Catedral se Senlis
Séraphine
Senlis es una comuna francesa en la región de Picardía perdida en el
tiempo. Situada en el noreste de Francia conserva intacta su estructura
medieval e incluso posee ruinas romanas de cuando la ciudad se llamba
Augustomagnus bajo el imperio romano. Allí vivía Séraphine, de cuyo pasado los
habitantes de la comarca conocían muy poco. Todo lo que se sabía de ella, es
que era una huérfana que trabajó como doméstica en el Convento de las Hermanas
de la Providencia en Clermont. Más tarde, en alguna fecha imprecisa apareció en
Senlis, donde siguió desempeñándose en la misma actividad trabajando en varios hogares.
Cuando despuntó el siglo XX, Séraphine era una mujer de 36 años que había
ascendido un peldaño en la escala social ya que servía como ama de llaves para
algunas familias.
La loca del bosque
Amaba el bosque lindero a la ciudad y lo recorría siempre con su canasta
en la mano. Los vecinos conocían sus hábitos y ocasionalmente alguno se
acercaba y tímidamente le preguntaba que hacía con las flores y yuyos que
recogía del suelo. Ella los miraba con gesto hosco y sin respuesta, hasta que cansados,
dejaron de molestarla. En el pueblo se consideraba que tenía algo de tonta y
otro poco de loca, los más benévolos la calificaban de excéntrica.
Durante las noches, en secreto aislamiento e iluminada por la luz de un
par de velas sustraídas del altar de la imponente y bellísima catedral gótica
de Senlis, Séraphine molía los pétalos de las flores recogidas, las combinaba
con cera de velas, con tierra del cementerio y sangre de animales. De esta
manera, producía colores que guardaba en frascos. En sus ratos de ocio y, según
ella inspirada por la virgen y los ángeles, pintaba sobre telas compradas con
el dinero ahorrado de su trabajo.
Séraphine era semi analfabeta y
jamás había recibido lecciones sobre estilos o técnicas de pintura. Sin
embargo, de su pincel surgían plantas carnales con frutos rodeados de pestañas,
ornamentos foliáceos hechos de suntuosas plumas delicadamente coloreadas, en
cuyo resplandeciente nervio se abren ojos. Extraña malla de susurrantes y
concupiscentes ramajes con sartas de perlas y ramilletes de flores cuyos
pedúnculos formaban una especie de paraguas psicodélico.
El marchand descubre a Séraphine
Cierto día llegó al pueblo Willhem
Uhde: reconocido coleccionista, marchand, galerista y crítico de arte,
particularmente interesado en la pintura naif.
De origen alemán, pero establecido en París; Uhde se había trasladado a Senlis
en busca de paz y reflexión. Un día visitando a sus vecinos descubrió tirada en
el suelo una naturaleza muerta que lo impactó y les preguntó sobre el artista.
Los dueños de la casa le contestaron con indiferencia que se trataba de la
misma mucama que limpiaba la suya.
Séraphine (1864-1942) Willhem Uhde (1874-1947)
Uhde llevó las pinturas de Séraphine
a París y las expuso en su galería, pero estalló la primera guerra y fue
expulsado de Francia. En 1927 regresó al país y se radicó en Chantilly y en
cuanto tuvo oportunidad visitó Senlis y encontró que el arte de aquella extraña
mujer había evolucionado y se había tornado más fascinante. Bajo la asistencia
de Uhde, Séraphine comenzó a pintar en canvas de mayor tamaño que alcanzaron
hasta dos metros de altura.
Con Uhde como marchant, los cuadros figuraron en
galerías de exposición naif
compartiendo espacios junto con los de Henri Rousseau. La fama y el dinero
empezaron a ingresar con cierta abundancia, pero fue in período de éxito
financiero para el cual Sérpahine no estaba preparada. Por el contrario, su
rutinaria y pacífica vida se vio perturbada por el acoso de vecinos y algunos
periodistas que incursionaron por el pueblo.
Para una persona como Séraphine,
de precaria estabilidad mental, esta invasión de su privacidad empeoró su
cuadro psiquiátrico, descuidó la vestimenta y el aseo personal y se agudizaron
sus delirios místicos. Finalmente, fue internada en un asilo donde terminó sus
días en 1942 a la edad de 78 años.
En 2008 su vida fue llevada a la
pantalla por el director Martín Provost, la película, que lleva el nombre de
Seraphine, es una joyita muy recomendable.
Las obras de Séraphine se
encuentran en museos y colecciones particulares y están consideradas como
valiosas expresiones del arte visionario y naif.
Los pigmentos que utilizó, elaborados con exóticos ingredientes y que
Séraphine jamás reveló, superaron la prueba del tiempo y sus cuadros mantienen
la misma frescura y vivacidad que el día que los pintó.
Fuentes:
Hamilton, George Heard. Painting and Sculpture
in Europe 1880-1940. Yale University Press.
p. 226. ISBN
0-300-05649-4.
Downey
CT. Visionary Art. Séraphine de Senlis. http://ionarts.blogspot.com/2009/06/visionary-art-seraphine-de-senlis.html.
2009.
Alain Vircondelet, Séraphine: de la peinture à la folie, éditions
Albin Michel, Paris, 2008, pp 211.
Seraphine de Senlis. Palette Museum. http://www.palettemuseum.com/?p=104
Ya me estaba empezando a preocupar por la ausencia del Mordaz. Este fue un reencuentro muy interesante. Es un ejemplo más, triste pero muy válido, de cómo el espíritu puede actuar como una crisálida, superar la prisión del capullo del físico y volar como mariposa hacia la Belleza. La pregunta es: ¿Cómo hubiera sido ella si hubiera tenido las oportunidades que no tuvo? Y la otra: ¿Cuántas crisálidas se mueren en el capullo porque no les llega la oportunidad que les permita volar?
ResponderEliminarMañana lo resolvemos en la cena.
QUE AUSENCIA SI PUBLICÓ HACE 4 DIAS?
EliminarQUERIDO RICARDO
ResponderEliminarUNA NOTA CONMOVEDORA DE GRAN BELLEZA. EN SEPTIEMBRE PASADO ESTUVE POR ALLÍ Y ES TAL CUAL LO RELATAS.
MUCHAS GRACIAS Y UNA CÁLIDO ABRAZO
IQT