domingo, 25 de enero de 2015

DECADENCIA DE DOS INSTITUCIONES

En una nota periodística, Jorge Elbaum señaló el cuestionamiento que recientemente sufrió el ex integrante de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni por las autoridades de la DAIA. El motivo fue que el jurista comparó el Holocausto (Shoá) que sufrieron los judíos durante la Segunda Guerra Mundial con el “genocidio por goteo” que sufren los sectores populares en América latina desde hace siglos. La declaración de la organización hebrea, que se considera autorreferencial de la comunidad judía argentina –prerrogativa como mínimo inconsulta– calificó de inaceptables las expresiones de Zaffaroni, al considerarlas una forma de “banalización” de la Shoá.

La acusación realizada por la DAIA merecería la indiferencia –sobre todo por el nivel de ignorancia que incluye– si no tuviera varias implicancias necesarias de esclarecer: por un lado, el hecho de que Zaffaroni es el más importante académico que ha trabajado temas relacionados con la discriminación en nuestro país, y quien más aportó a la enseñanza y la difusión de la problemática de la Shoá.

El comportamiento de la DAIA marca una vez más en qué medida ha desvirtuado sus objetivos originales, para transformarse en una institución que coquetea con factores de poder, ajenos a los intereses de la sociedad argentina y la fracción judía de la misma. Zaffaroni fue atacado porque es un juez “hiperkirchnerista”, prefijo que se le endilga a toda persona que no está contra el gobierno, pero también fue un mensaje a la comunidad judía intentando mostrar que la DAIA aún se interesa por la defensa del judaísmo. Una pantalla pobrísima que no alcanza para tapar la inoperancia de la institución en el caso AMIA.

En el reciente acto del miércoles 21 de enero, tanto la AMIA como la DAIA, no hicieron más que ratificar su desviado posicionamiento de los objetivos por los que fueron creadas. La presencia en el acto de la calle Pasteur del pintoresco y decadente arco opositor y la ausencia de representantes del gobierno, que dicho sea de paso fue el único que activó las investigaciones del atentado a la embajada y a la AMIA, mostró hacia qué lado tomaron partido estas instituciones.

Julio Schlosser “reclamando justicia” en el acto del 21 de enero

No es la primera actitud vergonzosa, las hubo peores y Mario Wainfeld nos recuerda, en una de sus notas, el acto relativo al tercer aniversario del atentado a la AMIA. Los asistentes se indignaron por la presencia de Corach y otros funcionarios que asistieron en representación del gobierno de Menem, el principal responsable en frenar la investigación de la causa. En esa ocasión cuando le tocó el turno como orador a Rubén Beraja, entonces presidente de la DAIA y titular de un banco en apuros, fue abucheado e insultado y muchos asistentes le dieron la espalda, una escena inolvidable, un dictamen de la concurrencia sobre el pacto entre DAIA-AMIA y el menemato. Como broche de oro de mansedumbre y capitulación, la plana mayor de la DAIA con Beraja a la cabeza fue más tarde a la Rosada para pedirle perdón a Menem.

Ruben Beraja cuando fue presidente de la DAIA tomó partido por el gobierno de Menen en lugar de apoyar a los familiares. Estuvo dos años preso acusado de liderar una asociación ilícita que causó perjuicios millonarios a ahorristas e inversores. También se le imputa el manejo discrecional de 298.600.000 dólares que el Banco Central le entregó a la entidad en concepto de asistencia financiera.

Como bien señala Jorge Elbaum en su nota de Página 12, el ansia de protagonismo, las características ideológicas de sus dirigentes y la ausencia de los judíos progresistas, hicieron que la DAIA le diera la espalda a los familiares de los muertos por el atentado. Actualmente solo agrupa a un porcentaje minúsculo de los argentinos judíos.
Ignorados por estas instituciones, los familiares formaron distintas agrupaciones. Las más críticas son Memoria Activa, 18 J y Apemia. Sus referentes más conocidos son Diana Malamud, Sergio Burstein y Laura Ginsberg, respectivamente. Hace añares que no le creen nada a Nisman. La opinión de estos grupos suele ser irrelevante  para el periodismo hegemónico y en el reciente acto, tanto La Nación como el grupo Clarín solo destacaron los discursos de los presidentes de AMIA y DAIA.


Diana Malamud, Sergio Burstein y Laura Ginsberg dirigentes de Memoria Activa, 18 J y Apemia.

Sólo el veinte por ciento de la población judía forma parte del entramado institucional comunitario de la DAIA. La inmensa mayoría restante que incluye a estudiantes, científicos, académicos, profesionales de todas las disciplinas, artistas e industriales, no se siente representada por estas instituciones, que en el caso de la DAIA es una verdadera oligarquía, ya que solo 150 votantes eligen las autoridades que son 20 individuos sin relevancia en la sociedad. Ese grupúsculo de personas pretende representar a casi el medio millón de judíos del país.

Sorprende el pesar que sus autoridades dicen manifestar por la muerte del fiscal Nisman, un personaje que mantuvo paralizada durante años la investigación de la causa y que regresó súbitamente de Europa, dejando a su hija en el aeropuerto, para fatigar incansablemente todos los medios del grupo Clarín, acusando al gobierno de pactos secretos con Irán. Las autoridades de la DAIA y de la AMIA, salieron a ensalzar a un individuo que dado lo turbio y siniestro de los hechos que lo rodeaban, merecía que adoptaran un compás de espera hasta que se aclarara el panorama de su muerte. Por el contrario vociferaron justicia y a contramano de los familiares de los muertos por el atentado, posicionaron a Nisman en el pedestal de los héroes. Su actitud no fue falta de prudencia, sino la muestra clara de cómo estas instituciones perdieron el rumbo de sus objetivos originales.

Durante gran parte del siglo XX, tanto la DAIA como la AMIA, estuvieron bajo la dirección de laboristas y socialistas. Un factor desencadenante de su origen fue defender a la comunidad judía contra las persecuciones de La Liga Patriótica –financiada por la Sociedad Rural–, la Alianza Libertadora Nacionalista, Tacuara y la aquiescente mirada del diario La Nación. Sus dirigentes arriesgaban la vida al pedir explicaciones en comisarías o en instituciones educativas donde sus hijos muchas veces eran acosados con insultos antisemitas.

Sin embargo, como señala Elbaum, después de la década del 60 estas organizaciones fueron mutando alejándose de sus ideas progresistas para convertirse en una figura más aceptada (a veces “pintoresca”) en los círculos del poder. Algunos de sus integrantes lograron ingresar al Jockey Club, la misma institución que los excluyó y los humilló décadas antes y eufóricos, se codearon con lo más rancio de la camarilla de empresarios gentiles.

Como lo señala Jorge Elbaum, con este viraje se colocaron en las antípodas de Simón Radowitzky, Marcos Osatinsky, Juan Gelman, Bernardo Verbitsky, Raúl Kossoy, Moisés Lebensohn, Elías Seman y tantos otros vinculados a las luchas solidarias y justicieras del pueblo argentino. Más aún, esos nombres de judíos "subversivos" fueron sistemáticamente borrados de los anaqueles y de la memoria o del conocimiento de la actual dirigencia. El solo hecho de difundir sus biografías empezó a ser vivido con escozor y vergüenza. No se habla de ellos porque no responden al modelo hegemónico actual.

La expresión más acabada de este giro ultraconservador se evidenció en los años ’90, al igual que en gran parte de la sociedad argentina. El neoliberalismo cambió la agenda de ambas entidades y el componente empresarial desplazó a los “activistas sociales” característicos de las décadas anteriores. El nuevo rol asumido implicó una avanzada desde donde articularse con el establishment del sistema político local y con las corporaciones empresariales y políticas.

Las componendas entre José Beraja, el menemismo, la SIDE de entonces y seguramente la CIA, se afanaron en tirar pistas falsas en relación con el atentado. El resultado fue la separación del juez Galeano y los procesamientos del ex presidente de la DAIA, del titular de la SIDE menemista, Anzorreguy, y del Fino Palacios que era comisario de la Federal. Este último irrumpió años más tarde como titular de la policía metropolitana del procesado Jefe de la Ciudad y las escuchas telefónicas ilegales a familiares de la AMIA.

Juan Carlos Galeano, Hugo Anzorreguy y Jorge “Fino” Palacios

La foto divulgada por la AMIA y la DAIA, referida al reciente acto en la calle Pasteur, donde se hicieron presentes Ernesto Sanz, Julio Cobos, Francisco de Narváez y Patricia Bullrich, la esencia de la mediocridad política argentina, atestigua que el giro conservador fue eficiente. Lejos, muy lejos, quedaron las imágenes de aquellos inmigrantes y sus hijos que colaboraron en la construcción de un país en donde la solidaridad, la justicia social y la sensibilidad hacia los marginados, eran principios esenciales de las cartas fundadoras de ambas instituciones.

Mario Wainfeld. La Historia y la Fábula, Página 12 18/01/2015.
Jorge Elbaum. La DAIA y Zaffaroni. Página 12, 06/01/2015.
Jorge Elbaum. La cooptación de las instituciones judías. Página 12, 24/01/2015.

Los que nunca cejaron. Página 12, 18/01/2015.

8 comentarios:

  1. Estoy con vos Ricardo, todo parece indicar que fue suicidio. Cristina habla de más en este punto. Puede que lo hayan inducido a hacerlo, pero no deja de ser suicidio.
    Abrazo

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  2. No solo la DAIA y la AMIA ignoran a los familiares del atentado, para la prensa hegemónica tampoco existen

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  3. Se va desmoronando el montaje organizado por Clarín como un intento más de golpe institucional, donde los políticos de la oposición con un comportamiento antidemocrático, golpista e histérico, hablan como loros sin conocer la denuncia de Nisman y oponíendose a la reforma del servicio de inteligencia sin haberla leido. Nunca bien mayor mercado de gente barata

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  4. Lagomarsino y su abogado montaron un show mediático donde el primero tenía prohibido responder y el segundo respondió con tartamudeos y evasivas

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    1. Belén de Villa Urquiza29 de enero de 2015, 9:36

      El show mediático de Lagomarsino no aportó nada. Su abogado no respondió a un montón de interrogantes: porqué ganaba tanto dinero, como es posible que tuviera acceso a los archivos clasificados de la AMIA, porqué espiaba a los familiares de Cromañón. El abogado negó que conociera a Stiuso, mentira gigantesca. A propósito del abogado Rusconi, es un de los más caros y es quién defendió al turco en la triangulación de armas violando las normas vigentes internacionales.
      Lagomarsino impresiona como un aventurero, poco escrupuloso y muy interesado en el dinero, igual que el turco y por eso lo defiende Rusconi

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  5. El diario londinense The Guardian dijo que tanto Nisman como Stiuso tenían estrechas relaciones con la CIA y el Mossad.
    Teniendo en cuenta que son las dos instituciones más siniestras y peligrosas del planeta, por carácter transitivo debemos suponer que Stiuso y Nisman es el primero y era el segundo sujetos igualmente siniesros y peligrosos

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  6. Es sorprendente la capacidad de distorsión de la información de La Nación, se está pareciendo cada vez más a Clarín, o sea se está degradando.
    El fiscal Nisman, en todos los medios del monopolio de Magnetto no dejo de repetir que había adelantado su viaje. La presidenta Cristina se hizo eco de esa afirmación y se preguntó porqué razón apuró su regreso.
    Ayer la fiscal Fein dijo que se comprobó que Nisman había sacado boleto de regreso junto con el de ida, es decir que no adelantó el viaje, desmintiendo a este sujeto.
    Pero el diario La Nación dio vuelta todo diciendo que la fiscal desmintió a la presidenta. Es la caradurez total.
    Este fogoneo continuo de los medios hegemónicos solo logra enfrentamiento y crispación.

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  7. ricardo, lo lei hoy en pagina 12. es tragico que los que pretenden ser dirigentes politicos (hoy oposicion) que hacen cualquier cosa por dirigir el pais tengan tan poco nivel de debate politico...seria tan bueno para el pais que lo elevaran y asi, en lugar de aparecer en cuanto programa de television, radio, diarios etc para que oponerse a todo porque si,.en fin, hoy estoy un poco bajoneada, me dan verguenza ajena. cariños cristina deluca.- alguna que otra vez dieran un fundamento

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