilidades de que salga con vida son ínfimas. Angela Davis reúne
todas estas condiciones y por añadidura es mujer y si hasta ahora sobrevivió es
porque posee todas las cualidades previamente señaladas y un prestigio
internacional que la salvó de la pena de muerte.
Infancia y formación
académica
Angela
nació en 1944 y vivió su infancia en Birmingham, Alabama, una de las ciudades
más racistas de Estados Unidos. Fue una infancia con miedo en un barrio de
gente de color apodado Dynamite Hill
(colina dinaminta), debido a las continuas incursiones del Ku Klux Klan. Varios
amigos de infancia murieron por los ataques de esta organización, que obligaba
a las familias negras a organizarse y patrullar armados las calles para
prevenir y rechazar las agresiones.
Sus
padres tenían una excelente formación universitaria y eran militantes en pro de
los derechos civiles en la NAACP (National
Association for the Advancement of Colored People) y desde su infancia se
nutrió de toda la problemática que sufría la gente de color.
Cursó
sus estudios primarios en una escuela segregada de instalaciones precarias y a
los 14 años consiguió una beca, otorgada por una organización cuáquera a los
alumnos más destacados. En Nueva York se alojó en la casa de un pastor de la
iglesia episcopal declarado enemigo del macartismo y miembro de la Soviet-American Friendship Organization (Organización
de Amistad Americano-soviética).
Es ocioso señalar que tanto el sacerdote como
la mayoría de los profesores estaban en la lista negra de la administración Mac
Arthy y tenían prohibido enseñar en establecimientos públicos. Fueron años que definieron
la orientación política de Angela.
Comenzó
a empaparse en la filosofía socialista y marxista, mientras asistía a reuniones
del historiador comunista Herbert Aptheker. En 1962 obtuvo una beca para cursar
estudios de francés en la universidad Brandeis de Massachusetts y fue una de
las tres únicas estudiantes negras de primer año. Allí asistió a las
conferencias del escritor James Baldwin y del filósofo y sociólogo alemán Herbert
Marcuse. También descubrió a los existencialistas franceses Jean Paul Sartre y
Albert Camus.
Cuando podía se trasladaba al sur para apoyar el movimiento de
los derechos civiles, participando en las famosas sentadas frente a las
instalaciones que segregaban a los negros.
Como
su carrera incluía una estancia en Europa, volvió a encontrarse con Marcuse, conoció
al filósofo Theodor Adorno y estudió filosofía en la universidad Goethe de Frankfurt.
Todas estas actividades le valieron la amistad de prestigiosos académicos de
las universidades europeas, que más tarde serían vitales para salvarla de la
silla eléctrica o de una prisión perpetua.
Profesora de filosofía en la
UCLA
En
Estados Unidos Angela, con solo 25 años de edad, se presentó a cubrir la
vacante de Filosofía en la UCLA (Universidad de California en Los Angeles),
tenía antecedentes sobrados para ganarlo y además incorporó vientos renovados
en la cátedra al introducir el sistema dialéctico europeo. En su primer curso
esperaba 200 alumnos, pero se anotaron 2000 atraídos por su creciente prestigio.
Sin embargo, esa etapa como profesora universitaria distaba de ser un lecho de
rosas.
El
FBI le seguía los pasos e hizo publicar en un diario local de que Angela era
comunista. En la universidad cundió el pánico y ni el decano ni los demás
profesores, pese a que simpatizaban con ella, la defendieron. Hay que tener en
cuenta que estaba la guerra de Vietnam y que el gobernador de California era
Ronald Reagan, fanático anticomunista y abiertamente racista. Sin embargo, un
tribunal del Estado determinó que la destitución de un maestro por sus
opiniones políticas era inconstitucional.
Angela conservó el cargo y siguió
enseñando, pero comenzó a ser hostigada permanentemente por medio de llamadas
telefónicas y por correspondencia. A las asambleas tenía que ir acompañada de
guardaespaldas, cambió de domicilio en varias oportunidades y sus clases eran
todas grabadas y meticulosamente analizadas en busca de frases o comentarios
que justificaran su detención por alteración del orden. Por ese lado, nunca
pudieron encontrar el menor resquicio de culpabilidad, pero las presiones
fueron tan fuertes que Angela debió renunciar, nuevamente por decisión de
Ronald Reagan.
Para el FBI no era suficiente, había que esperar hasta que
surgiera la circunstancia que permitiera detenerla y eliminarla definitivamente.
Se cierra el cerco
La
situación se presentó cuando Angela se interesó por la situación de unos negros
encarcelados por denuncias menores, uno de ellos, George Jackson tenía una
personalidad deslumbrante que la fascinó. El fenómeno fue mutuo y ambos se
enamoraron profundamente y expresaron sus sentimientos mediante un fluido
intercambio epistolar.
En
enero de 1970 dos prisioneros negros de uno de los presidios de California
fueron asesinados por guardias y el jurado del Condado de Monterrey dictaminó
que el guardia había cometido un “homicidio justificable”. Poco tiempo después
un guardia fue encontrado asesinado y Jackson y otros dos prisioneros fueron
acusados de su muerte.
Jackson pertenecía al grupo de los Panteras Negras, si a
esto le agregamos su relación con Angela se podía decir que la suerte de ambos
estaba sellada.
En
agosto de 1970, Jonathan Jackson, el hermano menor de George, ingresó con una
ametralladora en la corte del Condado Marin y tras tomar como rehén al juez,
demandó que George y dos prisioneros más, fueran liberados. El plan fue un
fracaso por la inexperiencia del joven que solo tenía 17 años y murió en el
intento. Se culpó a Angela por el operativo y comenzó una búsqueda febril
encabezada por Reagan, que se transformó en la cacería más desenfrenada del
país.
El afiche de denuncia la acusa de fugitiva, asesina y secuestradora.
Una joven negra que nunca había sido detenida y no estaba directamente
acusada de cometer un delito pasó a integrar la lista de los 10 delincuentes
más buscados. Angela no era temida por su persona, incapaz de causar el menor
daño, lo que aterrorizaba al sistema eran sus ideas y su capacidad para
difundirlas.
Los
avisos de captura la describieron como “armada y peligrosa”, lo que otorgaba a
cualquier racista fanático, el derecho de matarla sin previo aviso y sin que se
lo culpara de homicidio. La táctica y su propaganda facilitaron que se hicieran
múltiples allanamientos en locales de organizaciones políticas y se
encarcelaran negros con cualquier pretexto. Muchas mujeres negras fueron
detenidas por el solo hecho de usar el característico peinado afro de Angela.
Finalmente
fue descubierta y apresada, siendo alojada en condiciones infrahumanas y en
aislamiento total. Richard Nixon felicitó por su captura a Edgar Hoover, el
director del FBI en una emisión televisada para todo el país, declarando que su
arresto servirá de ejemplo a todos los demás terroristas.
Pese
al brillante alegato de su abogado defensor Angela fue sentenciada a la pena de
muerte. Era ese tipo de juicios que se llevan a cabo para darle al proceso una
fachada de legalidad, pero a priori estaba decidida su condena. La sentencia
fue retirada debido a la intensa movilización internacional que puso en muy
incómoda posición al gobierno y a la justicia de Estados Unidos. Los Rolling
Stones le dedicaron la canción Sweet
Black Angel y John Lennon compuso para ella Angela.
Angela tiene actualmente 72 años y sigue siendo tan activa
como siempre. A lo largo de su vida, se dio cuenta de que la igualdad entre
blancos y negros sólo podría hacerse realidad cuando también existiese paridad
de derechos entre hombres y mujeres. Por eso, también se convirtió en una
figura destacada del movimiento feminista. Transformó su cátedra de la
universidad en un foco de información y esclarecimiento sobre la opresión de su
raza y no vaciló en arriesgar su vida en pos de esa lucha. Angela Davis es uno
de esos personajes que la historia identifica como imprescindibles.
Ángeles Cabré. Angela Davis, la revolución negra. El País
23/06/2016.
Luciano
Monteagudo. Yo fui utilizada para infundir miedo. Página 12, 16/09/2012.
Angela
Davis habla. Ediciones de La Flor, 1972, Buenos Aires.
Estableciendo vidas paralelas Angela se asemeja a Milagro Sala y Reagan a Gerardo Morales
ResponderEliminarValiente e imprescindible, sí Ricardo!
ResponderEliminarMuy bien escrita, Ricardo, tu nota biográfica sobre Angela Davis. Como seguramente sabes, no soy uno de sus admiradores. Más bien fuí partidario de Reagan, quien junto a San Juan Pablo II, terminó con la amenaza mundial del comunismo soviético. Esta ideología aún fomenta problemas en Cuba y Venezuela. Gracias a Dios, se trata de anomalías locales.
ResponderEliminarMuy bien escrita, Ricardo, tu nota biográfica sobre Angela Davis. Como seguramente sabes, no soy uno de sus admiradores. Más bien fuí partidario de Reagan, quien junto a San Juan Pablo II, terminó con la amenaza mundial del comunismo soviético. Esta ideología aún fomenta problemas en Cuba y Venezuela. Gracias a Dios, se trata de anomalías locales.
ResponderEliminaren esos años el PC DE EEUU tenia entre sus afiliados mas infiltrados del FBI que militantes propios ARNOLDO
ResponderEliminarMuy buena la nota sobre Angela Davis!!!
ResponderEliminarMuchas Gracias AMIGAZO, es una Historia realmente Humanamente atrapante.
ResponderEliminarABRAZO!!!!!
Dura y sufrida experiencia, deseo que en Argentina tengamos un(a) Milagro, que se constituya en símbolo de lucha y éxito.
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