De la lectura del libro Wiki-Media-Leaks, de Martín Becerra y Sebastián Lacunza, surgen varios postulados, algunos son conocidos y otros ya figuraban en el libro Argenleaks de Santiago O’Donnell. De todas maneras, conviene destacarlos porque son criterios importantes que hacen al esclarecimiento y permiten estar alerta ante los sucesos políticos y sociales que ocurren en América Latina. Se refieren a comportamientos de las embajadas estadounidenses y su relación con los medios de difusión y algunas corporaciones:
· en todos los países de América Latina, las embajadas norteamericanas observan atentamente los acontecimientos locales para asegurarse que no colisionen con los intereses del imperio. Una de sus principales actividades es hacer lobby para las empresas radicadas o por radicarse;
· según los acontecimientos, el embajador de turno adoptará una postura neutral, intentará minar el poder del gobierno, o directamente conspirará contra el;
· nunca los Estados Unidos contribuyeron a socavar o eliminar un gobierno actuando en soledad, en toda circunstancia lo hicieron con el aval y el apoyo de elementos locales, grupos estos que un presidente militar argentino (el único que gobernó por mandato popular), denominó acertadamente “cipayos vernáculos”;
· las embajadas de los Estados Unidos son las únicas a las cuales acuden estos elementos para solicitar su colaboración. No lo hacen con la de ningún otro país y esto indica que seguimos siendo el patio trasero desde que Teodoro Roosevelt decidió que Europa no tendría más injerencia sobre América Latina. Su frase famosa fue “América para los americanos”, cuando la realidad era América para los norteamericanos;
· entre los grupos y corporaciones que van a golpear las puertas de las embajadas, se destacan los monopolios mediáticos;
· en los países de América Latina, sin excepción alguna, existe una fuerte concentración de los medios de difusión en muy pocos grupos y los que dependen del Estado, son minoría y por lo tanto, tienen menor impacto y penetración en la población.
· los dueños de los grandes medios pertenecen a una oligarquía asentada durante generaciones. Estos empresarios no simpatizan con los cambios sociales y en general propugnan políticas neoliberales que son distantes a los objetivos de soberanía e independencia económica de cada nación;
· esta oligarquía informativa participó activamente en numerosos golpes de estado, hasta hace pocas décadas usando a los militares como mano de obra;
· en los últimos años, los golpes de estado cambiaron su táctica, ya no son burdos atropellos a punta de bayoneta. Se trata de métodos más sutiles maquillados dentro de procedimientos supuestamente constitucionales, con participación de un congreso y poder judicial adictos a los golpistas que mediante juicios políticos fulminantes, como en los casos de Honduras y Paraguay, sacan al presidente democráticamente elegido. En su lugar instalan a un representante adicto a las grandes corporaciones y habitualmente simpatizante con la embajada norteamericana.
· La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), originariamente estaba destinada a defender el periodismo y la libertad de prensa. En 1954, la entidad cambió bruscamente bajo la presión de la delegación de EEUU precedida por un representante del Departamento de Estado, Tom Wallace, y dos altos oficiales de la CIA, Joshua Powers y Jules Dubois. Desde entonces sólo defiende los intereses de las grandes corporaciones ya que sus directores forman parte del cuadro organizativo de la SIP. Además, desde aquella reestructuración la institución en gran parte representa los intereses de Estados Unidos.
Argentina, los medios y la embajada norteamericana
Desde su primer día de gobierno, el presidente Néstor Kirchner tuvo en su contra al diario La Nación después que rechazó las propuestas que le llevó José Claudio Escribano. El entonces subdirector del periódico, le sugirió que continuara con la política económica de corte neoliberal que venía imperando durante décadas y que no revolviera el sucio pasado de los genocidas del Proceso. A partir de ese momento y hasta la fecha actual, La Nación viene descalificando con energía sostenida la gestión de los K.
José Claudio Escribano
Uno de sus principales periodistas, Joaquín Morales Solá, fatigó los pasillos de la embajada para exponer sus plañideras quejas contra el gobierno. Bien podía haberle ofrecido el embajador un despacho para que se instalara y evitarle tantas idas y venidas.
Sin embargo, fue Magnetto, el CEO de Clarín, quién más le llenó los oídos al embajador Wayne con cantos de sirena contra Chávez y propuestas para instalar la norma estadounidense de televisión digital. Simultáneamente le exponía el peligro que significaba el gobierno para la libertad de prensa, con argumentos que Wayne, fogueado en periodismo y con extensa carrera diplomática, nunca le creyó.
Magnetto tenía sobradas razones para detestar a los K, una de las primeras medidas de éstos, fue sacarle el Programa de Torneos y Competencias. Quién quisiera ver un partido de fútbol tenía que pagar, de lo contrario el canal enfocaba a las tribunas permanentemente y los comentadores se resignaban a relatar los goles montando escenas con muñequitos animados. Cuesta creer que con el tiempo la población se adaptara a una metodología tan absurda y aberrante. El retiro del programa al grupo Clarín, permitió que millones de argentinos pudieran presenciar gratis el deporte más popular. También significó un drenaje importante para el bolsillo de Magnetto.
Sin embargo, lo más temido para el monopolio fue la derogación de la ley de Radiodifusión promulgada por la dictadura en 1980, autoritaria, plagada de vicios y anacrónica, para reemplazarla por la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Clarín, mediante jueces venales estableció medidas cautelares contra el nuevo artículo que más dolía a sus intereses: la reducción del exceso de control de medios, o sea el núcleo antimonopólico de la ley.
El 7 de diciembre, según decisión de la Suprema Corte de Justica, caducan las medidas cautelares que frenaron durante más de un año el cumplimiento de la nueva ley. Entonces, por primera vez en la historia del país, el grupo Clarín dejará de ser una amenaza para las democracias.
ESPLÉNDIDO ANÁLISIS. BRILLANTE. TE LO ROBAMOS Y LO SUBIMOS.
ResponderEliminarUN GRAN PLACER TENERTE COMO AMIGO.
GRAN ABRAZO
INDEC QUE TRABAJA
IQT
MUCHAS GRACIAS, ES UN HONOR FIGURAR EN EL INDEC QUE TRABAJA
ResponderEliminarRICARDO
Como se hace para hacer estos comentarios sin poner el perfil completo como por ejemplo a que se dedicaba anteriormente y hasta que año trabajo para las fuerzas armadas?
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