Por Eduardo Aliverti (extracto) ver nota completa
Están tirando a lo pavote, con lo último que les queda. Buena oportunidad, con el Día del Periodista al caer, para insistir con alguna mirada sobre los medios. También sobre algunos de nosotros, y sobre nosotros mismos. Y vamos sin eludir conceptos apasionados, tampoco aconsejables por aquello de que, aunque autonomía no significa neutralidad, el examen periodístico debe guardar ciertas distancias con los hechos analizados. Está bien que así sea, porque, si un periodista no puede controlar sus ardores, pierde serenidad. Pero a veces, muy pocas veces, no es que no se puede. No se debe.
Hace una semana se decía aquí que sólo les quedaba aferrarse de una Sarlo en 6-7-8 o de un Schoklender-Madres. Lo primero ya se va extinguiendo de modo inexorable, como corresponde a un mero debate televisivo. En lo segundo y ante todo, el orden de los factores altera el producto. Como ya fue dicho, no van por Schoklender. Van por las Madres, porque ir contra ellas es apuntar esos pocos cartuchos disponibles al quiebre de un espinazo gubernamental: la política de derechos humanos, su recueste en los organismos del área, su reivindicación de una lucha clave para que ésta no sea una democracia vacía de contenido real. Hasta la semana pasada, las denuncias sobre Schoklender no parecían tener mayor asidero. Ahora sí. Y fue muy conveniente que ayer Hebe diera su explicación puntual de los hechos.
¿Qué se supone? ¿Que la trayectoria épica de las Madres ingresa a la duda porque un tipo oscuro u oscurecido hizo o habría hecho de las suyas?¿Así que los compinches del robo de la Argentina se escandalizan por metidas de mano antes que de pata? ¿Así que silenciadores y cómplices de apropiación de bebés vienen a ensuciar a las Madres?
No hablamos de Morales Solá, naturalmente, que hace unos días fue capaz de animarse a reivindicar a Nora Cortiñas en su defensa de los tobas que acamparon en la 9 de Julio. Nora, una militante enorme, una intachable, un ejemplo en todo sentido, “usada” por el diario La Nación con tal de embarrar a Hebe a como diera lugar. Morales Solá es parte íntima de ellos, es núcleo duro de su bajada de línea, es cuadro de la derecha. Pero vos, Jorge, vos con quien compartimos tantos años, tanta utopía, tanta pelea en solitario contra viento y marea y, sobre todo, tanta seguridad de que si tocaban a las Madres nos tocaban a todos, a todos los como vos y como yo y como tantos, ¿qué te pasó, Jorge? ¿Qué te pasa? ¿Estás nervioso? ¿Qué hacés mendigando espacios en el territorio de ellos, para decir lo que les conviene contra lo que tanto tiempo soñamos juntos? ¿A vos te parece hacer eso?
Entendeme: no hablo de que nunca se debe trabajar en campo contrario, y menos que menos en esta profesión. Y además, si fuera por eso yo no sería uno de los más indicados para decirlo. Pero si, encima de tener que resolver esa contradicción, te convertís en el vocero explícito de lo incompatible con lo que pensás, ya no es dialéctica, Jorge. Es servilismo. ¿O es que siempre pensaste como ellos y haber sostenido lo inverso fue de oportunismo transgresor? Vos edificaste sobre la transgresión, Jorge. Una transgresión progre, humanista, llamémosle de izquierda. Y la estás haciendo percha con una transgresión contrapuesta que ni siquiera es pícara, porque la cancha te la marcan ellos para que vos juegues con el extremo de ensuciar a las Madres. Nada menos que a las Madres.
Fue espantoso verte el otro día en TN jugando precisamente a eso, con pasajes en los que tus interlocutores trataban de moderarte, digamos, con la advertencia de que las Madres, después de todo, podrían no ser iguales que el sujeto de marras.
Si acaso fuera cierto que Hebe se equivocó feo dejando correr andanzas de un malandra, nadie dice que no deba decírselo. Sus declaraciones de estas horas echan buena luz para aclarar que le es posible haber sido víctima de una defraudación. Lo reconoce, le duele en el alma. Pero aunque no hubiera sido así, hay formas y formas de apuntarle. Porque decir no es lo mismo que vomitar.
Feliz día, mañana, para los que comprenden que es al revés.
¡Bravo Mordaz por pbulicar esta excelente nota de Aliverti!
ResponderEliminarLa nota de Aliverti es muy buena. Y Lanata además de las arterias tiene el cerebro taponado con humo y grasa.
ResponderEliminarCon las Madres No, Lanata.