El 26 de noviembre pasado, la periodista Susana Viau escribió una nota en el diario Clarín contra la gestión de Aerolíneas Argentinas. Nota que debe estar cerca del medio centenar de comentarios descalificantes que el periódico de Magneto viene dedicando a nuestra aerolínea de bandera.
La columna es bastante extensa, pero podemos resumirla diciendo que quién la lee llega a la conclusión de que la empresa es desastrosa, sus imberbes directores incapaces, un caldero de conflictos entre los distintos gremios y una lástima que la maneje el Estado cuando bajo la gestión de Marsans, andaba muy bien. Un descaro total, cuando todos sabemos cómo fue destruida por ese grupo español.
La nota de Viau terminaba comparando la empresa con American Airlines, un ejemplo de eficiencia. Según la periodista, a diferencia de Aerolíneas que produce déficit, American Airlines constituye un negocio redondo (sic). Una línea comercial en plena expansión que está aumentando el número de rutas dentro de los Estados Unidos.
Cuarenta y ocho horas después, sólo 48 horas después de publicada la columna de Viau, American Airlines, entró en bancarrota, se declaró en quiebra y en suspensión de pagos. La periodista fue Fúlmine, aquél personaje clásico de Divito de la revista Rico Tipo, cuyos comentarios o su presencia producían resultados catastróficos.
Sin embargo, la nota de Viau también nos muestra la ligereza y el desconocimiento con que estos periódicos elijen un tema y comienzan a martillarlo sistemáticamente, hasta que habiéndose demostrado con el tiempo que las cosas no eran como vaticinaban, abandonan el asunto y atacan por otro flanco.
Sorprende que tanto el diario La Nación como Clarín y su constelación de canales y radios que nunca criticaron la gestión de Marsans, que desmanteló y desintegró Aerolíneas, se esfuercen con denuedo en desacreditar a nuestra línea de bandera.
Personalmente creo que hay dos razones, una es ideológica y la otra es política. Respecto de la primera, estos medios siempre han detestado que el Estado controle o sea dueño de empresas, concepción exasperante para quienes sostienen los estandartes del neoliberalismo. Al estado hay que achicarlo al máximo, es el principio de esta política y por eso simpatizan tanto con Macri.
La segunda razón, es obviamente un ataque al gobierno y no se trata de un tiro por elevación sino de una embestida directa ya que para Cristina el tema de la recuperación de Aerolíneas es prioritario. El fracaso de Aerolíneas sería por lo tanto un naufragio importante en la gestión del gobierno.
En su empeño por desacreditar a la empresa estos medios caen continuamente en la desinformación e incluso la mentira. Un ejemplo reciente fue una denuncia de Clarín de que un avión de Aerolíneas estuvo a punto de colisionar con otro de American Airlines en el estado de Florida.
La empresa desmintió categóricamente la noticia calificándola como falsa y señaló que los procedimientos de aterrizaje fueron los habituales y los aviones nunca estuvieron en riesgo de colisión. Si esto hubiese ocurrido, los organismos pertinentes hubieran investigado el caso, pero el episodio ni siquiera fue analizado por NTSB (Junta de Accidentes).
Se trata de una mentira peligrosa y taimada del diario Clarín para generar incertidumbre y desconfianza en los usuarios de aerolíneas.
Otro crítico de Aerolíneas es el ex piloto y cineasta Enrique Piñeyro que en otros tiempos denunció valientemente las causas del accidente del trágico vuelo de LAPA. Mecanismos inconfesables hicieron que Piñeyro se volviera en fiscal acérrimo de la gestión de Aerolíneas. Recientemente en uno de los canales del monopolio criticó que para ir de Bariloche a San Martín de los Andes, en lugar de poner vuelos directos, había que hacer triangulación con Neuquén. Quizás Piñeyro tiene ómnibus-fobia, ya que la distancia entre ambas ciudades es de sólo 158 kilómetros y hasta se puede hacer en bicicleta si uno es joven y deportista.
En lugar de hacer ese comentario extravagante, podría haber dicho que desde 2009, Aerolíneas Argentinas inauguró 5 vuelos semanales entre Neuquén y San Martín de los Andes y que es política de esta gestión multiplicar los vuelos interprovinciales y evitar tener que recalar en Buenos Aires.
A partir de allí, Piñeyro dejó de ser para mí un personaje creíble, pero pasó a ser un individuo no respetable cuando comparó el movimiento la Cámpora con las huestes de López Rega, declaración que le valió una lluvia de críticas y de la cual aún se debe estar lamentando.
De la misma forma en que se debe estar lamentando Susana Viau sobre su nota en Clarín. American Airlines podría haber esperado unos meses antes de entrar en quiebra y no a 48 horas de tu nota ¿Verdad Susana?
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