miércoles, 13 de mayo de 2015

DE TRAIDORES Y OPORTUNISTAS

La araña que salvaste te picó,
que vas a hacer,
y el hombre que ayudaste te hizo mal
dale nomás, y todo el carnaval, gritando pisoteó
la mano fraternal, que Dios te dio”.
Desencuentro, de Cátulo Castillo con música de Aníbal Troilo.

La historia argentina es fructífera en traidores y oportunistas y para hacer el relato corto y no fatigar al lector, me limitaré a los personajes más emblemáticos de los últimos años que incurrieron en el sucio arte de la puñalada por la espalda. Tres de ellos adquirieron notoriedad gracias a la mano que les tendió el ex presidente Néstor Kirchner y debo admitir que dentro de las muchas virtudes del bizco, el olfato para saber elegir candidatos, no era su fuerte.


                     Julio Cleto Cobos
Que la historia me juzgue, pido perdón si me equivoco. Mi voto... Mi voto no es positivo... mi voto es en contra”. En el Senado de la Nación el 17/07/2008.

Cobos nació en la ciudad de Godoy Cruz en Mendoza y en esa provincia hizo toda su carrera profesional, destacándose como ingeniero civil, asesorando diversas obras, especialmente en el terreno de la hidráulica. En 1991 cuando tenía 36 años, se afilió a la UCR y fue desempeñando varios cargos en la provincia de Mendoza. 

Lenta y pacientemente fue ascendiendo en la categoría de las funciones que le tocó ejercer y en el año 2000, gracias a sus antecedentes profesionales, se convirtió en el Ministro de Ambiente y de Obras Públicas.

Finalmente en 2003 llegó al cargo máximo que puede aspirar un político dentro de su provincia: el ser elegido gobernador, liderando una coalición entre la UCR mendocina, Recrear y Federal. Durante su gestión adoptó una política de diálogo con el presiente Néstor Kirchner, actitud que fue mirada con recelo y profunda censura por muchos de sus correligionarios.

Néstor Kirchner tenía la idea de la transversalidad y dada las buenas relaciones y el diálogo fluido que había tenido con Cobos, consideró que la vicepresidencia podía caer en manos de un radical. No imaginó que había metido al zorro en el gallinero. El 28 de julio de 2007, en el Club Asturiano de Vicente López, Cobos fue proclamado compañero de fórmula de Cristina Fernández que en octubre ganó en primera vuelta con el 45,2% del total del electorado. La dirigencia radical que siempre se caracterizó por un rechazo visceral hacia el peronismo o lo que se le pareciera, expulsó a Cobos del partido. Fue la primera vez que le endilgaron el mote de “traidor”.

La relación entre la presidenta y su vice se mantuvo relativamente armónica hasta que el Ministro de Economía Martín Lousteau sacó la resolución 125 que establecía la movilidad de las retenciones a las exportaciones del sector agropecuario, de modo que las mismas aumentaran cuando el precio internacional subiera y disminuyeran, cuando el precio bajara. Era una fórmula razonable y que incluso con los años, hubiera podido beneficiar a los agricultores durante las caídas del precio de los granos en la bolsa de Chicago.

Pero los grandes terratenientes acostumbrados desde tiempos pretéritos a ser intocables, establecieron el lock out patronal más feroz que recuerda la historia del país. Los casi 500 estancieros dueños de más de 9 millones de hectáreas, se adueñaron de las principales rutas y las bloquearon durante más de 4 meses. El gobierno nunca los reprimió.

A esta altura de los acontecimientos surgió un segundo traidor: Eduardo Buzzi, el dirigente de la Federación Agraria Argentina, quien se puso del lado de los grandes ruralistas, los principales enemigos del pequeño y mediano agricultor a quienes él representaba. Este renegado pagaría años más tarde su canallada, ya que en 2015 fue destituido de su cargo en la FAA y en las PASO de Santa Fe con un insignificante 3%, se evaporaron sus veleidades de político.

En el ambiente turbulento que se vivía, el Senado tenía que aprobar la ley y ante el empate técnico le tocó al Presidente de esa Cámara, es decir a Cobos, la decisión final. Fue el 17 de julio de 2008 en que después de una extensa explicación, tratando de justificar su actitud pasó a la historia con su famosa frase: ”mi voto no es positivo”. Júbilo de los terratenientes, la oposición, la Sociedad Rural Argentina y la prensa hegemónica, que ascendieron a Cobos al pedestal de los héroes. La UCR acogió en sus brazos al hijo pródigo, paradójicamente purificado por una nueva traición.


                             Alberto Fernández
“Es una gran pérdida porque Nisman había avanzado mucho en la causa AMIA y me parece que hemos perdido a la memoria de esa causa ya que era un obsesivo de ella"  El 12/02/2015 en un canal de TV.

Se ignora que motivó a Néstor Kirchner llamar a Alberto Fernández para que ocupara la Jefatura de Gabinete de Ministros. Además de la cara, que lo vendía de entrada, portaba una mochila de antecedentes totalmente opuesta a los principios sociales y económicos del kirchnerismo. Se había desempeñado en el gobierno del turco y en el año 2000 integró la lista de candidatos a Legislador de la Ciudad de Buenos Aires en la coalición “Encuentro por la Ciudad”, liderada por el “Mingo” Cavallo.

Cuando finalizó el lock out patronal también terminó la participación de Fernández en la Jefatura de Gabinete. No había manejado bien el conflicto con el campo y tenía enfrentamientos con algunos ministros. Es así, que de defensor a ultranza del gobierno de Cristina pasó en cuestión de horas a convertirse en acérrimo crítico de su gestión, lo que permitió que Magnetto, el CEO de Clarín lo convocara para desfilar en los medios del monopolio haciendo comentarios descalificantes sobre la Presidenta. 

El diario La Nación lo arropó entre sus columnistas en varias oportunidades. En septiembre del año pasado criticó el discurso de Máximo Kirchner en un acto de la Cámpora tergiversando sus expresiones sobre una posible re-reelección de Cristina. También a través de los mismos medios atacó en varias ocasiones al vicepresidente Boudou, a la gestión económica del gobierno y ni el ministro de Economía Axel Kicillof, ni el Jefe del Gabinete Jorge Capitanich o el Director de la AFIP, se salvaron de su coprodispersor.

A la deriva y sin brújula amenazó con su candidatura a senador por la Capital y las encuestas lo devolvieron a la realidad: no medía nada, por lo que tuvo que archivar esa aventura. Más tarde intentó reflotar su aparición, esta vez colgado de Massa, pero el “lanzamiento” murió en la más desoladora intrascendencia. Si me preguntan en donde está ubicado en este momento Alberto, creo que ni el mismo podría dar una respuesta.


                         Sergio Massa
Hola soy Sergio Massa y te hablo a vo que tajai”.
Discurso dirigido a los votantes de Córdoba remedando el estilo cordobés.

Si los antecedentes políticos de Aníbal Fernández son lamentables, los de Sergio Massa los sobrepasa con creces y tampoco se entiende porqué Néstor Kirchner le tendió la mano que después Massa le picó, como la araña del tango de Cátulo Castillo.

Massa formó parte del ala derecha de la UCeDé, liderada por el propio Alsogaray o sea que se ubicó en la ultraderecha de la derecha. Siendo un entusiasta del gobierno del turco formó parte del grupo de la UCeDé que migró masivamente al Partido Justicialista, no por principios sino por oportunismo, que es el atributo más destacado de este advenedizo. Como fruta del postre, pasó a militar en el Partido de San Martín con el dirigente sindical Luis Barrionuevo. Durante el gobierno de Eduardo Duhalde se desempeñó como titular del ANSES.

Con este deplorable bagaje fue llamado por Néstor Kirchner para reemplazar a Alberto Fernández como Jefe de Gabinete. Fue durante el ejercicio de este cargo que Massa mostró de cuerpo entero su relativismo moral. Se presentó ante la embajadora de Estados Unidos para desacreditar al gobierno del cual él formaba parte. En uno de esos diálogos, habría calificado al expresidente Néstor Kirchner despectivamente de «perverso» y de «cobarde».

El renegado no contó con la aparición de Julián Assange y sus WikiLeaks que lo desenmascaró definitivamente. Massa negó luego haber tenido esas charlas, desmintiendo a las autoridades diplomáticas estadounidenses. Ese comportamiento, aquí y en cualquier lugar del mundo, se llama traición y carece de antecedentes en la historia política de la Argentina.
Actualmente se encuentra en plena declinación, ya no es convocado por los medios dominantes y ha perdido laderos, tan oportunistas como él. La razón es que Massa es de ultraderecha, tanto o más que Macri, pero a diferencia del procesado Jefe de la Ciudad, que está posicionado claramente en ese espectro, Massa se presenta turbio, ambiguo, un verdadero hermafrodita de la política, que pretendiendo quedar bien con todos, ofrece una imagen confusa y una oratoria impostada, rica en slogans y pobre en contenido. Con nuestros impuestos cobra el sueldo de diputado, pero son contadas las veces en que asistió a las sesiones de la Cámara Baja.


Alberto Fernández. El Gobierno no tiene rumbo, en parte por la necedad de Cristina Kirchner. La Nación 09/01/2014.
Alberto Fernández. Si Boudou se hubera dedicado todo el tiempo a jugar sudoku hubiera hecho menos daño. La Nación 13/03/2014.

En el massismo hablan de expulsar a Alberto Fernandez por “doble agente”. La Política “on line”. 09/03/2014.

Santiago O’Donell. Argenleaks. Editorial Sudamericana, Buenos Aires 2011.

Martín Granovsky. Por obtener votos a cualquier precio tratan de arriar a la gente como ganado. Página 12, 09/03/2014.


5 comentarios:

  1. Esos son los traidores, también están en la política los payasos bajo las órdenes de Tinelli. Fue patético verlo saltar a Macri como una rana y que cara de orto tenía Massa con las declaraciones de Giustozzi. Randazzo fue invitado, pero se negó a ir

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    1. Scioli también quedó como un idiota, pese a la simpatía de Karina R. Si en ese ámbito se va a dirimir la disputa electoral nuestra democracia está frita!

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  2. Ma$$a estuvo en el gobierno porque le dieron a manejar una calesita. Y la chocó. Aníbal F.

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  3. Tendría que haber destacado más a Buzzi, porque traicionó a todos los chacareros y pequeños y medianos estancieros representados en la Federación Agraria. Obviamente no lo hizo ni siquiera por principios sino por oportunismo. Creyó que el gobierno de Cristina estaba acabado.

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    1. Leélo otra vez y verás que Ricardo hablò bastante sobre Buzzi y sus traciones a los que lo habían elegido

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