MARIPOSAS NEGRAS

                                                   Ingrid Jonker (1933-1965)

En una playa desierta de Sudáfrica

Se había alejado demasiado de la orilla y trató de volver, pero la costa parecía lejana e inalcanzable y por más que braceaba no acortaba la distancia de la arena salvadora. Trató de mantenerse tranquila, pero apenas podía controlar su angustia. Estaba exhausta y se dio cuenta de que moriría ahogada. Comenzó a gritar pidiendo auxilio y agitando uno de sus brazos.

De pronto ocurrió el milagro, en la playa se perfiló una figura humana que corrió hacia el mar y se zambulló. El hombre pronto estuvo a su lado y la arrastró hacia la orilla. Una vez en la arena quedaron ambos tendidos cara al sol, agotados y sin resuello.

Al cabo de un rato se miraron y se reconocieron, él era el novelista, poeta y editor Jack Cope y ella era Ingrid Jonker, famosa en el ambiente literario de Sudáfrica por sus poemas contestatarios y de denuncias del cruel sistema segregacionista conocido como apartheid. En aquella playa de Ciudad del Cabo nació una pasión que duraría hasta la muerte de Jonkers, interrumpida infinidad de veces por celos y disputas.

              Escena de la película Mariposas Negras de Paula van der Oest con Liann Cunningham en el papel de Jack Cope y Carice van Houten en el rol de Irving

Una vida turbulenta

Jonkers nació en 1933 en Northen Cape, Sudáfrica y tuvo junto con su hermana una infancia totalmente carenciada, con padres separados desde su nacimiento. Abraham Jonker era rígido, estructurado y racista y como miembro del parlamento sudafricano se encargó de la censura sobre el arte y las publicaciones de la que no escapó su hija Ingrid.

A la joven le quedaban dos caminos: someterse o rebelarse, su fuerte carácter eligió el segundo. Frecuentó la vida bohemia de Ciudad del Cabo y desde temprana edad empezó a escribir poesía. Tuvo un matrimonio efímero que le dejó una hija a la cual cuidó con afecto y dentro de sus posibilidades, entre aventuras amorosas, terribles enfrentamientos con su padre y, en los últimos años, una progresiva adicción al alcohol.

 

                   Abraham Jonker, padre de Ingrid. Cortesía de Juan Vera

Nunca dejó de escribir, lo hacía sobre cualquier papel que encontraba y hasta en las paredes de las habitaciones. Su primera colección de poemas que se llamó “Escape”, emergió al público en 1956 cuando tenía 23 años.

El año 1961 fue uno de los más grises en la vida de Ingrid, la enfermiza perversidad del padre, quién censuraba sus obras, la estrechez económica, un embarazo que terminó en aborto (considerado crimen en Sudáfrica) y su incapacidad para mantener relaciones estables con sus amantes, la hundieron en un estado depresivo con intento de suicidio. Por voluntad propia se internó en el hospital psiquiátrico de Valkenberg donde entre otros tratamientos recibió varias sesiones de electroshock.

Los años siguientes fueron más propicios, ganó premios literarios en su país, aspecto que tiene particular mérito ya que sus poemas contenían fuerte rechazo al racismo que imperaba en la sociedad sudafricana. Sus obras se empezaron a traducir a otros idiomas y gozó de un período de bonanza económica que le permitió viajar por Europa con su otro gran amor, el escritor André Brink.

              Ingrid Jonker junto con su hija recibiendo un premio literario

El niño de Nyanga

Un día en que iba manejando por la carretera, debió detenerse por una manifestación de negros que eran reprimidos por la policía en el barrio pobre de Nyanga. Vio como un niño se escapó del grupo y huyó aterrorizado, uno de los policías levantó su carabina, apuntó y le disparó por la espalda. La madre dando gritos de angustia lo levantó entre sus brazos, pero el niño ya estaba muerto. El episodio no se borró nunca más de la mente de Ingrid quién lo volcó en una de sus mejores poesías en el libro Black Butterflies (Mariposas negras).

En 1965, Jonker estaba nuevamente sumida en la pobreza, sola y aferrada al alcohol. En la noche del 19 de julio de ese año se dirigió a la playa y se introdujo caminando en el mar hasta desaparecer en la bruma. De esta forma se apagó una de las más grandes poetisas sudafricanas contemporáneas, con enorme capacidad para amar y luchar por un mundo mejor.

En 1994, Nelson Mandela en su primer discurso de apertura del Parlamento recitó el poema “El niño que fue muerto a tiros por soldados de Nyanga”, el episodio del que Ingrid Jonker fuera testigo.

                               Nelson Mandela al asumir como el primer presidente negro de Sudáfrica
Fuentes

• Ingrid Jonker: Poet of pain and freedom. The Sunday Times. http://heritage.thetimes.co.za/MultimediaContent/IngridJonker/Jonker_p1.pdf. Retrieved 2009-06-06.
• Ingrid Jonker. http://www.poetryinternational.org/piw_cms/cms/cms_module/index.php?obj_id=11226. Marzo 2008.
• Film: Black Butterflies. Dirección Paula van der Oerst. 2011.