Toda la calle Florida lo vio
Con sus polainas, galera y
bastón
Dicen que fue, allá por su
juventud
Un gran Don Juan del Buenos
Aires de ayer
Engalanó la puerta del
Jockey Club
Y en el ojal llevaba un
clavel.
Estas
estrofas son parte del tango Shusheta
de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo. Músico y letrista se inspiraron en el
más famoso personaje de la noche porteña, el aristócrata que dilapidó su
fortuna en forma descontrolada y uno de los que dio origen a la frase que
circulaba por toda Europa cuando se hacía referencia a quién estaba forrado en
dinero: “es más rico que un argentino”.
Tirando manteca al techo
No
fue la única sentencia atribuida a este bon
vivant que hallándose con sus amigos cenando en el exclusivo restaurant
Maxim’s de París, observó que en el techo del salón había una pintura de
valquirias de pechos prominentes que sobresalían de los escotes. Macoco no pudo
resistir la tentación y tras poner manteca en un tenedor la arrojaba para
ver si embocaba entre los pechos de la pintura. A Macoco le siguieron el resto
de los comensales en una especie de competencia para ver quién tenía mejor
puntería. Al terminar la fiesta, a la cuenta de la cena que de por sí era
abultada, se agregaron los gastos de limpieza que Macoco pagó sin chistar. Así surgió
la expresión “tirando manteca al techo”, que es sinónimo de derroche.
Macoco con sus amigos de parranda
Martín
Álzaga Unsué, nació en 1901 y era descendiente del comerciante español Martín
de Alzaga que luchó contra las invasiones inglesas. Cuando niño, su padre lo
apodó Macoco y lo mandó a estudiar a las mejores escuelas de Argentina y de
Europa, aunque fue expulsado de la mayoría de estos institutos. La inmensa
fortuna que heredó de su familia y que dilapidó en forma descontrolada lo
posicionó en forma destacada en los ambientes más refinados de lo que quedaba
de la belle epoque parisina al
término de la Primera Guerra Mundial.
Automovilismo, mujeres y el
Morocco
Su
primer capricho y obsesión fueron las carreras de auto, participando en
competencias locales y extranjeras. Frecuentó las pistas de Indianápolis y en
Europa ganó el Grand Prix de Marsella. Por entonces consideró que ya había
hecho lo suficiente en el rubro del volante y en 1925 se trasladó a Nueva York,
su ciudad favorita después de Buenos Aires y París. Allí regenteó el cabaret Bath Tub, que debió cerrar tres años más
tarde por desacuerdos con la mafia.
Macoco automovilista
Macoco no se desanimó, se trasladó al
East River de Manhattan y abrió el night club Morocco, sin saber que acababa de crear una leyenda. Con sus tapizados de cebra de animales
casados con la puntería de su propio dueño en safaris africanas, sus ríos de
champagne y sus tres orquestas, una tropical, una de tango y otra de jazz, el
Morocco fue el punto infalible de reunión de toda la alta sociedad neoyorquina
y de todos los artistas de Hollywood de los años '30.
El techo era
azul, con estrellas titilantes, que no podían competir con las otras estrellas,
las que visitaban el lugar: Clark Gable, Humphery Bogart, Ginger Rogers,
Marlene Dietrich, Los Hearst, Truman Capote, los Astor y cuanto personaje
llegara a la ciudad, que no existía si no pasaba una noche por el Morocco. Al
cabo de tres años abandonó la empresa agobiado por los impuestos al no haberse
hecho ciudadano norteamericano, vendiendo su parte al socio John Perona.
Marilyn Monroe y Joe Di Maggio en El
Morocco
En la Meca del cine
Macoco
se trasladó esta vez a la costa oeste de Estados Unidos, más precisamente
Beverly Hills, donde conoció al famoso Howard Hughes quien por entonces estaba enfrascado
en la industria cinematográfica. Este magnate norteamericano se dedicó después
a los aviones, donde no solo estableció records de altura, velocidad y
permanencia, sino que llegó a diseñar las máquinas aéreas más avanzadas de la
época. Padecía un trastorno obsesivo compulsivo caracterizado por un terror a
la contaminación con cualquier objeto o persona que con los años lo llevaría a
la tumba. Ver El obsesivo Howard Hughes haciendo click aquí.
Howard Hughes
Macoco
lo conoció en su mejor época y participó en sus emprendimientos
cinematográficos. Esta actividad le permitió conocer y tener romances con
Marlene Dietrich, Greta Garbo, Rita Hayworth, Claudette Colbert, Carmen Miranda
y Ginger Rogers. A varias de ellas ya las conocía cuando recalaron en el
Morocco. En Beberly Hills, contrajo un efímero matrimonio con Kay Williams,
famosa modelo que después se casó con Clark Gable.
Encuentro con el general
Una tarde de
1953, Macoco recibió un llamado de la Presidencia de la Nación, Juan Domingo
Perón lo quería ver. Después de la muerte de su mujer, el general se había
mudado a la Quinta de Olivos, donde funcionaba la UES (Unión de Estudiantes
Secundarios) y hasta se hablaba del romance con una muchacha menor de edad.
Todo un escándalo, agitado en especial por los dignatarios de Iglesia, pero a
Macoco esto no lo sorprendía demasiado.
Acudió
preocupado a la cita, había tenido un romance con Fanny Navarro, por entonces
la amante de Juan Duarte y éste lo había amenazado con unos matones, pero el
tema por el que había sido convocado no tenía nada que ver con ese affaire.
A la hora
establecida, Macoco estaba frente a Perón, quien, sin protocolo alguno, lo
recibió sonriente y fue hacia él con los brazos extendidos para estrecharlo en
un abrazo.
-¡Querido
Macoco, tanto años sin verte! –dijo Perón, en tono lisonjero -. ¡Cómo nos
cambia la vida!
¡Te acordás
cuando practicábamos boxeo en Gimnasia y Esgrima! –le comentó sonriente-.
Hicimos guantes algunas veces. ¡Qué cross de izquierda que tenías! ¡Había que
aguantarte en el ring, che!
Después de
este recibimiento, el general le manifestó que lo había mandado llamar porque
quería conocer a Ginger Rogers. - Es una estrella por la que siento una gran
admiración. ¡Cómo baila la rubia, es formidable, viejo! Me enteré que va
seguido a Río de Janeiro, donde tiene una residencia, y me gustaría que pegue
un salto hasta nuestro país. Sería mi invitada especial. Y nadie mejor que vos
para cumplir esa misión. –
A la semana
siguiente, enviado por el gobierno, Macoco viajó a Río con pasaporte
diplomático y cumplió exitosamente su tarea. La Rogers le debía varios favores,
entre ellos la financiación de la película Vampiresa,
donde ella era la estrella principal.
Ginger Rogers
Epílogo
En
el destacado curriculum de Macoco, se puede agregar el haber introducido al
país varias novedades como el esquí acuático, las lanchas deportivas, el primer
pantalón de mujer y las bailarines del famoso Lido para que actúen en Buenos
Aires. También contribuyó al hábito de que los grandes terratenientes podían
vivir rodeado de lujos y placeres, en lugar de invertir su dinero en
actividades redituables para el país.
En
1982 falleció este avasallante personaje de la city porteña. Sus últimos años
lo encontraron deprimido, aburrido y desheredado por dos tías horrorizadas que
dijeron ¡basta de belle epoque, que
tanta joda, ché!
Ocaso
Fuentes:
Roberto
Alifano. Tirando manteca al techo. Plaza de Mayo.com. http://www.plazademayo.com/2011/03/tirando-manteca-al-techo/
Andrés
Fluxa. Martín Álzaga Unzué, patrimonio nacional. Mosquito belicoso. http://andresfluxa.wordpress.com/2010/10/24/martin-alzaga-unzue-macoco-patrimonio-nacional/
Morocco,
mito de los años 30. Diario Acción. http://www.diarioaccion.com.ar/
Personajes de nuestra
historia: la increíble vida de “Macoco” Álzaga Unzué. Diario El Norte.
http://www.diarioelnorte.com.ar/nota26807_personajes-de-nuestra-historia-la-increible-vida-de-%E2%80%9Cmacoco%E2%80%9D-%C3%81lzaga-unzue.html
Ricardo:
ResponderEliminarSiempre tan buenos sus comentarios, tan informados y bien escritos: un placer leerlo. Gracias. Magdaluz
Esa sí que fue una vida totalmente al pedo. Muy representativa de la concepción vital de su clase, aunque se le fue la mano.
ResponderEliminarSu ilustre antepasado, Don Martín de Alzaga, fue alcalde de primer voto en la Buenos Aires colonial, luchó en las invasiones inglesas, conspiró con éxito para derrocar a Liniers de su cargo de virrey, designado por pedido de la población y conspiró sin éxito contra la Primera Junta, que lo condenó a muerte y colgó su cuerpo en la Plaza Mayor para escarmiento de los traidores. La fortuna amasada por este prócer del contrabando monopolista, hizo que sus descendientes se mantuvieran en el mismo nivel social, incrementaran su fortuna por las alianzas matrimoniales y cedieran el palacete de la Plaza Francia para residencia presidencial. En él murió Evita.
"una vida totalmente al pedo" ??? ...que queda entonces para la tuya y la mia, que no tenemos nada mas divertido que leer las minas que tuvo este tipo !!
EliminarQué paquetería de artículo! Veo que se está inclinando hacia los paquetes. Vez pasada hizo un artículo bárbaro sobre Georgy Newbery, ahora sobre Macoco. Le tiro datos para otros imperdibles, sobre Menditeguy, sí Charlie. Otro sobre Rolo de Alzaga y no debe faltar porsu, Tite Elizalde. Que regio!, les voy a contar a las chicas en el Face.
ResponderEliminarGracias por las sugerencias, más adelante quizás escriba algo sobre Porfirio Robirosa, otro de los grandes playboys
EliminarY no puede faltar en su galería el epítome del dandysmo: Fabián Gomez y Anchorena, Conde del Castaño.
ResponderEliminarQue vida tan PRO !!!
ResponderEliminarHablando del night club Morocco dice Ud, refiriéndose a los tapizados: “sus tapizados de cebra de animales casados…”, realmente me entristeció por los esposos/as de éstos animales que quedaron viudos…
ResponderEliminarNo pude encontrar la localidad de Beberly Hills, donde contrajo un efímero matrimonio con Kay Williams, no habrá sido en Beverly Hills, que menciona mas arriba, donde conoció al famoso Howard Hughes?
Cazado se escribe con Z!!!!!! Estás refiriendo a cebras cazadas!!!! Bestia!!!
ResponderEliminar