"La Cámpora no puede mostrar ningún resultado bueno en su hegemónica administración de Aerolíneas Argentinas ". J. Morales Solá.
“La obediencia ciega y la falta de experiencia caracterizan a los militantes de la elite kirchnerista que ha copado el Estado”. Editorial de La Nación.
“…se escudan en la orden de lealtad como valor tan supremo que llegan a parecerse a la Guardia de Hierro”. Victoria Donda, Proyecto Sur.
“…llegan a esos lugares usando sus condición de hijos de desaparecidos para adoctrinar a jóvenes incautos e intoxicarlos con una falsa épica”. Osvaldo Pepe, diario Clarín.
La lista de generalizaciones es larga y llenaría páginas. El diario La Nación casi cotidianamente saca un comentario a través de sus plumas más filosas y retorcidas sobre La Cámpora. Otros medios, como el diario Clarín, no le van en zaga. Los comentarios tienen como denominador común desacreditar con frases descalificadoras a esta agrupación con el propósito de demonizarla y poco falta, si es que aún no lo han hecho, para compararla con las fuerzas de choque de las juventudes hitlerianas o los camisas negras del fascismo.
Para explicar esta reacción furibunda existen varias razones.
Una de ellas sería la envidia: les duele profundamente que el gobierno de los K aglutine a la juventud, territorio anhelado por toda agrupación política, ya que se trata de un elemento con fuerte idealismo, combativo y químicamente no contaminado aún por la faceta mezquina de la política.
La izquierda hace tiempo que no logra atraer a este sector pujante de la sociedad y de ahí el comentario rastrero de Victora Donda de Proyecto Sur.
En cuanto a la derecha, qué se puede esperar de Macri que no sea un puñado de conchetos de barrio norte saltando con remeras amarillas al lado de su líder y al compás de la banda de Freddy Mercury.
La otra razón es una mezcla de temor y de oculto respeto. Al monopolio mediático le preocupa mucho el poder que adquirió La Cámpora porque son decenas de miles en un movimiento bien organizado, incondicional a Cristina, que se va a jugar a fondo ante cualquier maniobra desestabilizante.
Natalia Zuazo, periodista y politóloga de la UBA, produjo un informe bastante exhaustivo sobre esta organización en la edición de mayo de Le Monde Diplomatique. Los integrantes de La Cámpora provienen de agrupaciones políticas, universitarias, académicas, barriales y territoriales y pertenecen a distintas clases sociales, pero el mayor caudal lo aporta clase media. No son una secta secreta como la masonería, son hallables, usan sus propios nombres y atienden sus celulares.
Tanto Néstor como Cristina decidieron que la juventud debía ocupar lugares en el poder y con esa decisión fomentaron el crecimiento de las agrupaciones juveniles y así surgieron el Movimiento Evita, Kolina, la JP Descamisados, la Tupac Amaru, los Kumpas, la Corriente Peronista, el Frente Transversal, la Corriente Nacional Martín Fierro, etcétera, pero por lejos, la más numerosa es La Cámpora.
Desde sus inicios, como relata Natalia Zuazo, La Cámpora dejaba en claro que la militancia y el trabajo en el Estado son compatibles. Esta articulación se había deshecho tras el gobierno de “la rata” en los 90 y el descrédito hacia la dirigencia en el 2001. En la juventud camporista está la idea de reparar toda esa herencia nefasta y ver al Estado como el lugar desde el cual se producen los cambios. Y vaya si el gobierno les dio lugar: La Cámpora tiene 14 legisladores nacionales y provinciales, dos viceministros, varios subsecretarios, puestos clave en Télam y Canal 7 y numerosos directores y gerentes en empresas estatales.
La Cámpora es una necesidad ante el ataque de las corporaciones, ya que las medidas del gobierno que generan adversarios (reestatización de YPF y de las AFJP, la ley de medios y otras más), requieren de una militancia que acompañe con firmeza.
Recientemente, se pudo apreciar la utilidad de La Cámpora cuando impidió que ingresara a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires un grupo de terratenientes iracundos comandados por Biolcatti y apoyados por fuerzas de choque del impresentable mafioso “Momo” Venegas.
Enfrentamiento entre campestres y fuerzas del "Momo" Venegas con elementos de La Cámpora
Intentaron bloquear la aprobación del nuevo impuesto a la tierra. Aquí conviene aclarar que un titular de 200 hectáreas en la zona más rica del país paga el mismo impuesto que el dueño de un auto usado del 2010. Gracias a La Cámpora se evitaron desmanes de quienes aún se consideran los dueños de la Argentina.
Enfrentamiento entre campestres y fuerzas del "Momo" Venegas con elementos de La Cámpora
Intentaron bloquear la aprobación del nuevo impuesto a la tierra. Aquí conviene aclarar que un titular de 200 hectáreas en la zona más rica del país paga el mismo impuesto que el dueño de un auto usado del 2010. Gracias a La Cámpora se evitaron desmanes de quienes aún se consideran los dueños de la Argentina.
Según los periodistas devenidos futurólogos, este movimiento se volverá incontrolable, tendrá peleas internas, se corromperá, se transformará en algo parecido a las SS, o todos estos vaticinios juntos. Por ahora se trata de la participación e involucramiento de la juventud en una militancia política constructiva y no enclaustrada, que se abre a todos esos mundos que integran la vida cotidiana de la sociedad.
Nestornauta
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