miércoles, 2 de mayo de 2012

¿PERIODISMO INDEPENDIENTE?



Síntesis del artículo publicado en Le Monde Diplomatique (febrero de 2012) por el profesor Martín Becerra del CONICET. Título original: Terremoto Mediático en América Latina. Ver nota completa 

  Martín Becerra, profesor del CONICET y autor de la primera parte de este artículo

El entonces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sintetizó lo que viene constatando una gran cantidad de observadores y estudiosos del sistema de medios de comunicación en América Latina: Lula subrayó la “falta de neutralidad” de los grandes medios, a los que desafió a que reconocieran que “apoyan a los candidatos de la oposición”
        Lula y Dilma denuncian en una manifestación las mentiras del diario Folha

Los grupos concentrados, reluctantes a cualquier cambio que ponga en riesgo sus posiciones privilegiadas, constituyen una suerte de “marca de la constitución mediática” del imaginario nacional en países como México (Televisa), Brasil (Globo), Argentina (Clarín y La Nación), Colombia (Caracol-El Tiempo), Chile (Mercurio) y Venezuela (Cisneros).
Frente a este panorama, varios gobiernos de la región propusieron cambios en la política de medios a través de una mayor intervención del Estado en la regulación y el establecimiento de controles relativos a la concentración de la propiedad. Asimismo, comenzó a promoverse, de manera inédita, la participación de grupos de la sociedad civil tanto en la discusión de las políticas como en la propiedad de los medios de comunicación.
Argentina y Venezuela, son los dos países que sancionaron leyes audiovisuales integralmente nuevas. La ley argentina se inscribe en los estándares de protección de la libertad de expresión aprobados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y es totalmente respetuosa de la libertad de opinión de medios y periodistas.
Estos cambios son percibidos como un ataque a la libertad de expresión por sindicatos patronales, como la conservadora Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Desde un punto de vista diferente al de la SIP, organizaciones como Periodistas sin Fronteras o la citada Relatoría de la OEA consideran que la nueva regulación audiovisual no constituyen amenazas a la libertad de expresión. Por el contrario, para estas organizaciones el objetivo de ampliar los contornos de la comunicación más allá del sector lucrativo, constituyen avances en este sentido.
Las nuevas regulaciones habilitan además la generación de medios públicos no gubernamentales, ausentes en la historia latinoamericana, que podrían ampliar la libertad de expresión.

Nota de Ricardo:
Metodología de la desinformación
Los recursos utilizados por el monopolio mediático se basan en los siguientes pilares, donde el tema Repsol/YPF es un ejemplo perfecto.
Miedo y futurología perversa. La operación hará tronar el escarmiento de las grandes potencias, nos sacarán del G-20, el Banco Mundial nos considerará una escoria y de la misma opinión será el Banco Central Europeo. Estados Unidos mostrará signos de alarma y no vendrán inversiones extranjeras, más aún, puede haber una fuga en estampida de las que ya están aquí. Argentina más sola que nunca, paria mundial.
Conviene agregar aquí en primer lugar que España no está en el G-20 y por lo tanto mal puede lograr sacarnos de allí. En segundo lugar “la madre patria”, devenida actualmente en “madrastra pérfida”, parece haberse olvidado de que en varias oportunidades, Argentina hizo gestiones para que España ingresara en ese grupo de naciones.
El 01 de mayo acaba de salir en La Nación que la Argentina fue invitada por unanimidad a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Convendría que este medio y otros de aquí y de España sean más cautos y prudentes cuando hacen futurología.
Cuestionamiento de la legalidad de la operación. No se trata de una expropiación, es una confiscación. Algunos llegaron más lejos para directamente calificar al procedimiento de robo. Violación de normas internacionales, pisoteo de la seguridad jurídica, fueron otros comentarios que salieron de los columnistas de la prensa monopólica. En fin, calamidades bíblicas de todo tipo.
La Nación festejó alborozada la privatización de YPF por la "rata" en los 90 y guardó un prudente silencio sobre denuncias de sobornos a diputados para que aprobaran la privatización.
Silencio sobre el comportamiento de Repsol/YPF. En ningún momento se va a leer en las columnas de estos periódicos la escasa inversión realizada por Repsol y su comportamiento en detrimento del crecimiento energético del país.
Esto forma parte de la impúdica defensa histórica del diario de los Mitre hacia las empresas extranjeras. En un momento en que la población y el espectro opositor, salvo el PRO, reconocen que hay que apoyar este proyecto tan caro a los argentinos y al patrimonio nacional, el periódico conserva en obscena soledad su conducta cipaya que siempre lo caracterizó.
Victimización. Esta herramienta es utilizada con regular frecuencia para hacer pasar al Estado como totalitario que restringe la libertad de expresión. Son declamaciones vacías, sin sustento alguno canalizadas a través de la SIP y de ADEPA cuyos miembros directivos son los gerentes de las grandes corporaciones mediáticas.


En lo único que tienen razón es que el gobierno les retacea publicidad oficial. ¿Es que todavía pretenden recibir ayuda de quién permanentemente atacan?
En la Argentina, La Nación y Clarín se transformaron en órganos de promoción del PRO y de Macri. Ya iniciaron la campaña para el 2015 con el objeto de entronizar a este inepto en el gobierno y retroceder a las políticas neoliberales que tanto daño nos causaron.
La táctica distorsiva de estos diarios se acentúa en relación directa con los aciertos del gobierno. Muchas de sus noticias serán después desmentidas o aclaradas por otras fuentes, e incluso por los mismos medios, aunque esta vez en un rincón perdido del periódico. Pero el objetivo estará cumplido, la noticia original en grandes titulares es la imagen que puede quedar grabada en la mente del ciudadano común.

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