viernes, 29 de julio de 2016

EUROPA EN PÁNICO


Europa en pánico
Quien desea visitar París y otras ciudades de Europa, se enfrenta ante el peligro de ingresar en lo que se conoce como turismo de alto riesgo. Pocas ciudades, principalmente las que pertenecen a los países nórdicos y Portugal, por el momento se ven libres del flagelo de los ataques terroristas. En este último país aumentó en forma marcada el turismo en detrimento de Francia y Alemania. Lufthansa, la compañía de aviación alemana, redujo significativamente las reservas y avisó que los ataques terroristas determinaron que numerosos pasajeros descartaran sus planes de viaje.

Lo que Europa olvida es que en Medio Oriente, especialmente en Siria, Palestina Irak y Afganinstán, los muertos por el terrorismo son miles, pero claro hay que tener en cuenta que un muerto europeo equivale a 100 de los países árabes, según la visión eurocentrista. 

Este terrorismo de Medio Oriente tiene dos fuentes: los enfrentamientos entre distintos grupos religiosos locales y los bombardeos masivos producidos por Estados Unidos, el principal factor desequilibrante de la región desde la guerra del Golfo. El gestor de esta escalada fue Donald Rumsfeld, el monje negro de la Casa Blanca que se desempeñó como secretario de Reagan y después de Bush. El otro personaje sin escrúpulos fue Dick Cheney, el más poderoso e influyente vicepresidente que tuvo Estados Unidos bajo el gobierno de George W Bush. Se constituyó en el principal promotor de la guerra contra Irak, entre otras razones para beneficiar a la empresa Halliburton, de la cual era accionista, que realizó grandes inversiones y contratos en Irak.

Los principales gestores de los conflictos en Medio Oriente: George Bush padre, Donald Rumsfeld, George Bush hijo y Dick Cheney.

La bomba que Europa tiene entre sus manos no la sabe desactivar, sus gobernantes contemplan atónitos los atentados contra la población civil y reaccionan como un elefante en un bazar. En un extremo se encuentra el general checo Petr Pavel, presidente del Consejo Militar de la OTAN (NATO). La OTAN se creó para frenar la influencia de la Unión Soviética en Europa. Terminado el régimen comunista no tenía razón de seguir existiendo. Sin embargo, aumentó su expansión y poder militar y multiplicó sus bases en el continente formando un anillo alrededor de Rusia. Como corresponde a un miembro de ese organismo, la visión de Pavel es distorsionada y simplista y sostiene que las dos mayores amenazas son Rusia y el Estado Islámico.
Los países que integran la OTAN están en azul. Esta institución participó activamente en la guerra de Afganistán, en la guerra de Irak y en el derrocamiento de Gaddafi en Libia.

Factores determinantes del terrorismo
El factor externo. Las miles y miles de personas que mueren víctimas de los atentados en varias regiones del mundo tienen un origen teórico común, una decisión estratégica fundacional pactada por Estados Unidos y Arabia Saudita y un error garrafal cometido en Irak luego de la invasión de 2003.

Los territorios en guerra donde ha proliferado el grupo EI (Estado Islámico), han sido motivo de grandes luchas de las potencias occidentales por los recursos minerales no renovables como el petróleo. La invasión a Irak, la política frente al Líbano y Palestina, la destrucción de Siria y Afganistán, el bloqueo a Irán –ya resuelto por la doctrina Obama–, fomentó el odio y el resentimiento que difícilmente Europa y Estados Unidos podrán resolver.
La mayoría de los llamados “hombres más buscados” por la CIA fueron, oportunamente sus aliados. El Pentágono los llevó a Pakistán, los adiestró en las famosas escuelas coránicas de Peshawar y luego los soltó en Afganistán con armas en las manos.
El factor interno. Europa no quiso o no supo resolver sus problemas sociales con los inmigrantes de segunda y tercera generación que han sido excluidos del sistema político y social a través de una pluralidad de medidas históricas.
El hecho de que muchos de los atacantes sean originarios de los suburbios más pobres e islamizados es indicativo de la disfuncionalidad política que existe en el propio territorio europeo.

Los inmigrantes. Además de definir la economía europea, Alemania también lideró la política migratoria en forma torpe al extremo de negociar con Turquía el pago de 6.000 millones de euros para que ese país reciba los refugiados sirios que llegan a las costas griegas.

Europa quiere hacer cualquier cosa para evitar “una invasión” de inmigrantes, incluso violando el Convenio de Ginebra (1951) y su Protocolo de New York (1967) que obligan a cumplir unos procedimientos frente a los refugiados que el acuerdo vulnera. En igual sentido, desconoce la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

El pasado colonialista. Todos los países de Europa con Francia y Bélgica a la cabeza, explotaron África y Medio Oriente, inventaron países, dividieron etnias y desordenaron totalmente la geografía, las costumbres y los hábitos de sus habitantes. Los niveles de crueldad y de explotación en el Congo y en Argelia alcanzaron límites inimaginables. Estos antecedentes históricos dejaron heridas que aún persisten y son la principal causa de la pobreza y las luchas tribales que hace que miles de inmigrantes huyan hacia Europa donde son recibidos a regañadientes.

En distintas medidas, todos estos factores confluyen para generar una bomba de tiempo que explota en distintas formas de ataques terroristas.

La estrategia letal del terrorismo
Sobre este tema existe una excelente descripción de Eduardo Febbro publicada en Página 12 (23/07/2016). La conclusión de su lectura muestra que la lucha contra el terrorismo es una empresa perdida por más que los controles de seguridad transformen a las ciudades europeas en estados policiales.

Los atentados en Occidente se inspiran en una obra teórica de 1.600 páginas escrita por Abou Moussab al-Souri, un sirio de 60 años nacionalizado español que llegó a ser la mano derecha de Bin Laden. Su libro se titula “Llamado a la resistencia islámica mundial”. La obra, aún accesible en internet, se ha convertido en una biblia y en el manual de iniciación básico para todos los candidatos a la guerra santa contra Occidente.


                 Abou Moussab al-Souri

El tratado es ante todo, el producto del desacuerdo entre Osama Bin Laden y Abou Moussab al-Souri, nombre de guerra con el que remplazó al auténtico, Mustafá Setmariam Nassar. Al-Souri estaba totalmente en contra de actos terroristas espectaculares como el que Bin Laden cometió en Estados Unidos en septiembre de 2001. Consideraba que ese tipo de estrategia sólo podía acarrear consecuencias destructoras porque accionaban dos resortes de una potencia con una capacidad de intervención militar enorme: el aumento de los créditos militares y la invasión de los llamados “territorios cuna”, es decir, Afganistán. No se equivocó, el 11 de septiembre atrajo a Estados Unidos a Afganistán y esa expedición militar terminó con el desmantelamiento casi total de Al Qaida.

Abou Moussab al-Souri propuso cambiar la meta y apuntar no hacia los Estados Unidos, país muy alejado y potente, sino hacia lo que él llamaba “el vientre blando” de Occidente, es decir, Europa. Para ello, el sirio inventó el término “nizam la tanzim”, un “sistema, pero no una organización”: es decir, una estructura terrorista compuesta por células auto gestionadas, sin lazo con un órgano central, una suerte de yihad horizontal autónomo, separado de cualquier concepción piramidal.

Esta técnica resultó ser letal, porque las formas de ataque, el día y el lugar son impredecibles. En el caso de que los organismos de seguridad logren capturar algún terrorista antes de que se suicide, no obtendrán ninguna información, incluso torturándolo, por la sencilla razón que no responden a células entrelazadas. Son los llamados “lobos solitarios”.
Por curioso que parezca, ninguno de los muy publicitados servicios de inteligencia de las potencias mundiales prestó la debida atención a ese libro. No sólo aún se lo encuentra en Internet sino que, además, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, las decenas de think tank que se crearon en Washington para pensar el mundo gozaban de créditos millonarios pero sufrían de una falencia absurda: en esas estructuras casi nadie hablaba árabe.

El perfil de guerra confesional que Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán trazaron en torno a Afganistán explotó en las manos de todos. Ningún cerebro de la CIA o la NSA previó la expansión posterior.

“El enemigo es fuerte y poderoso, nosotros somos pobres. La lucha será extensa”, escribió Abou Moussab al-Souri en su libro. El EI se empapó en esa literatura y llevó a la realidad esa guerra “nizam la tanzim”, es decir, el sistema de lobos solitarios que azota a Occidente. Su yihad descentralizada se extiende ahora por las capitales del Viejo Continente, y más allá: la matanza de Niza, el atentado en el aeropuerto de Turquía, el atentado en el aeropuerto de Bruselas, las matanzas de París, y Munich.

Abou Moussab al-Souri presidió el nacimiento de las dos primeras yihad e inventó la tercera. La primera se articuló contra el ejército soviético en Afganistán: la segunda contra la invasión norteamericana de Irak en 2003 y, ésta, la tercera, una fuerza heredera de cada uno de esos hechos, el EI, la siembra en occidente. La obra de Abou Moussab al-Souri no habría tenido la influencia que tuvo si Estados Unidos y sus lacayos no hubiesen despertado y alimentado el islamismo radical, si no hubiesen luego fracturado de una manera espantosa Irak. A ello se le sumaron la exclusión, el racismo y el desprecio de que son objeto los musulmanes en Europa. 

Las palabras de al-Souri se convirtieron en semillas de bombas humanas que no sólo destrozan vidas en París sino, también, en Irak donde, casi en silencio, centenas de vidas humanas desaparecen tragadas por bombas activadas hace mucho por las potencias occidentales.

Francisco Barbosa. Ataques terroristas ponen en evidencia la fragilidad europea. Análisis. El Tiempo 23/03/2016.

Eduardo Febbro. Confrontación confesional, xenofobia y exclusión. Página 12 23/07/2016.

María Igartua. Las aerolíneas se hunden: Lufthansa rebaja sus previsiones por el terrorismo en Europa

.El Confidencial 21,07,2016.

Radio Prague. Europa no soluciona las causas del terrorismo, afirma el general Petr Pavel. 24,03,2016


viernes, 22 de julio de 2016

LA MONJA ALFÉREZ


Hombre, mujer, monja y soldado
Me llamo Catalina de Erauso, pero ese nombre lo mantuve por unos pocos años. Después usé ropa de varón y según las circunstancias fui Pedro de Orive, Francisco de Loyola, Alonso Díaz y Alfonso Díaz de Guzmán. Mi fecha de nacimiento es imprecisa, así como la de mi muerte y las circunstancias en que ocurrió. La Enciclopedia Britannica no se ocupó en registrarme y no faltan aquellos que me señalan como una simple leyenda. Sin embargo hay muchos registros sobre mi vida tan poco convencional y plagada de aventuras.

Mis memorias fueron traducidas por el poeta francés de origen cubano José María de Heredia y el escritor y periodista británico Thomas de Quincy, tan citado por Borges, escribió mi biografía bajo el título “La Monja Alférez”. Fui fuente de inspiración para escritores, dramaturgos, directores de cine y artistas plásticos y los académicos se han devanado los sesos tratando de explicar mi compleja personalidad. Porque yo rompí con todos los esquemas y convencionalismos de mi época que fue el siglo XVI. Recientemente, el escritor español José Luis Hernández Garvi, me cita en su libro “A donde quiera que te lleve la suerte”, que narra la vida de las mujeres que viajaron al nuevo mundo.

Del claustro a paje del rey
Nací en 1585, fecha que como ya dije puede no ser exacta, en la villa de San Sebastián en la zona de Guipúzcoa. Mi vida fue feliz hasta los 4 años en que mi padre, un encumbrado militar a las órdenes de Felipe III, consideró que carecía de belleza para el matrimonio y me metió en el convento de la bruja de mi tía, una monja que me hizo la vida intolerable con sus rezos, sus castigos y una disciplina donde el afecto brillaba por su ausencia.

A los 14 años conseguí escapar de aquellos sórdidos muros y dejando atrás a Cristo y sus abominables esclavas me interné en el bosque. Había robado elementos de costura y varias telas, porque si algo útil me enseñaron esas arpías vestidas de negro, fueron la costura y el bordado y durante unos días me dediqué a confeccionarme una ropa de varón. Si ser mujer significaba ingresar en un convento o casarme sin mi consentimiento con un viejo adinerado, de ahora en adelante sería hombre y gozaría de todos los privilegios y libertades que nos negaron a las mujeres de entonces.

Caminé sin rumbo fijo porque los 15 años de claustro me volvieron totalmente ignorante sobre la geografía de España y de sus pueblos. Después de dos días y con el estómago pidiéndome comida a gritos, llegué a Victoria y me empleé en la tienda del marido de una prima de mi madre sin darme a conocer. Allí estuve poco tiempo y me fui a Valladolid donde serví de paje en la corte del rey Felipe III bajo el nombre de Francisco de Loyola. Me anticipo a decir que en las mil peripecias que tuve siempre me tomaron por varón, creo que la ropa amplia de la época, mi escaso busto y mi rostro poco afeminado contribuyeron a completar mi disfraz masculino.

               Catalina Erauso “La Monja Alférez”

Mi espíritu inquieto no estaba hecho para ser paje y a los 2 años me largué hacia San Sebastián, picado por la curiosidad de ver a mi familia y el convento donde me tuvieron encerrada durante una década. Allí escuché misa cerca de mis padres, quienes obviamente no me reconocieron porque en sus retinas había quedado la imagen de la niña de 4 años. Creo que todo esto lo hice para burlarme de aquellos que tanto daño me hicieron y mostrarles cómo los estaba engañando con mis ropas masculinas. Después de un tiempo pensé que el juego podría llegar a ser peligroso y abandoné aquella ciudad que solo me traía recuerdos ingratos.

Hacia las Américas
Las historias provenientes del nuevo mundo me fascinaban, muchos de los que fueron no regresaron o lo hicieron desdentados y esqueléticos, pero otros que se fueron sin más capital que la ropa puesta amasaron inmensas fortunas. Mi deseo de aventuras me instaba a cruzar el mar y creo que fue en el año 1603 en que me embarqué como grumete, bajo el nombre de Alfonso Díaz de Guzmán, en el barco que partió hacia Las Indias desde Sanlúcar de Barrameda.

Estando en Panamá trabajé para el mercader Juan de Urquiza y tuve una vida holgada hasta que me cargué a la primera de una larga serie de víctimas. Aquí me detengo nuevamente para informarle al lector que yo soy una persona irascible, violenta, que me irrito fácilmente, perdiendo el control de mis actos. Como este fue mi primer episodio lo recuerdo bien. Estando en un teatro de comedias, se sentó delante de mí un caballero llamado Reyes cuyo sombrero emplumado me impedía ver la escena. Le rogué que se lo quitara y me contestó de mala manera, cambiamos insultos y me amenazó con cortarme el rostro. Mis compañeros hubieron de sacarme del lugar enfurecida. 

Días después encontré a Reyes en la calle y sabiendo que me estaba buscando para matarme, con gesto rápido le tajeé la mejilla con mi daga. Apenas su compañero había desenvainado el sable, cuando lo herí de muerte. Fui a prisión, de donde mi amo, gracias a sus influencias y una buena fianza, me liberó a las pocas horas.

Sin embargo, el conflicto no estaba sellado ya que pasados unos días se presentó en la tienda el tal Reyes con un amigo bien armado. Tras intercambiar, sablazos, estocadas, mandobles y puteadas, ambos cayeron bajo el filo de mi acero. Mi amo nuevamente me sacó del calabozo, pero agotada su paciencia me ordenó que me fuera de la ciudad. 

En Lima estuve trabajando para un mercader muy rico. Me ocurrió algo extraño, de tanto simular mi masculinidad me asumí como hombre y empecé a cortejar a las damas fueran solteras o casadas. Evidentemente había un componente lésbico en mi conducta sexual. Los escarceos amorosos los hacía a oscuras y semivestida y ninguna se dio cuenta del engaño. Estos excitantes ejercicios se interrumpieron cuando estando yo lamiendo el sexo de una de las cuñadas de mi amo, éste, que nos estaba espiando, me echó de su casa.

Por entonces, Lima era una ciudad pequeña donde mis reyertas y conquistas amorosas formaban parte del chismerío local y me había ganado varios enemigos. Decidí poner distancia y me embarqué como soldado en la expedición que partió hacia Chile a combatir contra los indomables araucanos. Participé en varios enfrentamientos y como el resto de mis camaradas de armas fui despiadada con los indios y ellos lo fueron con nosotros defendiendo su tierra palmo a palmo.

Encuentro fatal con el hermano
La ironía del destino hizo que me desempeñara bajo las órdenes del capitán Miguel de Erauso, mi propio hermano, quien por supuesto no me conoció. Ambos cortejábamos a la misma dama y en una ocasión en que fui a su casa a visitarla, Miguel me esperó en la puerta y me embistió a vergazos. Se enteró el gobernador de la pelea y me desterró a Valdivia. Allí fui protagonista de 10 batallas contra los araucanos. En una ocasión, en una carga de caballería logré recuperar la bandera de nuestra unidad que nos habían secuestrado. Regresé airosa con el estandarte y con tres flechas clavadas en el cuerpo.

Me dieron licencia y me fui a Concepción donde tuve varias desgracias que al contarlas se me encoge el alma. Una noche jugando a las cartas, un alférez me acusó de tramposa delante del resto. Nuevamente perdí el control y sacando la espada se la clavé en el pecho. Hui de allí y permanecí seis meses refugiada en una iglesia hasta que mi crimen pasó al olvido, pero aquí viene lo peor: un amigo, me pidió que le hiciera de padrino para un duelo. Acepté y allí fuimos y en el duelo cayeron mi amigo y su desafiante, seguimos los padrinos con los filos. La oscuridad de la noche impedía ver los rostros y cuando abatí a mi contrincante comprobé que era mi hermano Miguel. Pedí ayuda, corrí acongojada a la iglesia, me hinqué de rodillas y por primera vez desde que abandoné el convento recordé mis oraciones y le pedí a Dios que lo salvara. Pero los rezos de una pecadora y libertina como yo, no llegaron al cielo y mi hermano murió a los pocos días.

Con las fuerzas de la ley tras de mis pasos crucé la cordillera. Vi hombres congelados, el frío se me clavaba en los huesos y el hambre me obligó a comerme mi montura. Seguí a pie y llegué a Tucumán, pero nuevos vientos y aventuras me llevaron nuevamente a Perú. En Guamanga tuve una reyerta y esta vez me condenaron a muerte. Para salvarme le confesé al obispo mi verdadero sexo y mi huida del convento. Asombrado, Agustín de Carvajal, que así se llamaba el obispo, me hizo examinar por un par de matronas que además confirmaron que era virgen. Ante un caso tan insólito, Carbajal tomó la decisión de que debía regresar al convento de San Sebastián y me fletó nuevamente a España.

En España mis aventuras precedieron mi llegada y pueblos y ciudades conocían la increíble historia de la Monja Alférez, que así me llamaron. Me convertí en un personaje mediático y varios reyes de Europa me convocaron a sus cortes para conocerme y el Papa Urbano VIII me autorizó a vestir como hombre.
Hastiada de tanta notoriedad, crucé otra vez el mar hacia el anonimato de América. Mi relato lo termino aquí en el desierto, arriando ganado para el Cuzco y aquí le entregaré mis huesos a la tierra.

ABC.es. Hemeroteca. Catalina de Erauso, la monja española que se disfrazó de hombre y combatió como soldado en América. http://www.abc.es/archivo/20140519/abci-monja-alferez-catalina-erauso-201405161602.html

Monja Alférez. Catalina de Erauso. http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/personajes/5841.htm

José Luis Hernández Garvi. A donde quiera que te lleve la suerte. Grupo EDAF 2011, España.


Gabriela Cabezón Cámara. Cómo me hice Alférez. Suplemento SOY de Página 12. 31/10/2014.

viernes, 15 de julio de 2016

EL BANDONEON DE BUENOS AIRES

Alguien me dijo una vez
Que yo me fui de mi barrio.
¿Cuándo?...¿Cuándo?
Si siempre estoy llegando.
            Aníbal Troilo.

Hace pocos días se cumplieron 102 años del nacimiento de Aníbal Troilo “Pichuco”. Este artículo recuerda su trayectoria y su aporte a la música ciudadana.

                        Aníbal Troilo (1914-1975) Dibujo de Hermenegildo Sabat

Infancia y familia
Así como el centauro es una parte caballo y otra parte humano, en un solo cuerpo que los hace inseparables, con Troilo se puede decir lo mismo sobre el bandoneon, es imposible imaginarlo sin el instrumento, como si hubiera nacido con él. A los 9 años junto a la tumba de su padre, que había muerto poco antes, el niño Troilo, con un manojo de flores en la mano recogidas en el patio de su casa, se juramentó ser bandoneonista.

Es justo agregar los comentarios que Troilo hizo sobre sus padres de quienes guardó un enorme cariño. Aníbal, era guitarrero y cantor como su abuelo. Sobre aquel, Troilo tiene una memoria borrosa porque lo perdió cuando tenía 8 años, pero señalaba que le dio la amistad y la hombría de bien. Alcanzó a recordar que cuando venía algo encopado abría las ventanas lo agarraba entre sus brazos, cualquiera fuese la hora y exclamaba “¡Este es mi hijo, este es mi hijo! Le gritaba a la gente, a la noche, a la luna, que sé yo…”, recuerda Troilo. Respecto de su madre, lo sintetizó en tres palabras: “Mi madre es todo”. En otra oportunidad dijo: “el día más triste de mi vida fue cuando perdí a mi madre”. Tenía un fuerte cordón umbilical con ella y fue la que paró la olla a partir de la temprana muerte del padre.

Aparentemente, el “berretín” por el instrumento le vino cuando lo escuchó sonar en los cafés de su barrio y tanto insistió en la casa, que su madre le compró a un ruso por 12 cuotas de 10 pesos el primer bandoneon. Solo pagaron cuatro, porque el ruso no volvió. Troilo lo llamó “cadenero” y lo conservó durante toda su vida.

El cariño y el talento volcado sobre el bandoneon 
A pesar de que tuvo una educación musical insuficiente, es sorprendente la calidad de Troilo como ejecutante. Tocaba el bandoneón acariciándolo y le desprendía un sonido cálido y único. Cuando tuvo su propia orquesta les transmitió a sus músicos el mismo sentimiento. Según el doctor Luis Adolfo Sierra, bandoneonista y erudito en la temática tanguera, al referirse a Troilo señaló: “Como director de orquesta impuso un estilo instrumental de insobornable autenticidad tanguera, con marcado equilibrio en las formas musicales, sin afectaciones distorsivas ni concesiones efectistas, haciendo privar siempre su inconfundible personalidad artística sustentada a la vez en un claro, directo concepto estético y jamás desmentido buen gusto.”

Cuando Troilo formó su propia orquesta ya estaba fogueado de trabajar en conjuntos. Su primera actuación ocurrió en 1928, cuando sus amigos del barrio del Abasto, casi como en broma le dijeron en cuanto bajó del colectivo que lo traía del colegio: “Pichuco, te conseguimos laburo en el cine Petit Colón”. Los films de entonces eran mudos y el sonido los hacía un piano y a veces un conjunto. En este caso integró un trío que tocó entre bambalinas y Troilo, era por supuesto, el único de pantalones cortos. El dueño del cine le había prometido a la madre que “estaría en casa antes de la medianoche”.

Troilo se mantuvo un tiempo en el Petit Colón de la calle Córdoba entre Agüero y Anchorena, pero no pudo aguantar el ritmo de madrugar al día siguiente para ir a la escuela, tenía que optar y se quedó con el bandoneon.


                                          De pantalones cortos

Entre 1925 y 1932 y siempre de pantalones cortos y con permiso de su mamá, pasó por varias etapas de aprendizaje: integró una orquesta de señoritas, formó su primer conjunto que tocó en el cine Palace Medrano y se incorporó al grupo de fueyes de la gigantesca orquesta de Julio De Caro. Después ingresó en el sexteto de Elvino Vardaro que tocaba en Radio Belgrano.

En 1937 Troilo era un respetado y admirado bandoneonista y fue convocado por Juan Carlos Cobián para tocar en el teatro Politeama y más tarde en Radio El Mundo. Súbitamente, Cobián disolvió el conjunto y Troilo se quedó sin trabajo. “Fue en ese momento cuando advertí que era mi hora- se dijo a sí mismo-, que yo también podía tirarme a la aventura de formar mi propia orquesta”. Esta se constituyó con Toto Rodríguez y Alfredo Yanitelli en bandoneones, Orlando Goñí en piano, José Stilman, Reynaldo Nichele y Pedro Schapocnik en violines y Tito Fassio en contrabajo. El cantor fue Francisco Fiorentino.

                Troilo con Fiorentino, el cantante de su primera orquesta

Troilo fue siempre tan cuidadoso cono certero para elegir a cantantes y músicos. Entre los primeros, todos los que pasaron por su orquesta hicieron carreras exitosas: Francisco Fiorentino, Alberto Marino, Floreal Ruiz, Edmundo Rivero, Jorge Casal, Raúl Berón, Roberto Rufino, Ángel Cárdenas y Roberto Goyeneche. Entre los músicos se destacaron Orlando Goñi, José Basso, Osvaldo Manzi, Osvaldo Berlingieri, José Colángelo y Astor Piazzola.

Los años con Piazzolla
En 1939 Astor Piazzolla tenía 18 años y se moría de ganas por ingresar en el conjunto de Troilo. Se pasaba las noches en el café Germinal escuchando al gordo. Fue así que memorizó todo el repertorio y se lo comentó a su amigo Hugo Baralis, uno de los violinistas de la orquesta. Un día que se enfermó el Toto Rodríguez, Piazzolla lo encaró a Troilo y se ofreció como reemplazante. “¿Así que vos sos el pibe que conoce todo mi repertorio? Bueno subí y tocá”. Piazzolla no se hizo rogar y ejecutó varias piezas, cuando terminó, Troilo le dijo: “Pibe, nosotros actuamos de frac, ya lo sabe”.

El ingreso de Piazzolla en la orquesta fue un torbellino que desató celos, odios y amores. De fuerte personalidad y mucho talento desequilibraba el grupo de músicos con su capacidad y sus ideas. Estuvo 5 largos años en la orquesta donde incluso hasta llegó a hacerle arreglos a Troilo. Su habilidad con el bandoneón y su carácter difícil lo hizo impopular entre algunos miembros del conjunto. Además, Troilo le tachaba gran parte de los arreglos porque decía que eso no era tango y no le faltaba razón, porque tenían mucha influencia de Ginastera, con quien Piazzolla se estaba perfeccionando. Finalmente en 1944 se retiró de la orquesta, más que nada para seguir su propio camino y desarrollar el estilo que lo llevó a la fama, que no es tango porque no es bailable pero es único y genial.

Piazzolla y Troilo se admiraban y respetaban mutuamente y cuando el Gordo murió, Piazzolla que estaba en Roma agarró el bandoneón y se puso a tocar La última curda, mientras empapaba el fueye con sus lágrimas. Pocos días después, en homenaje a su amigo compuso la Suite troileana, una obra donde están los cuatro amores que tuvo Troilo: Bandoneón, Zita (su esposa de toda la vida), Whisky y Escolazo.

Estando en Buenos Aires, Zita lo visitó una noche y le regaló uno de los bandoneones de Troilo que Piazzolla lo guardó como una reliquia. Jamás se atrevió a pulsar sus dedos sobre los botones del instrumento, porque era el fueye del Gordo y hubiera sido un sacrilegio o violación tocarlo.



Piazzolla, Zita y Troilo en la Rambla de Mar del Plata

Su aporte al tango
Un día le preguntaron a Troilo cuál es su mejor amigo y la respuesta inmediata fue: “Mi mejor amigo se murió, se llamaba Homero Manzi”. El Gordo le puso música a las siguientes letras de Manzi: Barrio de tango, Romance de barrio, Sur, Recordando, Ché bandoneón y Discepolín.
Para Cátulo Castillo musicalizó: María, Una canción, Patio mío, La retrecha, Vuelve la serenata, Milonga del mayoral, A Pedro Mafia, La última curda, A Homero, Desencuentro, Y a mí qué, La Parda, La patraña y El último farol.

La lista es larga e incluye a letristas como Enrique Cadícamo, José M. Contursi, Enrique Dizeo, Homero Expósito y varios más.

En cuanto a otros directores, Troilo tenía especial admiración por Carlos Di Sarli, Osvaldo Fresedo, Julio de Caro, Horacio Salgán, Osvaldo Pugliese y Alfredo Gobbi.

El repertorio de Troilo estuvo compuesto por 82 tangos, pero grabó muchos más.

Opiniones
Troilo no escatimaba los conceptos que tenía sobre otros personajes del mundo tanguero, sin medias tintas podía ser lapidario o endiosarlos.

Sobre Borges, manifestó: “Creo que Borges en lo que atañe a lo mío es un bluff. Él no sabe nada de lo mío…No sabe ni donde vive…Escribió el Hombre de la esquina rosada y nada más. De tango no sabe nada, que escriba letras para Piazzolla que tampoco tiene nada que ver con el tango. Y lo digo con el respeto que se merecen Piazzolla como músico y Borges como escritor”. Pese a estos duros conceptos, le musicalizó a Borges la letra de Milonga de Manuel Flores.

Cuando un periodista le preguntó sobre Carlos Gardel, Troilo fue contundente: “Carlos Gardel, pibe era el tango, era Buenos Aires, era la noche, era el día, era el sol, era la copa. ¡Pobre del que no lo conoció! y a mí no me la contó Nelson, yo si lo conocí, como hombre, como cantante y como jailaife”.

Sobre Buenos Aires: “Nunca me pude concebir lejos de Buenos Aires. A Discépolo le pasaba lo mismo. Una vez que volvió de París le pregunté si traía un tango nuevo. “Ninguno”, me contestó y agregó: “Y eso que estuve meses y tuve tiempo para realizar algunos, pero sabés, lejos de Buenos Aires yo no sé escribir ni siquiera un saludo en el lomo de una tarjeta postal”. Y a mí me pasa lo mismo.

Homenaje a Troilo. Edición especial de colección. La Maga, 1995, número 10.
Néstor Pinsón. Aníbal Troilo. Todo tango. http://www.todotango.com/creadores/ficha/32/Anibal-Troilo/



viernes, 8 de julio de 2016

LA DAMA DE ORO

                                   Gustav Klimt (1862-1918)
En la Viena de 1907, Klimt era el pintor más renombrado y su arte estaba pasando por lo que se denominó la etapa dorada al incorporar pan de oro a la pintura, pero también se la llamó el período erótico del pintor. Varias obras muestran mujeres, algunas semidesnudas, otras elegantemente vestidas, pero de todas ellas emana una seducción que obligan al observador a detenerse largo rato contemplándolas. En los fondos y en los vestidos hay una carga decorativa extrema y colorida que hace a las obras más llamativas.

En ese año de 1907 que coincidía con la belle epoque vienesa, Klimt pintó un cuadro que pasaría por numerosos avatares hasta finalmente regresar después de décadas a sus legítimos dueños. El artista había hecho un retrato de cuerpo entero de Adele Bloch-Bauer, una hermosa y atractiva joven judía cuyo esposo Ferdinand era dueño de una industria azucarera y figuraba entre los más ricos de Viena. En la mansión de los Bloch-Baur se organizaban tertulias donde recalaron personajes como el escritor Stefan Zweig, el compositor Gustav Mahler, el arquitecto Martin Gropius, el filósofo Sigmund Freud y el pintor Gustav Klimt con sus discípulos más destacados, Oskar Kokoschka y Egon Schiele.

                                      Adele-Bloch-Bauer (1881-1925)

Fue en una de esas reuniones donde Ferdinand le encargó a Klimt el retrato de su esposa Adele. La solicitud era riesgosa porque el pintor tenía la fama de llevar a su lecho a todas las modelos y a no pocas de las que posaban. Si Adele y Klimt tuvieron un affaire, quedó en la especulación de sus biógrafos, basada en que la Judith semidesnuda que pintó el artista, lucía un rostro muy parecido al de Adele. Sin embargo, nunca hubo pruebas concretas de infidelidad por parte de ambos, porque el artista también estaba casado.

Adele falleció de meningitis a la edad de 43 años, 7 años después de que falleciera Klimt. Ambos tuvieron la suerte de no llegar a presenciar la terrible tragedia que después de dos décadas caería como un manto siniestro sobre Europa. Ferdinand convirtió el cuarto de su difunta esposa en una especie de museo de cuyas paredes colgaban los seis cuadros de Klimt de la familia: dos retratos y cuatro paisajes. En su testamento Adele había dejado esas obras en donación al museo Belvedere, pero cuando en 1938 las tropas nazis entraron en Viena todo cambió.


                           La Dama de Oro

Los Bloch-Bauer, hasta sus parientes más lejanos, fueron eliminados físicamente en las cámaras de gas de los campos de concentración alemanes, otros se suicidaron antes de caer en manos de la Gestapo y las SS. Los tesoros artísticos, joyas, dinero, todo pasó a manos de los jerarcas alemanes, especialmente del mariscal del aire Goering.
Tres personas se salvaron: María Altmann que era sobrina de Adele, su esposo Fritz Altmann, quien fue a parar a Dachau, pero los alemanes lo liberaron cuando su hermano desde Inglaterra les transfirió su fábrica textil. Ambos consiguieron subirse a un avión con destino a Colonia y alcanzar la frontera holandesa, guiados por un campesino en una noche sin luna, siguiendo un riachuelo y unos cables de espinos. En 1942 se instalaron en California y no volvieron a Europa, al menos mientras Fritz siguió vivo. El tercero fue Ferdinand quién se refugió en Suiza. De todos ellos, María es el personaje que adquiere protagonismo en esta saga del famoso cuadro de su tía.

Durante los años de postguerra, Ferdinand trató sin éxito de recuperar los Klimt y antes de morir escribió un testamento en el que desautorizaba el que había escrito Adele, donde constaba que esas obras estaban destinadas al museo Belvedere.

Respecto del recorrido de la pintura, existen al menos dos versiones. Una dice que los nazis, conocedores del valor de la obra, lo declararon patrimonio austriaco para que fuera imposible sacarlo del país. La otra versión, quizás la más verídica, sostiene que debido a los intensos bombardeos aliados sobre las ciudades alemanas, un operativo de las SS, trasladó gran parte del botín de guerra a una mina de sal situada en el poblado de Merkel. Cuando los aliados descubrieron la mina, después de un largo y agobiante proceso de clasificación, fueron devolviendo gran parte de las obras robadas a sus dueños y el retrato de Adele terminó en el museo Belvedere de Viena donde permaneció durante 60 años.

Para los austríacos era un orgullo poseer esa obra de Klimt, ignoraban quien era la hermosa mujer y el cuadro pasó a llamarse la “Dama de oro”. No sabían que se trataba de Adele Bloch-Bauer, una de las mujeres más ricas, cultas y distinguidas del imperio Austro-Húngaro.

Terminada la guerra muchos trataron de recuperar sus colecciones, pero las reglas no habían cambiado. Los cuadros robados estaban en los museos más importantes del país y sus respectivos directores eran los mismos que cuando los nazis estaban en el poder.

En el búnker del Belvedere, construido durante el conflicto para proteger las obras, había documentos que demostraban que cientos de los cuadros del museo, entre ellos los seis Klimt de los Bloch-Bauer, eran robados. La existencia de este archivo secreto salió a la luz en 1998 cuando la disputa de los herederos de Egon Schiele por dos de sus cuadros obligó al Ministerio de Cultura austríaco a que abriera los archivos. Fue entonces cuando el periodista Hubertus Czernin descubrió el testamento que había escrito Ferdinand Bloch-Bauer a su muerte en el exilio suizo en 1945. En él dejaba los seis Klimts a sus tres sobrinos.

La escandalosa información encontrada animó a María Altmann, de 85 años, a contratar un abogado y siendo la única superviviente tras la muerte de su hermana, inició demandas contra el gobierno de Austria. El abogado era Randol Schoenberg, descendiente del compositor Arnold Schoenberg. El juicio duró 6 años porque el gobierno y el pueblo austríaco consideraban que el país no podía prescindir de la obra. Finalmente, en 2006 mediante un arbitraje, Austria devolvió las 6 obras de Klimt a su legítima heredera.

                María Altmann con el famoso cuadro

Pronto María se dio cuenta que por los impuestos y los seguros, le era imposible conservar los cuadros y vendió la Dama de Oro al director de la Neue Galerie en 135 millones de dólares. Fue una de las subastas más mediáticas de la historia.

Hoy constituye la principal atracción de ese museo de la Quinta Avenida para deleite de todo aquél que quiera admirar una obra maestra de la pintura universal: el retrato de Adele Bloch-Bauer, la tía de María Altmann.

Arte Historia. Adele Bloch-Bauer. http://www.artehistoria.com/v2/obras/14350.htm



Film La Dama de Oro. Director Simon Curtis. Años 2015 con Heleln Mirren como actriz principal.

viernes, 1 de julio de 2016

GIOVANNI FALCONE

Giovanni Falcone viaja en el avión que lo trae dese Roma al aeropuerto de Palermo. Es el juez más prestigioso de Italia, admirado dentro y fuera de su país por haber descabezado a gran parte de la mafia siciliana en el juicio llamado Proceso Maxi en que logró condenar a 360 miembros de esa organización. Pero quedaba un resto y ese grupo lo había condenado a muerte.

                                               Giovanni Falcone (1939-1992)

Giovanni sabe que su destino más probable es morir acribillado por los sicarios, lo que no sabe es cuándo ni dónde. También ignora que el momento está por llegar, pero no por acción de los proyectiles de una metralleta.

La aeronave aterriza y Giovanni desciende del avión acompañado por su esposa. La tarde es soleada y una brisa fresca que anuncia el invierno le produce cierto escalofrío. Tiene 50 años y pasó la mayor parte de su vida investigando la elusiva red construida por la mafia hasta lograr el espectacular triunfo que culminó en el Proceso Maxi. 

Es el 23 de mayo de 1992 y en el aeropuerto lo esperan siete policías que serán su custodia, formando una caravana de tres vehículos que parten a gran velocidad sonando las sirenas hacia la ciudad de Palermo. A la altura de la ciudad de Capacchi, el pavimento de la autopista salta por los aires como consecuencia de una explosión subterránea de enorme magnitud a tal punto que es registrada por los sismógrafos de Palermo. 

Cuando llegan las primeras ambulancias y se disipa el humo acre de los autos quemados, Italia y el mundo se enteran que Falcone, su esposa y tres de los guardaespaldas murieron en el atentado.

                      Atentado en la autopista

Falcone pertenecía a una familia de clase media que vivía en las afueras de la ciudad de Palermo, la capital de Sicilia. Sus padres, le inculcaron el amor al trabajo, la honestidad y la búsqueda de la excelencia. Compartió la escuela y los juegos en la plaza con muchachos, algunos de los cuales en la vida adulta se incorporarían a la Mafia, pero esa organización por entonces era poco conocida entre los sicilianos e incluso la consideraban un grupo pobremente estructurado y de escasa envergadura.

En 1961, Falcone se graduó de abogado, lo acompañó en la carrera su amigo de la infancia Paolo Borsellino. Falcone se afilió al partido Comunista, mientras que Borsellino pertenecía a una secta ultra católica y de derecha. Sin embargo, sus vidas corrieron paralelas ya que compartían un objetivo común: la destrucción de la Mafia. 

Después de estar a cargo de un par de juzgados, Falcone ingresó al Ufficio istruzione, una rama de la justicia encargada de combatir a la Mafia. El momento de su ingreso era como para desalentar a cualquiera que no tuviera valor y sólidas convicciones ya que tres investigadores habían sido asesinados entre 1979 y 1980, que fue el año en que ingresó Falcone.

En un ambiente de alta tensión, desarrolló una estrategia eficaz y novedosa que él llamó “seguir la ruta del dinero”. Se introdujo en los registros bancarios aplicando la habilidad que había aprendido desenmascarando bancarrotas. 

También estableció contactos con otros colegas de Italia y del extranjero, especialmente de los Estados Unidos y con estas tácticas, tomó conciencia de la dimensión global del tráfico de heroína. Descubrió que los químicos de la conección francesa habían trasladado sus laboratorios clandestinos de Marsella a Sicilia. Utilizando todos los métodos de investigación y de espionaje comprobó que Sicilia había reemplazado a Francia como la principal vía de refinamiento y exportación de la heroína a los Estados Unidos.

El camino de las investigaciones de Falcone estaba plagado de dificultades, la justicia temerosa o cómplice prestaba poca colaboración. Una ley introducida en el Parlamento por el diputado comunista Pio La Torre para endurecer las sanciones contra la Mafia, no pudo prosperar durante dos años. No satisfecha con haber parado el proyecto de ley, sicarios de la organización bloquearon el vehículo en el que Pio La Torre circulaba y lo acribillaron a balazos junto con el conductor. 

Un general de los Carabinieri, Carlo Alberto Dalla Chiesa, fue convocado a Sicilia por el gobierno con la orden de destruir a la Mafia, pero al poco tiempo de haber asumido fue asesinado en la vía pública junto con su esposa.

Falcone llevaba la misma vida que la de un delincuente perseguido por la justicia, vivía escondido, jamás hacía apariciones públicas y su boda con Francesca Morvillo, se llevó a cabo en absoluto secreto. No asistieron amigos ni familiares y mucho menos fotógrafos.

El juicio Maxi
Cuando Antonio Cassara, un miembro del operativo antimafia, fue asesinado en 1985, Falcone condujo el juicio de su amigo contra los responsables con mano firme. El proceso duró 23 meses y 360 miembros de la organización fueron condenados por graves crímenes. Un factor esencial fue el testimonio de Tomasso Buscetta, un ex mafioso, cuyos hijos habían sido asesinados por la Mafia. Su relato fue un informe exhaustivo sobre la estructura de la organización, así como los vínculos con políticos y jueces. Una vez terminado el juicio, Buscetta se refugió en los Estados Unidos donde se sometió a varias intervenciones de cirugía plástica que le cambiaron el rostro. La mafia le perdió la pista.

                            Tomasso Buscetta

Exhausto y frustrado por la resistencia que le hacían desde diversos ángulos, Falcone aceptó un puesto en el Ministerio de Justicia de Roma. En su nuevo cargo tuvo mayor libertad de acción e intensificó su lucha contra la Mafia, cuyos integrantes decidieron eliminarlo.

Dos capos mafiosos: Salvatore “Toto” Riina y Giovanni Brusca estuvieron a cargo del proyecto. Decidieron que para mostrar su poder en Sicilia debían eliminarlo allí y no en Roma. El lugar de la emboscada sería en la autopista que Falcone solía transitar entre el aeropuerto de Palermo y la ciudad. El operativo fue cuidadosamente preparado y se realizaron varios ensayos simulando detonaciones ante el paso de un vehículo a gran velocidad. En otro lugar se construyó un segmento de pista de concreto y se la destruyó con una carga de explosivos. 

Se llegó a la conclusión que media tonelada de dinamita era la cantidad adecuada para hacer volar el segmento de autopista. Los explosivos fueron colocados en una alcantarilla de la ruta y Brusca los detonó por control remoto justo cuando pasaba la caravana de autos con Falcone.

El crimen estremeció a Italia y trascendió las fronteras, miles de personas asistieron al funeral que fue televisado por la cadena nacional. Entre los asistentes de todo rango que se congregaron ante el féretro de Falcone estaba su amigo de la infancia Paolo Borsellino. Cincuenta y siete días más tarde, otra multitud asistiría a su funeral, víctima de una explosión similar a la de Falcone.

Riini y Brusca fueron atrapados y condenados a prisión perpetua junto con otros, pero la Mafia a semejanza de la hidra Lerna de la mitología griega, tiene cientos de cabezas.

                            Salvatore Riina y Giovanni Brusca


Pablo Ordaz. El asesinato del juez Falcone por la Mafia: 20 años sin respuesta. El País, 27/05/2012.
Peru Egurbide. Una bomba de 1000 kilos mata al juez antimafia Giovanni Falcone. El País 24/05/1992.

MH Escalante. Giovanni Falcone, el juez antimafia. Las 2 Orillas, 25/05/2015.