"Vayan a lavar los platos" Frase que pasará a la posteridad, no por su sabiduría sino por la soberbia e insolencia matizada con machismo conque Domingo Cavallo le contestó a la científica Susana Torrado cuando ésta le reclamó mayor presupuesto para la investigación.
Fue el 26 de septiembre de 1994 y bajo el imperio de Menem, el CONICET agonizaba y su subsistencia estaba en juego.
Los investigadores y científicos ganaban entre 500 y 800 pesos y a fuerza de patriotismo, perseverancia y resistencia a toda prueba seguían trabajando. Cuando llovía ponían tachos para que las goteras no formaran charcos en el piso, mientras el turco bailaba cumbias con las divas de la farándula en la quinta de Olivos.
¿Porqué hubo siempre tanta indiferencia hacia los científicos, cuando todo gobierno de país desarrollado sabe que son el pilar de la evolución tecnológica que le permite estar en el primer mundo?
Tiene coherencia que durante los gobiernos de facto, se despreciara a la ciencia. En el reducido número de neuronas que habita el cerebro de los uniformados, no hay espacio para este rubro. Ya lo había dicho Albert Einstein: “para desfilar no se necesita la corteza cerebral, basta con el encéfalo”. Los declives más grandes se dieron durante la tristemente célebre “Noche de los bastones largos” bajo el desastroso gobierno de Onganía que produjo un éxodo sin precedentes de científicos, profesores e investigadores. El otro episodio fue durante la dictadura del Proceso, donde la maquinaria de desintegración incluyó a las universidades y al CONICET.
Poco se hizo durante el gobierno de Raúl Alfonsín y nada durante los gobiernos de la rata y del autista.
Volvemos a hacer la pregunta: ¿Porqué hubo siempre tanta indiferencia hacia los científicos? La respuesta la escuché el otro día por radio del flamante Ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, quién palabras más, palabras menos, se expresó de esta forma: “Las políticas neoliberales que dominaron a la Argentina durante décadas, querían un país productor de materias primas y para eso no se necesitan científicos”.
Es decir que nos habían condenado a ser un país dependiente de las fluctuaciones de las comodities en el Mercado de Cereales de Chicago (Chicago Board of Trade) y relegados al subdesarrollo eterno.
Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner produjeron un punto de inflexión histórico. Se crearon 8 nuevas universidades, se multiplicó por 10 el presupuesto a docentes, a investigadores y al CONICET y donde estaban las bodegas Giol se acaba de inaugurar el Instituto Científico Tecnológico. Un enorme edificio dedicado exclusivamente a la investigación. Parte de este edificio será ocupado por el prestigioso Instituto Max Planck de Alemania y colaborará con los científicos argentinos. Será la primera sede del Max Planck en América Latina, una institución que produjo 13 Premios Nobel.
Los primeros frutos de estas medidas fueron la repatriación de 837 científicos argentinos que ignorados en las décadas anteriores, se habían ido del país en busca de mejores horizontes.
El diario La Nación, que a este acontecimiento trascendental le dedica una nota en la página par 18 mientras que llena 3 páginas, incluida nota de tapa, con la muerte del creador de Apple, dijo que el gran caudal de votos que recibirá Cristina proviene de personas de educación primaria. Debería mencionar que todos los científicos en bloque votarán a quién les devolvió la dignidad y las ganas de trabajar y no tienen precisamente educación primaria.
De “vayan a lavar los platos” a la fecha actual, corrió mucha agua bajo el puente, agua cristalina y purificadora.
Por supuesto que asi será "todos los científicos en bloque votarán a quién les devolvió la dignidad y las ganas de trabajar y no tienen precisamente educación primaria" Gracias Cristina por tanto...
ResponderEliminarEstoy recopilando toda clase de info al respecto,recuerdo perfecto cuando el protagonista de la triste frase la espetó.Deduje que una las películas que mandaron a analizar a mi hija,una de mis favoritas:Casas de fuego,fue una de las respuestas al machismo asociado al desprecio por la ciencia.Efectivamente,una perfección tal,fue posterior al agravio.
ResponderEliminarMi hija preparará el coloquio de Pensamiento Científico en base a esa maravillosa película,ahora que vamos directo al mismo renovado escenario. =...(
Una observación a Ricardo, las ratas y las personas autistas no son comparables con el ruin ministro de economía,ni con ese expresidente.Las ratas son animales útiles,un/a científico/a lo sabe mejor que yo,la naturaleza es perfecta y cada ser está para algo importante;por su parte el autismo es una condición que no merece usarse con carga descalificativa,hay vasta información como para rever el desatino.
Gracias.
Y gracias al universo también por haber tenido un presidente y una presidenta valientes que dieron sobradas muestras de que aún siendo un país capitalista, lo social puede y debe ser lo central.